X

113 5 3
                                    

Nos habían entregado los libretos con las partes que debíamos decir cada personaje. Kiara actuaba mientras leía su libreto.

La versión de Romeo y Julieta que teníamos que hacer era una versión "moderna", la cual teníamos que adaptarla nosotros.

No era muy buena en eso.

-Oh Romeo, Romeo, ¿Dónde estas que no te veo? - Kiara se acerca a mí. Suspiro.

-No me gusta mucho esto. - Rasco mi nuca.

-¡Vamos! ¡No es tan terrible! Dime una de tus partes, actuándola.

-Bien, lo intentaré. - Carraspeo mi voz. - Esposa, amor mío. La muerte que atrapó el néctar de tus labios, no ha podido quitarte tu hermosura. Julieta, ¿por qué estás aún tan hermosa? ¿Será que el descarnado monstruo te ofrece sus amores y te quiere para su dama? Para impedirlo, dormiré contigo esta noche, en compañía de esos gusanos, que son hoy tus únicas doncellas. Brindemos por mi dama. ¡Oh, cuán portentosos son los efectos de tu bálsamo, alquimista veraz! Así, con este beso... muero. - Miro a Kiara. - ¿Y?

-¡Eres aburrida! ¡Debes meterte más en el personaje y actuar! Mueve tus manos, observa a Julieta, que tu voz se oiga quebrada. ¡Es un momento triste!

-No soy buena actuando, lo siento.

-Te ayudaré con eso. ¿Qué tal si nos juntamos hoy en mi casa?

-Está bien. ¿Cómo debería hacerlo?

-Am... Mira, actuaré un poco. Tienes que hacerlo con naturalidad, que no se vea sobre cargado. - Ella carraspea su voz. - ¡Adiós! ¡Quién sabe si volveremos a vernos! Tengo miedo. Y si este licor no produjese su efecto, ¿tendría yo que ser esposa del Conde? No, no, jamás: tú sabrás impedirlo. Aquí, aquí le tengo guardado. - Señala su mano- ¿Y si este licor fuera un veneno preparado por el fraile para matarme y eludir su responsabilidad por haberme casado con Romeo? Pero mi temor es vano. ¡Si dicen que es un santo!

-Wow, actúas bien.

-Gracias, ¿Entendiste?

-Sí, algo. Lo intentaré de nuevo. - Carraspeo mi voz. -Esposa, amor mío. La muerte que atrapó el néctar de tus labios, no ha podido quitarte tu hermosura. - Acaricio la mejilla de Kiara.- Julieta, ¿por qué estás aún tan hermosa? ¿Será que el descarnado monstruo te ofrece sus amores y te quiere para su dama? Para impedirlo, dormiré contigo esta noche, en compañía de esos gusanos, que son hoy tus únicas doncellas. Brindemos por mi dama. - Bajo la cabeza, hago como si mi voz se quebrara.- ¡Oh, cuán portentosos son los efectos de tu bálsamo, alquimista veraz! Así, con este beso... muero.

Leo el dialogo.

Da un delicado y corto beso a Julieta.

-Uh... B-Bueno, allí tendría que besarte.

-Sí, entiendo. ¡Salió bien!

-Gracias. - Sonrío.

-¿Cómo van con sus actuaciones? - La profesora nos ve.

-Bastante bien, es divertido. - Respondo. La profesora sonríe.

-Bien, ensayen las partes de la muerte. Tiene que salir precioso. - Asentimos.

-Se supone que tu mueres primero creyendo que yo estaba muerta. Luego despierto, te veo muerto y yo muero.

-Que lindo. Bien, ¿Cómo lo harás?

-Ensayemos. Tú estás en el suelo, muerto. - Me recuesto en el suelo. - Padre, ¿dónde está mi esposo? Ya recuerdo dónde debía yo estar y allí estoy. Pero ¿dónde está Romeo, padre mío? Bien, allí habla el padre bla bla bla , ahora Julieta. - Kiara carraspea su voz .- Yo aquí me quedaré. ¡Esposo mío! Has bebido veneno - Se arrodilla a mi lado.- ¡Cruel! no me dejó ni una gota que beber. Pero besaré tus labios que quizá contienen algún resabio del veneno. Él me matará y me salvará. - Se acerca a mi rostro, siento su respiración. - Aquí tengo que besarte. - Ella besa mi mejilla.- Aún siento el calor de tus labios.

Amigas, ¿por siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora