Aún lo amo |Fairy Tail|

Capítulo 18: El laberinto de la bruja

Narrador Omnisciente

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El niño sorprendido al ver que Natsu despertó, se lanzó hacia atrás y tiró las tijeras lejos procurando que su padre no lo hubiese visto.

Natsu: ¿Qué hora es? –bosteza-

Ante tal alboroto Lucy también terminó yendo al salón, viendo como Raito temblaba en el suelo y Natsu lo observaba sin comprender qué pasaba. Con preocupación la rubia se acercó y agarró a su hijo del hombro.

Lucy: Hijo, ¿estás bien...?

Raito: ¡Suéltame!

Natsu: ¿Qué te sucede?

Raito: ¡Eres tú! ¡No te puedo aceptar, no puedo!

Lucy ya estaba un poco molesta y harta de la situación, por lo que terminó soltando unas palabras.

Lucy: Tendrás que aceptarlo. Yo también quiero ser feliz, Raito.

Raito: Pues sé feliz, pero, ¿necesitas estar al lado de este tipo? ¿Acaso él te devolverá a Natsuki?

Lucy, dolida, se cruzó de brazos y bajó la cabeza. La edad en la que estaba Raito era difícil, además, lo que años atrás le robó a su hermana le seguía doliendo, lo atormentaba y usaba aquel hecho como defensa.

El pelirosa que seguía en el sofá, se levantó y tomando a Raito por los hombros lo miró fijamente a los ojos con una gran sonrisa.

Natsu: Lo conseguiré.

Lucy: ¿Natsu?

Natsu: No sé cómo, pero lo haré. Sólo así me aceptarás, ¿no? Traeré a tu hermana de vuelta como sea.

Al niño le brillaron los ojos y con determinación, aceptó las condiciones.

No era algo común lo que él dijo, Lucy estaba asustada de lo que pudiera suceder y Natsu pensaba en cómo cumpliría lo que dijo. Todos volvieron a dormirse. Raito estaba aferrándose a esa esperanza, a aquellas palabras... También era consciente de lo imposible que podía resultar, pero si había una posibilidad por más pequeña que fuera, quería volver a abrazar a su hermana y jugar con ella.

Al día siguiente Natsu fue al gremio con la única idea de cumplir lo que dijo. Le pidió ayuda a todos, y gustosos, aceptaron. ¿Cómo traerían a alguien desde la muerte?

Levy: El inframundo. Sólo allí podremos hacer esto.

Natsu: ¿Y cómo cojones se llega allá?

Gray: Cállate y escucha, el inframundo no es cualquier cosa.

Levy: Aquí, en Magnolia, hay un único lugar que podemos denominar como portal; se apoda "El laberinto de la bruja". Es de los más peligrosos en el mundo, una única persona ha salido luego de entrar... A la bruja le gustan los juegos, apostar, hacer que te pierdas, te pone condiciones para recuperar el alma porque es muy traviesa y ama jugar con las vidas.

Natsu: ¿Dónde queda?

Levy: Entre las colinas de Magnolia, pero...

Ella iba a seguir hablando, pero él ya había partido. Lucy lo siguió junto a Raito, ambos estaban preocupados luego de escuchar lo que decía Levy.

En la colina, había una gran estructura formada de arbustos, con una gran puerta de madera dibujada con calaveras. Natsu se paró frente a ella, volteó para ver a Raito, y a Lucy.

Raito: Te estaré esperando..., papá.

Lucy: No nos iremos hasta que vuelvas.

El pelirosa le dio una sonrisa y sin dudarlo, entró. Al principio había un montón de caminos por elegir, pero sólo siguió el del medio.

Parecía que pasaba mucho tiempo. Ya no sabía cuantos días llevaba ahí, pero no se detuvo. Aunque el camino pasó de ser de ramas a espinas, siguió.

-¿Qué buscas aquí, humano? Me sorprende que hayas llegado ileso aquí.

Natsu: Quiero que me devuelvas un alma.

-¿Y crees que eso es así fácil? ¿Pedirlo y ya? –ríe- No, no.

Natsu: ¿¡Entonces qué tengo que hacer!?

El pelirosa estaba algo desesperado, el ambiente era tan opaco, la voz de la bruja demasiado tenebrosa, y él estaba ahí en medio sin saber dónde ir o qué hacer. El deseo de su hijo por recuperar a su hermana, se había vuelto un deseo propio para Natsu.

Una luz se encendió y a la vista del mago de fuego estuvo la bruja, sentada en un alto trono con mirada amenazante. Detrás de ella, había un gran cristal, y a través de él se podían oír voces desesperadas pidiendo ayuda.

-Pues verás, pequeño humano. Si quieres sacar a alguien de aquí, alguien debe quedarse –sonríe-. ¿Qué me dices?

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