Aún lo amo |Fairy Tail|

Capítulo 13: Estoy en casa

Narra: Lucy

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Llamé a Raito varias veces para dentro de la casa, y luego de un rato salió. Siempre me he abstenido a regañarlo, es demasiado sensible y no lo culpo... Por mi embarazo, por la vida que le he dado y por lo que vio durante su niñez. Su afición por las cosas nuevas lo ha salvado, incluso una vez quería que Gray le enseñara magia de hielo, es un tontito.

Hoy iríamos a Magnolia por un encargo, deberíamos cruzar un gran bosque.

Llegamos exhaustos a un campo fuera de la ciudad, y al oír el estómago de Raito rugir porque había visto las hortalizas, no resistí decirle que fuera, que no se preocupara, pero que por ningún motivo se quitara la capucha.

Me quedé allí a esperar, pero de repente escuché un ruido a mis espaldas. Creí que era mi hijo, pero no... El pelo rosado inconfundible, acompañado de esos ojos color jade... Maldito destino. Me paralicé, no sabía qué hacer. Quería correr pero mis piernas no reaccionaban, y mis brazos solo querían ir y abrazar a Natsu. Él no me hizo nada malo... Todo esto fue culpa de alcohol, pero...

Me lanzó un ataque y por suerte logré reaccionar. Pero para mí mala suerte, mi capucha me traicionó y se salió... Natsu quedó anonadado, mirándome, como si fuera una diosa o qué sé yo... En unos segundos se lanzó sobre mí, botándome al suelo, abrazándome fuertemente. Sólo podía temblar... ¿Qué voy a hacer si ve a Raito?

Tantos sentimientos que creí haber enterrado con el tiempo... Se volvieron a encender con una intensidad increíble en unos segundos, con una sola mirada. Después de tanto tiempo... Aún lo sigo amando.

Natsu: Lucy...

De repente sentí como algo nos empujó contra la tierra, vi una pequeña expresión de disgusto en la cara de Natsu.

Raito: ¡Aléjate de mi mamá, maldito pervertido!

Mierda.

Natsu: -se levanta molesto- ¿¡Quién te crees que eres, mocoso!?

Se dijeron varias palabras duras, y luego chocando frentes se amenazaban mutuamente. Le ruego a dios que Raito no se dé cuenta del gran parecido que tiene con Natsu, y que éste no haya escuchado cómo me llamó Raito...

Raito: ¿Y qué? ¿Crees que voy a permitir que cualquier desconocido se tiré sobre mamá como si nada?

Natsu: ¿Cómo le dijiste...?

Raito: ¡Mamá! ¿Estás sordo, viejo?

Los ojos de Natsu voltearon hacia mí, poseía desesperación... ¿Qué voy a hacer? Quiero desaparecer, no puedo afrontar esto, no sola.

Natsu: Lo que él dice, Lucy, ¿es verdad...?

Desvíe la mirada, asentí. Ahora sus ojos demostraban decepción... Cómo podría decirle que es su hijo...

Raito: -se va al lado de Lucy- ¿Es un conocido tuyo...? –se sonroja- Lo siento, señor, yo no sabía, y-yo... Mi nombre es Raito Heartfilia, tengo doce años y uso magia de...

Le tapé la boca y sonreí. Vi como la mente de Natsu comenzaba a trabajar, procesando todo... A veces la educación de mi hijo me dejaba en verdaderos aprietos. Natsu bajó la mirada y volvió a mirarme a los ojos... Quiero explicárselo todo, pero no es tan sencillo...

Natsu: Veo que no perdiste el tiempo cuando me fui a entrenar... ¿Sabes? Todos en el gremio te extrañan, ¿te tomarías la molestia de acompañarme a casa?

Estiró su mano ante mí, sus palabras me dolían... Quería llorar. Acepté su mano, extrañaba demasiado esa calidez. Raito solo nos observaba, y caminó junto a nosotros. Nos fuimos en silencio y llegamos al gremio, dudé mucho al momento de entrar, ¿cómo me recibirían todos?

Vi como en las caras de la mayoría se formó una gran sonrisa, qué alivio. Por fin, estoy en casa... Saludé a todos, y traté de actuar normal ante Gray, Erza y Levy, que nos miraban asustados, preguntándome con la mirada qué sucedía... Pero olvidé un muy importante detalle.

Raito aún más nervioso que yo, se quedó fuera, esperando. Lo fui a buscar y todas las miradas se posaron en él, su timidez le jugó en contra. Mi hijo estaba observando el lugar levemente sorprendido... Desde que nació ha estado en el bosque, era de esperarse.

Raito: ¡Ah, está el tío Gray!

Rayos... Olvidé por completo el hecho de Raito ya conoce a algunos... Miré hacia el lado, Natsu estaba enojado. Hay mucho ruido, este familiar ruido, pero el silencio entre nosotros era demasiado incómodo.

Natsu: Y... ¿Quién es el padre, Lucy?

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