Capítulo 1: La partida

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Narra Lucy.

La pelea contra Tártaros al fin terminó. Hubo pérdidas, dolor, descubrimientos, pero ya acabó. Luego de batallas así, es típico del gremio relajarse y celebrar. Aunque la estructura estuviera hecha pedazos nosotros seguíamos en pie, siempre y cuando estuviésemos juntos todo iba a marchar bien.

Entre los escombros de Fairy Tail, nosotros estábamos de lo mejor bebiendo. Vi a Gray y a Juvia irse a un rincón, a Gajeel llevarse a Levy a otro lado, sólo quedamos Natsu y yo, expectantes.

Natsu: Lucy... ¿Quieres que te lleve a casa?

Lucy: Estás de broma, mírate, no te puedes sostener ni a ti mismo -ríe-

Natsu: ¿Cómo qué no?

Se paró todo tambaleante intentando demostrarme que estaba bien, yo pasada de copas solo reí. Estos momentos con él me encantaban, nadie molestaba. Intentando seguirle el juego también me levanté y me subí a su espalda...

Natsu: Ahora entiendo el dolor del pobre Happy...

Me ruboricé, siempre me decían que estaba pesada. Pero mis piernas se sentían pesadas y mi cuerpo se sentía cansado, así que no reproché. Llegamos a casa, me bajé de su espalda y abrí la puerta. Entramos, Natsu ya habiendo gastado mucha energía en la caminata se tiró al suelo, quedándose él encima de mí.

Lucy: ¡Oye, Natsu!

Natsu: Cállate, estoy cansado...

Lucy: Pero tú también pesas...

Cuando volví a hablar, él me cayó de un pequeño beso. Anonadada lo miré a los ojos, estaba mirándome fijamente. Me puse nerviosa, su mirada me seguía de pies a cabeza. Intenté levantarme, pero él ya me tenía sujeta de ambas muñecas.

Volvió a besarme, pero esta vez con más pasión, un beso más prolongado, nuestros labios se unían entre el olor a alcohol y nuestros cuerpos rozándose, provocando que los besos pasaran a ser toqueteos por aquí y por allá... Lo uno llevó a lo otro, terminamos siendo uno solo. Me dormí entre sus brazos, estaba feliz, no importa que no seamos totalmente conscientes de lo que hacemos, había cierta parte de nosotros que deseaba eso.

Los rayos de sol se veían a través de mi cortina, miré a un lado y sonreí. Estaba a su lado, ojalá todos los días fuesen igual a este. Con esa cabellera iluminada por el sol, esos brazos cubriéndome y apretándome como si fuese un tesoro, este cuerpo solo para mí.

Natsu: ¿L-Lucy...?

Había despertado, creo que su reacción no fue la misma que la mía. Se separó de mí y me miró, él estaba desnudo y yo también, vi su rostro, estaba intentando comprender...

Natsu: ¿Qué pasó?

Era difícil responder aquello como si nada. ¿Cuáles eran las palabras adecuadas...? ¿Y si la idea no le agradaba? Me avergonzaría mucho soltar algunas palabras. Él definitivamente no recordaba nada.

Lucy: ¿P-Pasar? No ha pasado nada, en absoluto. Anoche tenías mucha calor, ¿b-bebimos mucho, recuerdas? Por eso nos quedamos así

Natsu: Ah, ya veo...

Se levantó y se vistió. El ambiente estaba denso, espero que haya creído lo que le dije, si al final recordara todo sería mucho peor. Nos fuimos al "gremio", o lo que quedaba de él, donde aún había gente ebria. Happy llegó a nuestro lado, lo saludé, pero él no sonrió.

Lucy: ¿Sucede algo?

Natsu: Nosotros debemos contarte algo.

Su cara de inusual seriedad me decía que no venía nada bueno...

Natsu: Happy y yo nos iremos por algún tiempo a entrenar.

Se me apretó el pecho. Me siguieron mirando, inexpresivos, Happy tomó a Natsu y se lo llevó. Les grité que no me dejasen atrás, yo podía ir con ellos, pero no voltearon ni se detuvieron. A pesar de que corrí, mis piernas se detuvieron y no pude más. Lloré. Al rato fuera del gremio llegó el maestro y anunció la separación del gremio. Ya nada podía ser peor. Me fui a casa con el corazón destrozado, y pronto, se destruiría aún más...

Aún lo amo |Fairy Tail|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora