La fiesta de Halloween estaba a una semana de realizarse y todos se encontraban emocionados por eso.
Al entrar al gran comedor Harry se dio cuenta de que los adornos de Halloween ya se encontraban adornando el enorme salón. Calabazas flotantes talladas con rostros sonrientes iluminadas por velas en su interior, murciélagos revoloteando en el techo y arañas tejiendo telarañas de diferentes colores. Sonrió al imaginar la cara que pondría Ron al ver a las arañas en el comedor esa mañana, sin embargo solo se permitió disfrutar de ese pensamiento por un segundo.
La principal razón de que se encontrara en el comedor era Luna. El primer lugar donde fue a buscarla fue el bosque negro, ya que sabía que ella disfrutaba de pasar su tiempo libre ahí, pero no había tenido suerte. Su única esperanza es que acudiera a desayunar.
Aún era temprano por lo que solo unos pocos alumnos se encontraban en el comedor. El pelinegro pensó en ir a despertar a Ron y Neville pero repentinamente se dio cuenta de algo.
Usualmente Luna no convivía con sus compañeros de casa por lo que desde que se hicieron amigos era habitual su presencia en la mesa de Gryffindor ya fuera con Harry y Ron o con Neville y Ginny, pero desde que regreso al colegio ella ya no lo hacía, además de que no la había visto en el comedor. Ese era un comportamiento extraño en ella. Harry trato de pensar que tal vez estaba exagerando las cosas pero algo en su interior decía lo contrario. Sin pensarlo dos veces salió del comedor a toda prisa.
*****
La directora McGonagall no podía creer lo que estaba leyendo. Frente a ella se encontraban Arthur Weasley y Remus Lupin quienes oportunamente habían llegado en el momento que terminaba de recibir una carta del Primer Ministro de Magia.
Termino de leer la carta una última vez, confirmando que no se le escapaba nada. Fue entonces que levanto la mirada para encontrarse con la mirada de sus visitantes.
McGonagall— ¿Qué está pasando en el Ministerio, Arthur?
Arthur— No lo sé con precisión, pero lo que puedo decir es que desde hace varios días las cosas en el Ministerio están muy movidas. No solo por los crecientes ataques de Vampiros y Hombres Lobo... Algo más está pasando. El Primer Ministro ha tenido varias juntas a puertas cerradas con personas de puestos muy importantes en el mundo mágico entre ellos el Ministro de Defensa y el Ministro de Relaciones exteriores...
McGonagall— ¿El Ministro de Defensa y el de Relaciones exteriores? ¿No se supone que esos dos no se toleran? — Pregunto sorprendida al conocer por Albus un par de historias de la rivalidad entre ambos ministros.
Arthur— Es por eso que todo mundo se pregunta qué está pasando. Debe ser algo muy grabe ya que por lo que se ninguno de los dos se ha agredido o retado a un duelo durante las reuniones.
McGonagall— Las cosas van peor de lo que me imaginaba pero lo que no entiendo es por qué razón Kingsley me está pidiendo que prepare el colegio para recibir nuevos alumnos...
Arthur— La miro confundido. — ¿Recibir nuevos alumnos?
McGonagall— Si, desconozco la razón de porque me está pidiendo eso, pero hare los preparativos necesarios, tendré una reunión en unos minutos con los profesores para informarles de esto. En cuanto al segundo punto. — Esta vez dirigió su mirada a Lupin. — Es tu decisión Remus pero quiero que sepas que tu lugar siempre estará disponible.
Remus— Gracias, Minerva. He decidido ir a Wiltshire...
McGonagall— Asintió levemente. — Creo que deberías decírselo a Harry.
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Evocación: El Legado de los Black
FanfictionLa Noble y Ancestral Familia Black a llegado a su fin con la muerte del ultimo varón del linaje de los Black o tal vez no... Toujours Pur "Siempre Puros"