Capítulo 16. Idas, venidas y regresos III

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Draco se levantó bañado en sudor y en su mirada se lograba percibir el miedo. Una vez que sus ojos se adaptaron a la oscuridad miro a su alrededor y logro distinguir los muebles de su habitación.

La habitación de la que era el único ocupante, ya que Gregory se había mudado a la de Theo y Blaise. Ya que al parecer no soportaba la idea de estar en el lugar que le recordaba a su amigo Vincent Crabbe.

Un sentimiento de culpa inundo su pecho, en el fondo sabía que Goyle lo culpaba de la muerte de Crabbe y no podía culparlo. El mismo lo hacía, ya que aunque le pesara reconocerlo, la verdad era que en todos esos años nunca los había visto como amigos sino como sus subordinados desde el principio y eso tuvo como resultado una influencia negativa que los llevo a seguir sus pasos.

Sin embargo no toda la culpa recaía en sus hombros, lo sabía. Los padres de ambos chicos habían tomado un papel determinante al ser también servidores de Voldemort. Ellos los que los alentaron a convertirse en mortífagos, de la misma manera que Lucius hizo con él.

Aun podía recordar el día en que los tres fueron marcados y lo animados que estaban por serlo. Podía recordar el momento en que su piel entro en contacto con la varita y el terrible dolor que se propagó como veneno por su piel conforme el símbolo del señor tenebroso era grabado en su brazo. Después de eso descubrió el verdadero significado de ser un "Mortífago".

Se estremeció al recordar todo lo que vio y sobre todo al recordar todo lo que le obligo a hacer "su señor". Su estómago no pudo evitar revolverse al pensar en ello. Se odiaba a sí mismo y odiaba a su padre por conducirlo a ese camino. Todas las noches podía escuchar las voces suplicando piedad, los ojos llenos de miedo implorando piedad. Las pesadillas no se iban y no se irían nunca.

Se levantó de su cama y el contacto del suelo frío con sus pies le hizo despejar por un momento sus miedos. Se acercó a una de las cortinas de su habitación y las abrió. Algunos rayos acompañados por unos truenos iluminaban la tormenta que caía sobre el castillo.

Por alguna razón esa noche se sentía intranquilo y en el fondo sabía que eso no tenía nada que ver con los espectros que cargaba. Era algo diferente, algo parecido a una pequeña voz en su interior que al principio susurraba y que cada vez se iba haciendo más fuerte hasta el grado en que era imposible seguir ignorándola. Algo estaba por ocurrir y tenía el presentimiento de que no era nada bueno.

*****

Afuera de la casa de Fleur y Bill se estaba desatando una tormenta y el mar embravecido rugía como una bestia embravecida. El sonido llegaba hasta el interior del Refugio donde Remus se encontraba recostando al pequeño Teddy en su cuna. El pequeño había quedado rendido después de que su padre colocara un hechizo insonoro en la habitación.

En momentos como ese no podía evitar sentirse avergonzado por tratar de dejarlos a él y Tonks atrás pero gracias a las palabras de Harry recapacito y ahora tenía una familia propia a pesar de su condición de licántropo. Era afortunado y a pesar de que algunas veces le entraban dudas y temores estos se despejaban al ver a Tonks y su hijo. Ellos eran la principal razón de que deseara hacer todo lo posible para evitar otra guerra.

Nymphadora no pudo evitar abrazar por atrás a Remus, el hombre que amaba y por el cual haría cualquier cosa.

Remus— ¿Sabes que tengo que hacerlo?

Tonks— Lo sé y yo iría contigo si pudiera....

Remus— Cuida a Teddy.

Tonks— Promete que si las cosas se ponen peligrosas harás todo lo posible para salir de ahí y regresar con nosotros.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2017 ⏰

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Evocación: El Legado de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora