Fria

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Lo vi alejarse, como siempre que lo trato bien. Quizás por eso discuto tanto con él, porque es la única forma de que me ponga atención. Me quedé otro rato más tomando sol, pensando en nada y a la vez en todo. Miré distraidamente el Loge Pose, pero en realidad no me preocupaba el rumbo del barco porque sabía que estaba bien.

Me levanté y fui al camarote a vestirme, ahi encontre a Robin terminando el libro que habia empezado en la mañana. Me sonrió al verme entrar y siguió con su lectura, yo saqué algo de ropa de mi closet y me cambié. La falda era corta, no recuerdo cuando empecé a usarlas asi, una polera de tirantes, para lucir sin miedo mi tatuaje, y mis tipicas sandalias, siempre me han acompañado.

Sentí un dolor en el pecho, desde hace tiempo que ha ido creciendo más y más, no me di cuenta cuando lo empecé a sentir natural y cotidiano, como si siempre hubiera sido parte de mi. Al pasar para volver a salir del camarote me miré de reojo al espejo, y me detuve casi al acto. Miré bien mi reflejo, no soy fea ¿entonces por qué me trata tan mal? Si, quizás no siempre le hablo de forma dulce, pero cuando lo hago, él me ignora.

-¿pasa algo Navegante-san?- Robin cerró su libro ya acabado y se giró en el asiento de su escritorio para verme.

-nada, solo pensaba en tonteras- salí del camarote sin decir más. Cuando iba a bajar por las escaleras para llegar a la cubierta central vi a lo lejos un punto, esa es la isla a la que debiamos llegar aquella tarde. Seguí mi camino y me sente a leer en la cubierta, la suave brisa del mar me relajó, por un momento olvidé todo lo malo que sentía, y quedó solo una hermosa sensación de amor, sonreí al pensar en una cabellera verde y me sumergi en la lectura.

"... a partir de ese momento, ambos supieron lo que sentian, se miraron como si fuera la primera vez. Unos ojos negros como la noche la absorvieron a ella, y unos labios rojos como la sangre lo hipnotizaron a él. Ya nada podia detenerlos, ahi, en el fin del mundo, no habia nadie que les impidiera gritar a los 4 vientos lo que sentian el uno por el otro. Fue ahi, en aquel peñasco escondido de la humanidad, de los animales e incluso de Dios, donde ambos se dieron cuenta lo que era aquello que muchos llamaban "estar locamente enamorados".-Fin"

Suspire y apoyé el libro contra mi, sonrei con los ojos cerrados hacia el cielo, y pense cuantas veces habia soñado en ser yo la chica de aquellas historias de amor. Sin darme cuenta las horas habian transcurrido muy rapido, el color del cielo ya estaba teñido de mandarina. Me puse de pie y mire por la borda.

-¡chicos!- grité, provocando que todos salieran, todos menos uno- hay que empezar a prepararnos para anclar.

Un "si" en coro se escuchó, volvi a asomarme por la borda y vi algo brillar entre las copas de los arboles, fue muy rapido, pestañe varias veces y al volver a mirar, ya no habia nada. Supuse que mis ojos debian de estar cansados despues de leer todo el dia, mire hacia el interior del barco y ya todos estaban en sus puestos, todos menos Zoro, suspire de forma pesada y mire a Usopp.

-¿dónde esta Zoro?- le pregunté.

-estaba en el camarote, me dijo que estaba ocupado y que no lo molestara- una vena resaltó de enojo en mi frente. Me encamine hacia el camarote de los hombres y abri de forma brusca.

-¡Zoro!- el peliverde cayó de su amaca de forma brusca contra el suelo, tuve el impulso de ayudarlo, pero en estas circunstancias debia ser firme y fuerte- ¿¡qué tan ocupado puedes estar como para no ir a ayudarnos!?

-no es algo que te incumba bruja- me miró de forma fria, tanto que senti una grieta en el corazon, pero si soy blanda, él no me escuchara, como siempre- ahora dejame tranquilo que tengo cosas en que pensar- se volvió a subir su amaca y se giró dandome la espalda.

-¿qué ocurre? Usualmente no eres asi y...

-no tienes derecho a venir a pedirme ninguna explicacion- me cortó de forma brusca y fria.

-no... no te estaba pidiendo ninguna explicacion- su tono y forma de hablar me asustaron, usualmente no es asi- solo queria saber si podia ayudarte en algo...

-¿para qué?- giró un poco la cabeza y me observo de manera cruel y con desprecio- ¿para después cobrarmelo? No gracias- ¿en serio el pensaba eso de mi?- vete.

Sali del camarote y cerré la puerta a mi espalda, me apoyé ahi unos segundos, pero mis piernas perdieron sus fuerzas y termine sentada en el suelo con la espalda reposada en la puerta. Abracé mis rodillas y escondi mi cabeza, no llorare, no tengo por qué, pero si siento un gran dolor en mi pecho. No puedo creer que Zoro me vea asi, como una persona incapaz de hacer algo bueno por él si no es por algo a cambio.

Tomé mucho aire y levanté la vista, él tiene buenos motivos para pensar eso de mi, despues de todo, solo lo trato mal. Todo este dolor que tengo en mi, es cien por ciento mi culpa, nunca lo trato bien, y cuando lo hago, es para pedirle algo...

Me puse de pie y volví calmada a la cubierta, empece a dirigir a Chopper que estaba en el timon para buscar un buen lugar donde anclar. Cuando al fin lo logramos fuimos a comer, al dia siguiente iriamos a ver la isla y nos separariamos en grupos hechos a la suerte. No volvi a ver a Zoro después de eso, no fue a comer, me retire temprano y me meti en la cama.

-Navegante-san- Robin entró y se sento en mi cama, yo solo seguia con la cabeza en la almohada-¿qué sucedio cuando fue a buscar a Espadachin-san?

-¿de qué hablas?- me senté y la miré con una sonrisa.

-a mi no me intente engañar- su mirada era seria e intachable- ¿qué fue lo que pasó?- miré a la morena que estaba en frente de mi, antes de darme cuentas ya habian un par de lagrimas resbalando por mis mejillas y me habia lanzando a abrazar a Robin.

Le conté todo lo que habia pasado y lo que Zoro me habia dicho. Ella me abrazó y me escuchó con ternura, me recordó a Nojiko. Solo me escuchó y me calmó con una voz suave. No sé en que momento me dejé llevar tranquilamente por la oscuridad del cansancio.

Aroma A AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora