CAPÍTULO XIII

1.1K 89 3
                                    

Mis favoritos siempre fueron hombres muy carismáticos aunque no muy inteligentes pues eran impulsivos, recuerdo que una vez Rob se metió en problemas con aquel, tuve que mandar a llamar a ambos y recordarles que nadie puede hablar de espadas sin mi permiso, es algo peligroso y esos dos pensaban ir a duelo. Corrí a Rob del lugar a gritos, y le dije al otro que si volvía a amenazar con espada yo llamaría el hacha del verdugo, y le tire de las orejas hasta la salía. Siempre tuve un carácter muy fuerte.

Después de que Rob se casara de nuevo y sin mi permiso, me costó mucho perdonarle, se había ido con una de mis damas, que también es mi pariente, la nieta de mi tía María Bolena. Después de todo aquello, y después de la muerte de Rob, su hijastro se ganó mi favor, era un joven apuesto y completamente diferente a Robert, este era el conde de Essex. Me enamore de su juventud, cosa que ya yo no tenía para ese entonces. Le quise tanto que le perdone muchas cosas, que fuese un grosero y que me desafiara. Y a pesar de que era el hijo de Lettice. Siempre me negué a verla después de lo que hizo, Rob nunca me insistió en que la dejara regresar aunque era ella su esposa. Pero sé que a ella le duele más el haber perdido mi favor que a mí su traición, ella me quitó a Robert, pero no por mucho, porque él se fue amándome.

Essex me adoraba, a su modo pero lo hacía. Era un joven sincero e imprudente. Era común que en mi mente lo compara con el conde de Leicester, porque mi dulce Robin siempre fue un adulador, su único error fue casarse con Lettice. Pero, jamás se enfrentó a mí abiertamente, y supo bajar su cabeza cuando se lo ordene. Fue mi favorito siempre, incluso durante su muerte. Aun lloro su muerte, aun conservo su última carta.

Si existe algo que aun aprecio de Essex es su dignidad, jamás se atrevió a pedirme un título o tierras, claro que las esperaba pero jamás las pidió.

Vaya ironía de la vida, que sentí tanta ira hacia Lettice y compartimos dos amores. Aunque ahora que lo pienso solo uno fue de verdad. Porque Essex me desafío, me desobedeció y me traicionó, se subió a ese barco aun cuando se lo prohibí.

Lo maldije muchas veces cuando recibí su carta, se había ido sin mi autorización, se había ido pasando por alto mi voluntad. Le escribí exigiéndole que regresara de inmediato, pero no lo hizo. Regreso 3 meses después. Le dije que explicara su comportamiento, él se lanzó al piso y me llenó de halagos y pidió perdón. Me juro que todo lo había hecho por mí, y por Inglaterra.

Cedí ante sus palabras. Le perdone aquel atrevimiento, era igual que con Rob, le perdonaba todo, aunque Essex era mucho más rebelde que mi Robin.

-Ven aquí, cuéntame las aventuras - le dije sonriendo. Él me besó la mano y comenzó a decirme toda la historia. A veces podía ser tan encantador que comencé a premiarlo por todo, como había hecho antes con mis favoritos. Comenzó a hacerse un hombre rico, y no me importaba que mi prima Lettice se viera beneficiada por eso, a pesar de que antes hubiera intentado dejarla sin dada.

Cuando mi Robin murió, debía mucho dinero a la corona, claro que sus deudas eran por darme constantes regalos caros, pero cuando murió pedí que se le cobrará todo a su viuda, no tuve piedad de ella. Pedí que se le quitará todo hasta que saldará la deuda. Luego ella se casó por tercera vez y su condición mejoró. Porque Robert fue su segundo esposo.

Muchos decían que Essex me amaba, que se había enamorado de mi, claro que no de una forma romántica, me amaba de una forma extraña, él no era Rob que deseaba casarse conmigo. Él me escribía hermosas cartas, siempre adorándome, y yo estaba fascinada con él. Aunque era una vieja, sin belleza, él me miraba y me hacía sentir joven de nuevo, me gustaba estar rodeada de gente joven, pues había visto caer como manzanas maduras a todos mis amigos, habían muerto por enfermedades y por los años así que no permita que nombraran la muerte en mi presencia, me aturdía.

Mi segundo Robert, el conde de Essex, hizo lo mismo que mi Rob, se casó en secreto y tuvo un hijo, pero ya había pasado por esto antes. Enfureci, lo amenace, le eche de la corte pero luego le volví a perdonar y regreso con el amigo de siempre. Este es el punto en el que más se diferencian ambos, porque Leicester había aprendió la lección, no desafiar a la reina, pero Essex nunca la aprendió, y eso marcó su final.

-Ve a que te ahorquen - le grite a Essex un día que me hizo rabiar y que me desafío.

A Robert Cecil jamás le había caído bien, él decía que Essex era un ambicioso y un arrogante, cualidades de su madre obviamente. Quien siempre soñó con que le perdonara. Nunca permití que mostraran su rivalidad, los mantuve la margen, porque aunque Essex era mi favorito cariñosamente, Robert Cecil era el hombre más importante para mí, era él quien manejaba todo junto con su padre. Él era un hombre muy bajo, no apuesto, tenía una ligera desviación en la columna, aunque la gente tendía a exagerar ese defecto. Él era un poco sensible respecto al tema pero yo no le daba importancia, le tenía tanto cariño. Le decía a veces mi pequeño elfo, claro con cariño. Él siempre me advertía de todo, y con Essex no fue la excepción.



YO, ELIZABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora