- ¿Por qué no? - pregunto Pablo.
- Estamos en el patio, en cualquier momento tocan para el almuerzo -lo miro.
- Ven...
Pablo la tomo de la mano y la llevo, más bien arrastro al segundo piso.
Llegaron al salón 4-B, el cual estaba vacío.
- ¿Que hacemos aquí? - pregunto Paula, mientras se sentaba en el escritorio.
- Van a remodelarlo - dijo Pablo acercándose, mientras se sacaba el abrigo.
- ¿Que tiene?
- Nadie nos va a molestar - le susurro.
Pablo se metió entre las piernas de Paula, y fundieron sus labios en un apasionante beso.
Ella subió sus brazos hasta su cuello y con una mano comenzó a acariciar el cabello se el, enredándolo en sus dedos y volviéndolo a soltar.
Bajo sus besos hasta el cuello, haciendo estremecer a la chica.
La blusa le impedía llegar más lejos, por lo que la desabrocho.
Dejo de besarla por un momento y la observo.
- ¿Qué pasa? - pregunto ella.
- Nada, es solo que se me hace tierno que sigas usando estos - dijo Pablo tomando el sujetador de Paula. El cual era algo infantil.
Ella se sonrojo y lo volvió a atraer para besarlo efusivamente.
Pablo le desabrocho el sujetador y bajo para llevarse uno a la boca y con la otra mano masajearle el otro.
Paula cerró los ojos y gimió al sentir los dientes de Pablo morderle con suavidad.
Ella pensó que no era justo que el estuviera haciendo todo el trabajo, por lo que rozo una rodilla con el ya sobresaliente miembro de su amigo.
Él se mordió el labio y cerró los ojos disfrutando de aquella sensación.
Pablo aparto la rodilla de la chica y le subió la falda. Pues si seguía rozándole era capaz de terminar dentro de sus pantalones, pero necesitaba entrar en ella.
La recostó en el escritorio, le bajo las bragas y comenzó a lamer su feminidad.
- Ah... Pablo... -dijo con la voz entre-cortada al sentir como introducía su lengua en ella.
El sonrió al ver la cara de Paula, mientras le acariciaba la cabeza.
Paro de lamer y la miro.
- No otra vez, sigue... - dijo Paula, y lo obligo a seguir con su labor.
Cuando Pablo sintió las piernas temblar se detuvo y se levantó.
Paula también quería jugar con él.
Al igual que él se levantó y lo sentó en una silla.
- No quiero que gimas, si lo haces olvídate de esto ... -le susurro en los labios -. Aguántate, Rodríguez.
- Que dominante... -sonrió.
Paula se puso en cuclillas y bajo el cierre del pantalón de Pablo.
Lo bajo hasta los tobillos, observo sobre el bóxer y sonrió.
Se levantó a besarlo y bajo una mano hasta su entrepierna. La metió por debajo del bóxer y lo acaricio
- Ah... -susurro Pablo.
- Que te aguantes -dijo Paula.
- Mierd'a, no puedo... - se mordió el labio al sentir la mano de su amiga haciéndole presión.
- Si puedes... - le mordió el cuello-. No quiero oírte gemir, ¿Entendido?
Pablo no contesto nada.
Ella bajo nuevamente y le bajo la prenda.
Ahora si cobraría venganza...
Movió su mano de arriba-abajo y le dio una lamida.
Pablo no puedo evitar que se le escapase un pequeño gemido, Paula lo miro y le susurro un 'Shhh'.
Ahora si se sintió morir al sentir la cálida lengua de su amiga recorriendo su miembro.
- Paula, n-no te detengas... -dijo apenas.
- Cállate, Pablo-sonrió.
Jamás había visto a Paula así, por lo general él siempre era el que tenía el control. Pero no podía negar que verla de esa manera lo excitaba.
Ella siguió lamiendo y masajeándole, hasta que lo sintió vibrar.
Sin importarle nada, Pablo dio un grito y termino en la boca de Paula.
Abrió los ojos y miro a su amiga, sonriente.
