diecisiete;

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—Tranquila...— Justin acarició la mano de Kim, tratando de tranquilizarla. Hoy conocería a la mamá de Justin.

—¿Y si no le agrado? Y, ¿si te dice que te separes de mi? ¿Tu me dejarías?— empezó a hacer preguntas incoherentes. Justin rió y la interrumpió besándo sus labios para que se calle.

—Eso no pasará, mi mamá adora a todo el mundo. Si no le agradas, en serio que no podré creerlo.

—Wow, que bien me haces sentir.— rodó sus ojos color chocolate que Justin tanto adoraba.

Justin rió.

—Es broma amor, ella te adorará.

Sin más palabras, Justin abrió la puerta de su casa, empujando levemente a Kimberly, quien no quería entrar.

La encaminó hacia la cocina, donde probablemente Pattie, se encontraba cocinando. La mayoría del tiempo hacía eso, le encantaba cocinar. Justin aveces la regañaba por estar cocinando la mayor parte del tiempo y no salir a despejarse. Pero no se quejaba, su madre cocinaba como una mismísima chef.

—Mamá— dijo llamando su atención. —Tengo que presentarte a Kim.— se hizo a un lado dejando a la vista a Kim que estaba roja de la vergüenza.

—Es un placer conocerla, ¿mamá de Justin?— balbuceó nerviosa. Se escuchó la risita de Pattie.

—Dime Pattie.— sonrió acercandose a Kim.— Y el placer es mío, Justin me ha hablado mucho sobre ti.— abrazó a Kim, sin ningún tipo de permiso. Por supuesto que Kimberly correspondió el abrazó.

—Bien, niños, si quieren pueden ir al cuarto hasta que este el almuerzo.— sugirió Pattie, mientras se separaba de Kim y acariciaba su cara.

Justin asintió, tomó la mano de Kim y la guió hacia su cuarto.

—Oh, dios.— suspiró. —Tu madre es un maravilloso ángel y yo pensaba que iba a odiarme.— dijo una vez dentro del cuarto de Justin.

—Te dije que te adoraría.— la señaló. Se acerco a ella, abrazándola.

Notó algo en su cabello, estaba rubio en la parte de abajo.

—¿Te hiciste algo en el pelo? Está rubio aquí.— Justin hizo una mueca.

—Oh si, es que solo el color castaño ya era aburrido, así que lo tení en esa parte.

—Adoro tu pelo castaño.— sonrió besando su mejilla.

—¿Y esto no te gusta? Sigue estando castaño arriba.— hizo puchero. —Sabía que no favorecería.

—Es broma, Kim.— rió Justin. —Eres una maldita diosa y todo te queda bien.

sweet like candy; jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora