El ruido del timbre de la casa de Kimberly resonó en la casa. Se paro rápidamente del sofá y corrió hasta la puerta.
-Hola.- Justin sonrió y levanto sus manos dejando ver unas bolsas, que hasta donde Kim pudo ver, contenían dulces.
Kim se hizo a un lado, dejando pasar a Justin.
Una vez dentro, Justin dejo las bolsas en el sofá y se acerco a Kim para besarla.
-Te extrañé.- Murmuró contra los labios de su novia. Ella esbosó una sonrisa.
-Justin, nos vimos hace unas horas.- Rió Kim.
-No importa.- Se encigió de hombros, restándole importancia.
Ambos subieron hasta la habitación de Kim. Colocó una película y se echaron en la cama.
Obviamente, lo menos que hicieron fue ver la película (ustedes me entienden ocno.)
Kim y Justin sumidos en los labios del otro, no les importaba el resto del mundo. Solo eran ellos dos, nadie más existía.
Sus besos fueron subiendo de tono, pero Justin trataba de controlarse. No quería pasarse de la raya con Kim, o hacer algo que ella no quiera.
-Kim...-Murmuró Justin. -Es mejor que nos detengamos ahora, luego no podré controlarme.- Pidió.
Kimberly lo miro con ternura, sonrió.
-Dios, eres tan considerado.-Rió Kimberly.
-Y tu tan dulce que podría comerte.- Sonrió Justin, besando su nariz.
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Y que tal ehhhh?
Es corto ya se. Pero esto se trata de una historia corta, no?Lo que pasa es que no quiero terminarlaa! Me enganche mucho escribiendo esta novela ahre.
Bue, en fin
Gracias por leer!!
Las quiero y beso en donde mas les guste ahre