- ¿Qué hiciste? ¿Te lo tomaste? - le pregunto sorprendido.
- Ajá - le respondió avergonzada.
- Mier'da Paula ... - se levantó y la tomo del brazo para ponerla contra el escritorio -. No se cómo lo haces...
- ¿Hacer qué?
- Ponerme como piedra una y otra vez, ¿Que tienes que ninguna me pone como tu? -la beso.
Ella sonrió y no tomo en cuenta sus palabras, no quería ilusionarse pues pensó que lo que el decía era solo producto de la excitación.
La tomo y la sentó nuevamente en el escritorio, metió su mano por debajo de la falda y la acaricio, mintiendo un dedo en ella.
- Por dios... entra de una vez...
Quedando poco tiempo para los dos, busco en su pantalón el sobre plateado.
Una vez que lo encontró, lo abrió con cuidado y se lo puso.
Rozo su miembro con la feminidad de Paula, y entro de golpe.
Paula se mordió en labio inferior tratando de no gritar.
- Quiero oírte gritar Paula ...
Ella solo negó con la cabeza.
- Nadie va a oírte, no tengas miedo, princesa.
Pablo la embistió con más fuerza logrando sacarle gemidos a su amiga.
- Mas rápido ... -pidió Paula.
Obedeció y comenzó a moverle con más rapidez.
- Me voy a correr... - susurro Pablo, mordiéndole el cuello a Paula.
Volvió a gritar al terminar.
Siguió moviéndose con fuerza esperando a que su amiga también terminara.
- Dios ... -cerro sus ojos con fuerza - ¡Aah!.
El sintió las paredes de Paula temblar y sus uñas enterrarse con fuerza en su espalda aunque siguiera con su camisa puesta.
- Creo que este es el mejor polvo que eh tenido ... - dijo Pablo con su cara escondida en el cuello de la chica.
- Patrañas.
La campana sonó y los dos se sobresaltaron.
Pablo salió de Paula y se vistió.
- ¿Adónde pretendes dejar eso? - pregunto Paula, apuntando al preservativo.
- Pues en el baño, en la basura.
- Entonces apresúrate o el baño se va a llenar.
- Lo sé, te veo en la cafetería - la beso en los labios y se fue, dejándola sola en el salón.
Pablo bajo con las manos en los bolsillos del abrigo y camino al baño.
Cuando salió ya más calmado, dos chicas lo llamaron.
- ¡Hey, Paio!
- Micaela, Florencia, hola - las beso en la mejilla.
- ¿Y Pau? - pregunto Micaela-. Supimos que la echaron de la clase.
- Si, por tu culpa, i'diota - Florencia le dio un golpe en el hombro.
- ¡Eh!, enana no te pongas agresiva - Pablo le revolvió el cabello y le hizo cosquillas.
- Bueno, bueno par de bebes... - río Micaela-. ¿Y Pau?
- No lo sé, me dijo que había ido al baño, no se adónde estará ahora -mintió y continuo haciéndole cosquillas a Fernanda.
- ¡Basta, Paio!, o me haré aquí mismo.
- Esta bien -rio-. Vamos a la cafetería, supongo que ahí debe estar Pau.
Empujo a las dos chicas para que comenzaran a caminar, dio un vistazo al segundo piso y vio a Paula bajar las escaleras.
Ella paso por el baño antes de ir a encontrase con Pablo y sus amigos a la cafetería.
Se miró en el espejo y se hizo una cola en el cabello pues la trenza ya se le había estropeado.
Se arregló la blusa y la corbata y salió.
Saco una bebida y unas galletas de las dispensadoras y busco a los chicos.
Se paseó por entremedio de las mesas cuando al fin Micaela le grito, llamando su atención.
Paula se acercó y se sentó junto a ellos.
- Hola -saludo.
- Hola - saludaron todos al unísono.
- Ammm, Pau tienes algo aquí -dijo Bruno, apuntando a su cuello.
Pablo se atoro con la bebida dejando escapar una gotas y río por lo bajo.
Continuará..
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