Aún lo amo |Fairy Tail|

Capítulo 6: Ayuda, deseos y miedos

Narra Lucy.

La vida se me había vuelto más y más pesada. Natsuki y Raito lloraban cada noche, yo ya tenía un aspecto pálido y ojeroso, apenas dormía. Mis espíritus celestiales fueron de gran ayuda, me dejaban tomarme algunas siestas, aunque la energía que ocupaba en llamarlos también me pesaba.

Recibí apoyo moral y económico por parte de Erza, Gray y Levy, eran los únicos que sabían de mi situación actual, aunque ni siquiera a ellos les rebelé mi paradero, por precaución. Junto al dinero también venían cartas, pero la última me sorprendió

"Espero que esta carta llegue a ti, Lu-chan. Están pasando muchas cosas en Magnolia, en especial en el gremio, ¡si, el gremio! Desde que Natsu llegó a la ciudad se dedicó a reunir a la gente que estaba marcada en tu mural y juntos nos decidimos por revivir el gremio. Ojalá haya un día en el que tú puedas volver con nosotros, después de todo, ¿eso es lo que deseabas, verdad?".

Inconscientemente, él cumplió mi deseo. Así que Fairy Tail había renacido, me alegro... Pero no podía volver. Le tengo terror a la expresión de Natsu cuando se entere de lo que en realidad pasó... Tengo pesadillas de eso, de él rechazándome y aislándome de su entorno, yo quiero formar parte de su vida... ¿Pero él quiere ser parte de la mía?

Como me gustaría que mis padres estuvieran vivos, de seguro se encantarían con estas linduras.

Cada vez que tenía un espacio libre, o Natsuki y Raito dormían, me alejaba un poco de casa y comenzaba a entrenar. Tengo que ser fuerte... Por mis hijos y por mí misma, no tenemos un hombre que nos proteja, así que yo cuidaré de todos.

Un año después.

Un año y tres meses ya tienen mis hermosuras. Natsuki era muy animada, ya había aprendido a caminar y cada vez que yo me despistaba trataba de escapar, en cambio Raito era más calmado y prefería quedarse en un sillón, a dormir.

Ambos habían demostrado tener magia, los dos utilizaban fuego. Cuando Raito daba bostezos grandes, una cálida llama salía de su boca, sólo eso, por otro lado Natsuki se la pasaba todo el rato jugando con pequeñas bolitas de fuego en sus manos. Esto será... Difícil.

Raito: Ma... ¡Mamá!

Mi pequeño rubio había despertado, me estaba llamando. ¡Oh dios me está llamando! ¡Raito dijo su primera palabra! Corrí a tomarlo, estaba mirándome somnoliento.

Lucy: Vamos, Raito, repítelo, ¿cómo me llamaste?

Raito: Mamá...

Me hacía tan feliz... Era tan bonito escuchar esas palabras. Dejé a Raito en su cuna y pronto observé a Natsuki, ¿ella también podría...? Me miró, hizo una pequeña mueca, desvió la mirada y siguió jugando con sus bolitas de fuego. Reí, eran tan diferentes... Pero los dos me recordaban a él... Natsu, ¿qué estarás haciendo ahora? Podría ser que... ¿Estuvieses pensando en mí también? No, no, imposible. Concéntrate. A este paso ni siquiera debe recordar cómo soy ni quién soy, después de todo, ni Erza, Gray o Levy han hecho mención en una de sus cartes de que me haya buscado... Aunque fuese un poco.

Pensando en cartas, hay una de Gray que aún no abro...

"Lucy, no suelo mandarte cartas... Pero quiero que sepas que andando por Magnolia escuché que últimamente, en los bosques de los pueblos cercanos, han andado criaturas muy peligrosas que han terminado con la vida de gente que pasa por ahí. Ten cuidado, por favor... Estoy preocupado por ti y por lo niños, ya sabes que a ti te veo como a una hermana y a ellos como mis sobrinos"

Qué miedo. Pero... Soy una maga de Fairy Tail, no nos pasará nada. Creo que ya es hora de dormir, hoy entrené mucho y mis pequeños no me han dejado descansar.

Lucy: Buenas noches, mi pequeño perezoso... -le da un beso en la frente- Buenas noches, mi... ¿D-Dónde está tu hermana?

Se me apretó el pecho y sentí como mi respiración se agitaba. Me di la vuelta, la ventana estaba abierta, el viento entraba con fuerza y la noche se hacía respetar ante mis ojos... Llamé a Virgo para que se quedase con Raito y salí a búsqueda de Natsuki, temiendo lo peor.