Capítulo 11. En medio de la noche II

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Lorcan observo a la persona que terminaba de romperle el cuello e hizo una mueca.

Lorcan— ¡Ese maldito¡ — Soltó al darse cuenta de que la persona que sostenía del cuello no era Walden era un hombre más bajo. Arrojo el cuerpo lejos de él.

Al mismo tiempo que Howler olisqueaba el aire. Se giró rápidamente pero fue demasiado tarde.

— ¡Bombarda Máxima!

El hechizo impacto directamente en el pecho de Howler provocando que su cuerpo saliera disparado e impactara contra uno de los muros de la taberna.

Lorcan— Sus ojos se tornaron de un color rojo más intenso. Miro en la dirección opuesta en la que se encontraba el cuerpo de Howler y pudo verlo. — Un hechizo desilusionador, me decepcionas Walden. — Dijo mientras se preparaba para la pelea. Ese hechizo era de un alto nivel no solo le permitió mimetizarse con el ambiente, también lo hizo su aroma. Esa era la razón por la que Howler y él no lo habían percibido. — Parece que alguien te ha enseñado nuevos trucos.

Walden se deshizo del hechizo al darse cuenta que era inútil usarlo contra Lorcan. Mentalmente se recrimino por no haberlo dejado fuera de combata a el primero.

Walden— Será mejor que me digas lo que quiero saber o de otra forma desearas haber muerto tan rápido como Howler.

Lorcan— ¿Y qué es eso que deseas saber? — Dijo tratando de hacer algo de tiempo para hacer su movimiento. Algo en su interior le decía que tenía que salir de ahí. Saldría de ahí pero no lo haría sin Howler.

Walden— Sonrió con malicia. — Pensándolo bien será mejor sacarte la información si estás muerto.

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Una hermosa mujer de cabello castaño se encontraba sentada sola en una enorme sala. De aspecto era sobrio pero elegante. Elegantes sillones de piel negra de Dragón. Mesas de mármol gris. Altas paredes tapizadas con un soberbio tapiz de color azul y gris. Bellamente iluminada por un elegante candelabro de cristal.

Repentinamente se abrió la puerta. Provocando que ella girara la cabeza en dirección a la enorme puerta. Un hombre de aproximadamente unos cincuenta años. Cabello blanco perfectamente peinado hacia atrás. Vestido con un sobrio traje gris. Se dirigió a ella.

— El señor la recibirá ahora.

Ella se levantó y lo siguió en silencio por el enorme y oscuro pasillo hasta llegar a una enorme puerta. El hombre le abrió la puerta y se hizo a un lado para permitirle la entrada. Ella ingreso al interior de lo que era un despacho igual de magnifico que la sala. La puerta se cerró tras ella. En el interior se encontraba un hombre bastante atractivo. Cabello de castaño un poco largo. Barba y bigote bien recortados. Unos sorprendentes e intimidantes ojos de color gris azulado. Vestido con un impecable traje de color oscuro. El cual resaltaba aún más el color de sus ojos. Se encontraba de pie. Completamente dueño de sí mismo. Sin quitarle la mirada de encima.

— ¿Así que por fin has decidido aparecer Jane?

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El cuerpo de Lorcan se encontraba tendido en el piso. Wallden se encontraba sosteniendo su varita apuntando a la cabeza de Lorcan extrayendo sus recuerdos. La fina luz de color blanco se vertía en el pequeño frasco de cristal que sostenía con la otra mano. Cuando estaba a punto de terminar de llenar el frasco, sintió un fuerte dolor. Ante su sorpresa vio como la mano que sostenía el frasco caía inerte en el suelo. El cuerpo de Lorcan se desvaneció en un instante al igual que el cuerpo de Howler. Y todo comenzó a arder a su paso. Walden sintió la presencia de alguien a su espalda. Se giró para ver quién era, pero todo lo que pudo ver fue una luz naranja impactando directamente en su cabeza.

Evocación: El Legado de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora