VIII

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Ahora con Kiara, seguimos comiendo de la tarta, mientras vemos películas. Estábamos en pijama. Ella tenía un vestido, yo una polera de mi hermano y un short.

-Lenka, creo que tu celular está sonando.

Miro a mi lado. Efectivamente, mi celular estaba sonando. Veo que es mi hermano. A propósito, eran las doce de la noche y aún no llegaba.

Contesto.

-¿Hola? - Inmediatamente escucho que hay música demasiado fuerte.

-¡Hermanita linda del alma!

Ay no.

-¿Kaoru? - Me levanto del suelo.

-Hermanita, no sabes cuanto te he extrañado. - Hablaba bastante extraño.

-Kaoru, ¡Estás borracho! - Kiara me observa.

-¿Yo? ¿Borracho? - Comienza a reír - Dios, por favor. ¿Cuándo me he emborrachado?

-¿Quieres que te mencione todas esas veces? ¡Maldición Kaoru! ¡Soy como tu maldita madre!

-No, tú eres mejor. - Ríe.

-¿Dónde estás?

-No lo sé, ¿Puedes creerlo? ¡No lo sé! - Comienza a reír.

-¡Kaoru! ¿Cómo es que no lo sabes?

-¡Hey Kaoru! ¡Una vuelta más! - Logro oír - ¡Sí!

-¡Kaoru!

-Lo siento hermanita, tengo que colgar.

-¡No! ¡Te iré a buscar de inmediato! ¡Dime dónde estás!

-¡Bye Bye! - La llamada se corta.

-¡Maldición!

-¿Quieres que te acompañe? - Kiara me observa triste.

-No, ni siquiera sé donde está. Será inútil, pero necesito encontrarlo.

-¿Dónde va siempre?

-Va a las casas de sus amigos. Allí hacen las fiestas.

-¿Alguno de sus amigos te conoce?

-Sí, lo llamaré.

Marco el celular de Haru, uno de sus amigos. Inmediatamente contesta.

-¿Lenka?

-Haru, ¿Sabes dónde está Kaoru? Acaba de llamarme, está en una fiesta, no sé en dónde.

-También me invitaron a una fiesta, es en la casa de Bryan.

-¡Muchas gracias! ¡De verdad!

-No hay de qué. Pasaría por ti a buscarlo, pero mi auto está en el mecánico. ¿Cómo lo harás?

-Iré en su moto.

-No tienes licencia.

-No me importa. - Haru ríe.

-Esa es mi Lenka. Bien, adiós. Cuídate pequeña.

-Adiós, gracias y cuídate. - Corto la llamada. - Kiara, tengo que ir a buscar a mi hermano.

-No hay problema.

-Preferiría que te quedaras aquí, en la moto sólo hay espacio para dos personas. - Ella asiente. Me coloco una chaqueta y unas converse negras. -No le abras a nadie, si pasa algo sólo llamame.

-Bien. Suerte, ¡Adiós!

-Adiós.

Tomo las llaves del apartamento y las de la moto de mi hermano, junto con el casco. Salgo corriendo hasta el estacionamiento. Me coloco el casco y enciendo la moto.

Amigas, ¿por siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora