Aún lo amo |Fairy Tail|

Capítulo 12: Te encontré

Narra: Natsu

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Cada vez me están pasando cosas más raras. La otra vez, cuando salí de misión luego de haber seguido a Gray, Levy y Erza, volví al gremio al día siguiente. Y estos tres... Tenían unos olores fuertes sobre ellos. Una era el de Lucy. Cuando lo olí estuve a punto de lanzarme sobre ellos para preguntarles que rayos sucedía... Pero los otros dos olores que traían encima me desconcertaron... Estoy casi seguro de que eran los mismos aromas que sentí hace años cuando fui a la casa de Lucy...

No fui capaz de superar eso olores diminutos, y esas sensaciones que me transmitían... Ternura, necesidad... Con una pizca de desesperación.

Muchos meses después, me digné a quedarme un solo día en casa para dormir bien y descansar. Pero desperté en medio de la noche, alterado, sudando, con un dolor en mi corazón, como una puntada, un sufrimiento inaguantable... Como si me hubiesen arrebatado la mitad de mi vida, mi pecho dolía mucho y tenía un mal presentimiento. Algo le había pasado a un ser querido mío, pero cuando fui a Fairy Tail todos estaban bien, podría haber sido... ¿Lucy?

Enloquecí con la idea de que algo le hubiera ocurrido. Sabía que Gray tenía información de Lucy, estoy seguro. En medio de la noche corrí a su casa y grité hacia dentro. Me abrió somnoliento, y en cuanto le conté, me llamó loco y me cerró la puerta en la cara.

Al otro día, lo vi llorar sosteniendo una carta en las manos... Luego Erza y Levy estaban igual. Solo espero... Que ella esté bien.

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Mi constante búsqueda seguía sin dar resultados. Simplemente no la encontraba, no aparecía por ningún lado, pero no me rendiría y tampoco pediría ayuda. Fui al gremio temprano por una misión, me quedé mirando el tablón...

Natsu: Rayos, se han acabado casi todas las buenas.

Revisé todo detenidamente, hasta que vi un papel con una buena recompensa, en las fronteras de Magnolia, perfecto. Aunque el enunciado era algo extraño.

Mirajane: ¿"Necesito que atrape a mi ladrón de hortalizas"? –ríe-. Bien, ya puedes irte, Natsu.

No quería irme en esos malditos transportes... Daría una caminata. Por el camino me fui leyendo una revista, escuché que Lucy había trabajado ahí, así que compraba los artículos cada vez que salían, por si acaso daba una señal de vida. Esta vez la portada de la revista llevaba a una encapuchada, decían que era una peligrosa ladrona que frecuentemente iba por las afueras de Magnolia junto a su posible discípulo. Me gustaría probar qué tan fuerte son.

Quién puso el anuncio en el gremio era un simple viejo, pero tenía el dinero así que acepté. Me quedé entre sus cosechas a vigilar durante la noche y a la mañana siguiente el ladrón se hizo presente. Para mi sorpresa, era la misma persona que vi en la portada de la revista, ¡perfecto!

Me levanté de mi escondite, la figura de mi oponente era la de una mujer, sin duda algo familiar.

Le lancé mi rugido del dragón de fuego, con una rapidez increíble lo esquivo, pero el viento que produjo mi ataque logró volarle la capucha...

No me podía mover, mis ojos no creían lo que estaba viendo... Lo que tanto había buscado, por lo que no descansé... Esos ojos color chocolate y el cabello rubio, más largo que de costumbre... ¿Cuántos años han pasado ya? ¿Doce o más? No importa ya, la felicidad era demasiada...

Natsu: Lucy...

Hasta sentí ganas de llorar. Me lancé sobre ella, quería abrazarla, mis brazos la necesitaban desde hace mucho tiempo. Su cuerpo era muy delgado comparado a lo común y la tez de su piel era más clara.

Ella no hablaba. Estaba quieta, pero pude sentir como su cuerpo temblaba. Quería hacerle tantas preguntas... Cuando iba a hablar, sentí en mi espalda un golpe, me quedaba, realmente ardía... Pero eso no iba a hacer que la dejase de abrazar.

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