I

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Até bien mis botas, tomé un gran sorbo de agua y continué trotando por todo el campo. Podía sentir la mirada de los guardias, sobre todo de Zachary, el guardia personal de Thaeler, mirándome fijamente.

Trotar era lo único que me distraía, lo único de este lugar que me hacía bien. Llevaba aquí ya un mes, Mind Research Corporation era una completa tortura. Me habían colocado en máquinas donde analizaban mi cerebro, Incluso habían llegado a quemarme el cuerpo con láser, así como también hacerme probar mis habilidades con todo tipo de cosas, porque no sólo poseía una, sino dos.

Además, estaba completamente aislada de todos en este lugar, había un comedor para todos, pero yo comía sola en mi habitación, podía salir a trotar sólo cuando los demás reclutados estaban adentro. También todas sus habitaciones se encontraban en un edificio mientras que la mía estaba en otro edificio alejado de ellos.

Había estado planeando el cómo escaparme, pude meterme en uno de los almacenes de este lugar, justo al lado de la oficina de Thaeler, y conseguir varios mapas de acá y bocetos de cómo había sido construido, pero era casi imposible salir de aquí yo sola.

—¿Terminaste? —preguntó Zachary al ver que me acercaba a ellos.

—Sí — contesté y sin esperarlo, tomé mi toalla y caminé hasta las duchas del edificio

Duré un buen rato en ellas, bañándome por completo y deseando de nuevo que todo esto sólo fuera un mal sueño producto del estrés que me causaban mis padres adoptivos.

Cerré la llave del agua y me envolví en la toalla después de secarme, agarré mis cosas y fui a vestirme con el pantalón negro y la camisa blanca que me habían dado apenas llegué, tenía como 5 prendas de cada uno para todos los días.

—Nielle, te llama Thaeler — me llamó Zachary detrás de la puerta de los vestidores.

Suspiré, no quería seguir siendo parte de esas torturas horrorosas.

Salí del vestidor encontrándome con Zachary, quien me dio su típica mirada fría, guiándome por el pasillo hasta llegar a la oficina del dueño de todo esto.

—Nielle ¿Cómo ha estado tu día? — preguntó este al verme, sentado en la silla de su escritorio.

—Normal — respondí seca mirando todos los papeles que tenía regados, leyendo los nombres de cada carpeta.

—Bien, considerando que tú no lo eres para nada —se río de su mal chiste y yo sólo rodé los ojos —te tenemos una noticia.

<< Vamos a trasladarte de edificio, ya pasó un mes y tus pruebas en esta parte, terminaron >>

Tragué el nudo que se estaba formando en mi garganta ¿van a haber más pruebas?

—Estarás con los demás reclutados. Zach llévala para que recoja sus cosas.

Dicho esto, le hizo una seña a Zachary para que me guiara. Esto nunca iba a terminar, iban a seguir torturándome.

—No llores niñata, tienes que acostumbrarte —habló el guardia a mi lado — son las consecuencias de poseer esas cosas.

Limpié mis lágrimas y lo miré con odio, era fácil para él decirlo, él no tenía que enfrentarse a estas cosas, no había sido secuestrado y sacado de su vida.

Recogí todas mis cosas y fui con él hasta el otro edificio, atravesando el gran campo por donde trotaba todas las mañanas. Al entrar e ir al comedor a desayunar algo, todos se me quedaron mirando, había por lo menos unas 30 personas sentadas y otras paradas que habían detenido lo que hacían para voltear a verme. Aclaré mi garganta nerviosa y continué lo que hacía, colocando trozos de comida en mi bandeja para ir a sentarme.

—¿Qué miran? ¡Cada uno en lo suyo! — gritó Zachary antes de darse media vuelta e irse

Nadie le hizo caso y así fueron los minutos más largos de mi vida, sentía los murmullos y las miradas sobre mí ¿Qué tanto me miraban? ¿Acaso no había llegado nadie nuevo desde hace un buen rato? Sin poder aguantar más y sin terminar mi comida, me dirigí rápido hacia el guardia que me indicaría mi habitación. Una vez estuve en ella respiré con alivio y me senté en la pequeña cama queriendo dormir un rato. 

Descontrol Mental©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora