Capítulo 10. En medio de la noche.

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En el interior de un bosque justo en el centro de este, se encontraba un pequeño llano circular cubierto de pequeñas y hermosas flores de color blanco con forma de estrellas. Rodeado de enormes y tupidos árboles que parecían resguardar este. Gracias a ellos este espacio se encontraba completamente oculto por lo cual pasaba completamente desapercibido para cualquiera, incluso para los mismos habitantes del bosque a excepción de las luciérnagas que volaban entre las flores esa noche y a la extraña persona envuelta en una capa de color oscuro. La cual se encontraba oculta entre las sombras, vigilando desde uno de los enormes troncos de los árboles que rodeaba ese lugar. Esta sostenía nerviosamente su varita en una mano, aparto un momento la mirada del llano para sacar la bolsa de cuero que tenía sujeta a en uno de los lados de su cinturón, la abrió y del interior saco una hermosa botella de plata con la figura de un hermoso fénix envuelto en llamas hermosamente grabado. Sacudió la botella cerca de su oído e inmediatamente hizo una mueca de disgusto al comprobar que esta se encontraba casi vacía. La miro por unos segundos meditando si debería beber o no el contenido. Se decidió por esperar un poco más, por lo que volvió a guardarla botella en la bolsa, la cual se aseguró de atar bien a su cinturón.

Miro unos segundos más aquel lugar como si esperara algo que parecía que no iba a suceder, al menos no esa noche. Estaba por marcharse cuando se escuchó un sonido sordo justo atrás de donde se encontraba, se ocultó detrás del tronco del árbol más próximo. Agudizo su oído y escucho como algo daba unos pasos para después desplomarse. Tomo su varita y se asomó sigilosamente por uno de los costados del tronco y pudo visualizar una figura cubierta de una capa negra de piel, la cual despedía humo mientras la extraña figura trataba de ponerse en pie. Inmediatamente reconoció a la persona y corrió a socorrerle.

— Mi Señ...

— La figura levanto una mano indicándole que no se acercara. — No me toques. — Logro decir con voz débil, mientras se ponía de pie. — Tuve un pequeño contratiempo...

— ¿Se encuentra bien?...

— Si... Esos malditos se están moviendo con más rapidez de la que esperaba... —Dijo la extraña figura mientras se aproximaba a la que se mantenía a unos metros de distancia. — ¡Vamos! Necesito limpiarme los rastros de ese fuego maldito... me llevo apagarlo más tiempo del esperado, sin embargo he encontrado algo que puede ser de utilidad... — Expreso mientras ponía todo su esfuerzo en caminar. — ¿Nadie se dio cuenta de mi ausencia?

— No, todo salió de acuerdo a lo previsto...

— ¿Aún no ha regresado?

— No necesitaba decir más, sabía perfectamente de quien estaba hablando. —No, pero ha mandado una carta esta mañana.

— Bien, necesitamos darnos prisa, antes de que alguien se dé cuenta de mi ausencia. También hay algo de lo que necesito hablar contigo... —Expreso mientras comenzaba a caminar al mismo tiempo que meditaba — Esa maldita arpía está moviendo sus piezas y posicionándolas de acuerdo a sus planes... Sin embargo tengo la sensación de que hay algo más que se me está escapando, sea como sea tengo que averiguarlo cuanto antes, ya que no me queda mucho tiempo... — Al pensar sobre ese lugar se detuvo un momento y miro directamente a la persona que se encontraba frente a ella. —Llegado el momento no dudare en utilizarte.

— Esta no dudo ni por un segundo y respondió sin dejar de mirar a la persona frente a ella. — Mi vida es vuestra y puede disponer de ella como le plazca.

— Eso hare. —Afirmo.

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Narcissa seguía al pequeño elfo que la guiaba a través de los pasillos de la mansión, hasta que este se detuvo en una hermosa puerta de cedro obscuro, Drodo abrió la puerta para darle paso a la sobrina de su amo, le hizo una pequeña reverencia. Ella ingreso al interior de la estancia. La puerta se cerró a su espalda inmediatamente al mismo tiempo que se escuchaba el sonido del seguro de la puerta cerrándose.

Evocación: El Legado de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora