Draco no entendía porque su madre había insistido que regresara a Hogwarts. El odiaba ese lugar y lo último que quería era estar ahí. Estaba seguro de que sería señalado por todos pero le importaba una mierda, no es como si no lo hubieran hecho antes y podía lidiar con ello. Simplemente no quería estar en el lugar que le recordaba como su vida se fue al carajo.
Había días en los que se preguntaba qué hubiera pasado de haber aceptado la ayuda de Dumbledore, pero era algo que jamás sabría.
En ese momento había algo más que lo estaba incomodando, últimamente tenía el presentimiento de que algo no estaba bien, no sabía cómo explicarlo pero parecía que todo su cuerpo se encontraba en un estado de constante alerta y algo en su interior sabía que algo estaba por ocurrir. Se encontraba pensando en eso, cuando sin saber cómo ni porque llego al lago. Fue entonces que vio a una chica caer en el lago negro. Ni siquiera lo pensó simplemente su cuerpo reacciono por él y se arrojó al agua helada. Tomo el cuerpo de la chica en sus brazos y la coloco en el muelle. Se sorprendió por un segundo al descubrir de quien se trataba, pero una vez que la sorpresa termino se apresuró a darle primeros auxilios. Ella no tardó en reaccionar y el repentinamente sintió el impulso de apartarse lo más lejos posible de la castaña.
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Walden se encontraba maldiciendo internamente mientras veía el tono azul, verde y negro de la piel de su brazo, tenía un aspecto asqueroso. Hizo una mueca de asco y se volvió a colocar el guante de color negro al mismo tiempo que hacia un juramento silencioso. La próxima vez que estuviera cara a cara con Lorcan le haría pagar caro la pérdida de su brazo.
Sin embargo ese no era el momento para pensar en eso, tenía una misión en ese momento. Un escalofrió recorrió su columna vertebral. Encontró la determinación que necesitaba al pensar en las consecuencias de lo que ocurriría si volvía a fallar. Se colocó la capa de color negro sobre sus hombros, tomo un puñado de polvos flu y los arrojo en la chimenea.
Walden— El número 42 de West Street. — Pronuncio claramente y se adentró en el fuego de color verde para después desaparecer.
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En lo profundo del bosque de la reine en Francia se encuentra ubicada una enorme mansión invisible para los ojos de los muggles y magos que no estén autorizados a verla. Solo unos cuantos conocen la ubicación precisa de la extraordinaria mansión de color blanco que se levanta con soberbia. Protegida por una enorme muralla de árboles perfectamente simétrica.
En una de las habitaciones más apartadas de la mansión, se encontraba un chico de leyendo detenidamente un enorme libro de piel de color negro. Se encontraba sentado en el barandal del balcón de su habitación. Cabello negro que caía sobre su rostro y piel pálida, vestido con un pantalón de color oscuro, camisa blanca y un chaleco del mis color que su pantalón.
Se encontraba tan concentrado en lo que estaba leyendo que ni siquiera aparto la mirada de lo que leía, cuando llamaron a su puerta.
— Adelante. —Dijo sin apartar la mirada del libro.
Un hombre vestido con un impecable traje negro entro por la puerta con una carta en mano.
— Señor, disculpe que lo moleste, pero ha llegado esta carta para usted. — Dijo mientras le tendía un sobre en una bandeja de plata.
Esta vez el chico aparto la mirada del libro que lo tenía tan absorto, revelando un par de enigmáticos ojos de color gris oscuro. Estos se detuvieron en el sobre que tenía pequeños destellos dorados y un sello de color dorado.
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Evocación: El Legado de los Black
FanfictionLa Noble y Ancestral Familia Black a llegado a su fin con la muerte del ultimo varón del linaje de los Black o tal vez no... Toujours Pur "Siempre Puros"