Ella

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Vi a Nami irse hacia la habitación de las chicas, escuché cuando la puerta se cerró con fuerza. Miré nuevamente mis pesas ahora en el suelo, por primera vez no tenía ganas de tomarlas.

"pero me he cansado de ser amable con alguien que no lo merece"

La voz de Nami resonó en mi cabeza, sus ojos frios y la forma en que escupió cada palabra. Cerré mis ojos y suspire de forma pesada, necesitaba calmarme. Chasquee la lengua y me colgué la polera al cuello.

- ducha... eso es- hablé para mi mismo mientras salía en dirección al baño.

Una simple ducha de agua fria, rapida y directa. Salí ya vestido, pero no, la voz seguia ahi. Me dirigí a la habitación y me tiré en una de las amacas. Yo mirando el techo, un suave vaivén de la amaca, y la voz... la voz, la mirada, el tono, ella.

Restregue de forma fuerte mis ojos. Concentrate hombre. El amor es solo una distraccion. Ya lo has comprobado más de una vez... más de una vez, que en lugar de pensar en vencer a mi oponente y en ir por mi sueño... más de una vez que lo he dejado para protegerla... olvidando todo... todo por la sonrisa...todo por su existencia...todo por ella...

Suspire y me di vuelta, quedando boca abajo en la amaca. El movimiento suave de vaivén no se detuvo. Poco a poco me quedé dormido logrando sacar los pensamientos, pero siempre estuvo ahí, la voz, su voz...La voz de Nami.

-[... ] culpa- la voz de ella sonaba muy cerca, a pesar de que fuera imposible.

Movi algo, no sé que era, pero lo aparte de mí camino y me abrí paso. Llegué a la cima de algo, no sé de que. Todo es muy confuso. En el suelo esta una mujer, arrodillada de espalda a mí, sé quien es, pero no me atrevo a hablarle, solo la miro como siempre la he mirado.

A su lado esta ella, me mira sonriente, pero a la vez seria. Sus ojos, su cabello, su ropa... esta exactamente igual a aquella vez, la ultima vez...

-es tú culpa- esta vez la oí claramente. Me acerco rapido a la chica que esta en el suelo. Ella se gira cuando toco su hombro. Su mirada me duele, o quizás son sus lagrimas en esa extraña mirada lo que me duele más.

-¿mi culpa?... - susurro sin estar seguro de por qué lo digo, o de si es mi propia voz la que lo dijo.

-si, tu culpa- esta vez fue la mujer arrodillasa la que habló, su mirada no cambió, y sus lagrimas tampoco dejaron de salir. Su voz, era fria, distante... no era ella ¿o si?

-¡Oye Zoro!- Luffy gritaba mi nombre como si no hubiera mañana, de nuevo no logré retener mi sueño, ni entenderlo. Solo las recuerdo a ellas, pero con solo imaginarlas juntas, todo se me hace menos posible-¡apresurate! ¡ya vamos a la isla!

-maldición... -salí de la habitación restregandome la nuca- no dejas dormir- mi capitán rió como siempre y bajó de un salto.

-rapido espadachin-san- Robin sonrió y bajó junto a Nami, quien ni se molesto en mirarme. Bajé detrás de Usopp, quien temblaba hablando de enfermedades que no existen.

Según lo que alcancé a oír, no hay un pueblo, solo selva, y como siempre, necesitabamos comida para llenar al pozo sin fondo que todos elegimos como capitán. Cazar, no se oía mal, una buena forma de distraerse y entrenar a la vez, como en la isla de esos gigantes.

-... grupos- estaba distraido mirando una alta montaña, y lo único que capte fue esa simple palabra salir de la voz normal de Nami- Sanji y Usopp busquen agua, Chopper y Robin cuiden del Merry, Luffy y Zoro cazaran- mi nombre sonó... ¿raro? Pero nadie pareció darse cuenta.

-¿eh?- Usopp no tardó en reclamar- ¿y tu que harás Nami?

-iré a la montaña de ahi- señaló al mismo lugar que habia llamado mi atención- quiero cartografiar esta isla- su explicación, a pesar de ser lo mismo de siempre, sonó raro, como si ella en realidad no quisiera ir.

Tu culpa

Una voz, oi una voz, mire a todos lados, pero no vi a nadie más que a mis nakamas. Restregue mi cabeza ¿dónde había oído esas mismas palabras? Y ¿quién me las habia dicho?

-¡apura Zoro!- Luffy me gritaba desde un árbol, sacudi mi cabeza y caminé tras él.

Árboles, solo habian árboles. Ni arbustos, ni flores, ni enredaderas ¡nada! Solo árboles ¡no había ni pasto! ¿¡qué clase de isla es ésta!? Tampoco habia un solo animal para cazar. Esto era una perdida de tiempo increible, además que desde que nos separamos tengo los pelos de punta. Una rara sensación esta en todo mi cuerpo y me siento observado constantemente.

-oye Luffy ¿no sientes algo raro?- le pregunté sin dejar de caminar ni de mirar a los lados- ¡Luffy!- le grité porque no me contestaba-¿acaso me haces la "ley del hielo"?- le pregunté cuando me detuve y mire hacia arriba de los arboles por donde se iba columpiando- ¿Luffy?- hablé buscandolo, pero el muy tonto ya se había perdido.

Me rasque la nuca intentando quitar la sensación de mi y seguí caminado. En algun momento deberia encontrar a los demás. El bosque parecia ir angostandose cada vez más, y el camino que seguia parecia marcado de antes. Probablemente de algún otro barco que ya hubiera terminado aqui tambien. De vez en cuando miraba los arboles por si encontraba a Luffy o alguna fruta. Llegar al barco con las manos vacias, y con el enojo que parecia tener Nami hacia mi por el momento no era buena idea.

¿ahora te importa lo que diga?

Me paré en seco al oir una voz, una voz muy conocida para mi que jamás ha abandonado mi memoria. Miré hacia todos lados y puse una mano en las katanas.

Crei que solo la encontrabas una molestia enojona.

-¿quién es?- era imposible que fuera realmente ella, me quedé en silencio, no se escuchaba nada más que un sutil zumbido. El silencio suele escucharse siempre igual, pero esta vez parecia tenso, como si ya no quisiera ser silencio nunca más.

¿quién crees que soy?

Tragué saliva de forma pesada. Era imposible.

¿qué pasó Zoro? ¿Es qué no me quieres ver?

Me quedé mudo, simplemente no sabia que más decir. Definitivamente ya habia perdido la cordura. Era imposible que ella me estuviera hablando. Instintivamente di un paso hacía el frente, luego otro. Cada vez mas rapido. Poco a poco deje de caminar y empecé a correr.

Sin darme cuenta habia llegado a la cima de la montaña, senti como si ya hubiera vivido esto, como si conociera este lugar.

-fue tú culpa- la voz de ella resono en el lugar, por alguna fuerza mayor deje de correr, y caminaba siguiendo el sonido de ella- es tú culpa- a cada paso su voz era más fuerte y mis latidos más rápidos.

Moví una rama que estaba frente a mi, y me quedé paralizado. Ahi estaba, tal cual la habia visto esa última noche, nuestro último combate, nuestra última promesa, nuestras últimas palabras... ahí vi a Kuina.

Aroma A AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora