Ahora con Kiara, seguimos comiendo de la tarta, mientras vemos películas. Estábamos en pijama. Ella tenía un vestido, yo una polera de mi hermano y un short.
-Lenka, creo que tu celular está sonando.
Miro a mi lado. Efectivamente, mi celular estaba sonando. Veo que es mi hermano. A propósito, eran las doce de la noche y aún no llegaba.
Contesto.
-¿Hola? - Inmediatamente escucho que hay música demasiado fuerte.
-¡Hermanita linda del alma!
Ay no.
-¿Kaoru? - Me levanto del suelo.
-Hermanita, no sabes cuanto te he extrañado. - Hablaba bastante extraño.
-Kaoru, ¡Estás borracho! - Kiara me observa.
-¿Yo? ¿Borracho? - Comienza a reír - Dios, por favor. ¿Cuándo me he emborrachado?
-¿Quieres que te mencione todas esas veces? ¡Maldición Kaoru! ¡Soy como tu maldita madre!
-No, tú eres mejor. - Ríe.
-¿Dónde estás?
-No lo sé, ¿Puedes creerlo? ¡No lo sé! - Comienza a reír.
-¡Kaoru! ¿Cómo es que no lo sabes?
-¡Hey Kaoru! ¡Una vuelta más! - Logro oír - ¡Sí!
-¡Kaoru!
-Lo siento hermanita, tengo que colgar.
-¡No! ¡Te iré a buscar de inmediato! ¡Dime dónde estás!
-¡Bye Bye! - La llamada se corta.
-¡Maldición!
-¿Quieres que te acompañe? - Kiara me observa triste.
-No, ni siquiera sé donde está. Será inútil, pero necesito encontrarlo.
-¿Dónde va siempre?
-Va a las casas de sus amigos. Allí hacen las fiestas.
-¿Alguno de sus amigos te conoce?
-Sí, lo llamaré.
Marco el celular de Haru, uno de sus amigos. Inmediatamente contesta.
-¿Lenka?
-Haru, ¿Sabes dónde está Kaoru? Acaba de llamarme, está en una fiesta, no sé en dónde.
-También me invitaron a una fiesta, es en la casa de Bryan.
-¡Muchas gracias! ¡De verdad!
-No hay de qué. Pasaría por ti a buscarlo, pero mi auto está en el mecánico. ¿Cómo lo harás?
-Iré en su moto.
-No tienes licencia.
-No me importa. - Haru ríe.
-Esa es mi Lenka. Bien, adiós. Cuídate pequeña.
-Adiós, gracias y cuídate. - Corto la llamada. - Kiara, tengo que ir a buscar a mi hermano.
-No hay problema.
-Preferiría que te quedaras aquí, en la moto sólo hay espacio para dos personas. - Ella asiente. Me coloco una chaqueta y unas converse negras. -No le abras a nadie, si pasa algo sólo llamame.
-Bien. Suerte, ¡Adiós!
-Adiós.
Tomo las llaves del apartamento y las de la moto de mi hermano, junto con el casco. Salgo corriendo hasta el estacionamiento. Me coloco el casco y enciendo la moto.
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Amigas, ¿por siempre?
Novela JuvenilLenka y Kiara son unas simples chicas de quince años de edad. Son como cualquier otro adolescente. Desde que se conocieron, han sido muy unidas. Pero, ¿qué pasará con su promesa de mejores amigas por siempre? Sus corazones podrían estar derramánd...