Nota 28.2

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Y ahí estaba, sentado en el banco con la cabeza gacha, sus dos brazos apoyados en sus rodillas y sus manos cruzadas ayudando a reposar su cabeza, no me veía, pero yo a él sí.

Se levantó, estaba nervioso, lo sé porque estaba chasqueando sus dedos una y otra vez.

Debía de hacer esto rápido.

Caminé hasta la otra fila de taquillas, me escondí arrastrándome contra la pared y de un sólo golpe fuerte cerré la puerta.

El seguro estaba por fuera, era un armario, era obvio, ¿no?

Pero cuando fui a echarlo, tanteé con mis manos y no había nada.

Mierda, gemí.

Apoyé el peso de mi cuerpo contra la puerta mientras Zack golpeaba con los puños una y otra vez.

Me senté en el suelo haciendo presión con toda mi fuerza, él era mucho más fuerte que yo y ya estaba agotada.

Tanteé hasta coger el banco y lo arrastré como pude.

Lo posicioné delante de la puerta, volví a tirarme encima de ella impidiendo que abriese y respiré profundo.

-¡Sacadme de aquí! - pidió golpeando aún más fuerte y arrastrándome a mí y al banco.

Empecé a traer toda clase de cosas que vi, me dejé las manos y la fuerza de por vida al arrastrar las taquillas hasta delante del banco, pero eso, finalmente sirvió para que no pudiese mover ni un milímetro mi barrera - Chica anónima...- dijo agotado y yo intenté regular mis respiraciones entrecortadas.

Le iba a contestar, pero me acordé de que si él escuchaba mi voz, sería descubierta al día siguiente cuanto que algún profesor me preguntase algo en clase.

- Chica anónima sácame de aquí, tengo pánico a los espacios cerrados, no puedo respirar - escuché su plegaria y miré a la barrera con las manos metidas en los bolsillos.

Respiré, respiré, respiré hasta que los golpees fueron a menos.

-Te juro que te meteré tal puñetazo en el estómago cuando salga de aquí que vas a tener que operarte para volver a ordenarte todos tus estúpidos órganos - estaba entrando en pánico. - Sácame de aquí- exigió metiendo otra paliza a la puerta.

Era hora de irme ya de este lugar.

Me agaché, cogí mi nota y la arrastré por el suelo hasta que quedase dentro de la habitación en la que él estaba encerrado. 


Zack, ¿Tú la quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora