La familia llegó a casa con sus dos nuevas mascotas, estaban agotados pero se entretuvieron jugando con los cachorros. Junmyeon se sentía feliz de haber elegido a esos nobles animales, les había dado un hogar así que se sentía bien consigo mismo.
—Niños, creo que debemos ir a dormir ya – les sugirió.
—No – dijo Hanna quien se entretenía jugando con Jake, así le había puesto al perro que no tenía una oreja aunque sus ojos comenzaban a cerrarse.
—Sí, vamos – levantó a la pequeña sin mucho esfuerzo y la cargó hasta su cuarto.
Depositó a la pequeña en la cama, besó su frente y cuando se iba a ir miró como Jake se subía a la cama de Hanna para dormir con ella pero en el borde de la cama como un buen guardián.
—Te la encargo – le dijo al perro quien sólo le vio, rio ligeramente antes de cerrar la puerta.
Para su sorpresa Mark ya estaba en su cuarto metiéndose en la cama, parecía cansado y Cake quien resultó ser una cachorra le seguía.
— ¿Cansado? – preguntó Junmyeon entrando al cuarto.
—Sí, fue un día largo – miró como su hijo se acostaba – creo que es la primera vez luego de tanto tiempo que pasamos juntos un día entero – él lo pensó, tenía razón.
—Desde que se fue... — dejó la oración al aire pero su hijo la comprendió perfectamente.
—Papá, en serio que si te enamoras de alguien por mi está bien – alzó una ceja – un amigo dice que su padre es más feliz ahora que tiene novia y que
— ¿No tienes miedo de que sea una madrasta malvada? – preguntó en broma. No esperaba que su hijo le diera la siguiente respuesta.
—Puede que no tengas tanto tiempo para nosotros pero tú nunca dejarías que alguien nos tratara mal – abrazó a su hijo quien aceptó el abrazo, podía parecer algo rebelde pero lo cierto es que Mark era un chico muy amable y sensible.
—Será mejor que duermas, mañana irán a la escuela – dijo despidiéndose.
—Lo sé – murmuró molesto, la idea de ir a la escuela no le gustaba mucho.
—Buenas noches – se dijeron ambos.
Junmyeon estaba ya a punto de irse a dormir cuando escuchó un ruido provenir de afuera, fue rápidamente a ver aunque no vio nada en un principio y luego recordó lo que le habían dicho en el restaurante, que ahí espantaban. Se dijo que aquello era una tontería así que mejor se fue a dormir.
Eran las 3 am cuando escuchó de nuevo aquellos ruidos, esta vez Hanna y Mark fueron a su cuarto asustados a decirle que escuchaban aquello, hasta Jake y Cake ladraban con fuerza.
—Es el fantasma que dijeron que vivía aquí – les dijo Mark, Hanna comenzó a espantarse.
—No digas eso, tu hermana se espanta – le regañó – y yo también – agregó en un murmullo – seguro es algún animal, iré a ver
— ¿Qué? No, no vayas papi – le jaló del brazo Hanna.
—Lleva esto mejor – le tendió un bate de béisbol el chico y su padre lo tomó.
—Cuida a Hanna – le dijo antes de irse.
Bajó lentamente las escaleras, fue hacia la cocina y se espantó al ver que la puerta estaba abierta, un ladrón seguramente. Siguió el camino y vio a alguien de espaldas, levantó el bate para darle un golpe en la cabeza pero la persona se volteó soltando un grito. Luego Jake llegó corriendo y se aventó a esa persona.
—No, no, sueltamente Niko, soy yo – empezó a decir esa persona. Junmyeon fue a encender la luz y se encontró con...
— ¿La chica del refugio? ¿Qué haces aquí? ¿Eres ladrona? – la chica se levantó, el perro le había dejado de lamer.
—No, claro que no – le miró y luego todo el lugar – con razón habían cosas y estaba cerrada la puerta
— ¿De qué hablas? – quería saber por qué esa chica estaba ahí metida. Sus hijos bajaron y también se sorprendieron de ello.
—Mi nombre es Yerin y vivo allá enfrente – señaló hacia la casa que estaba enfrente de la suya, no le habían hecho mucho caso hasta ese momento – estoy aquí porque creí que se habían vuelto a meter, verán, el señor Han era mi amigo así que cuidé su casa de bandalos, de hecho Niko perdió su oreja aquí
—Se llama ahora Jake – le corrigió Hanna.
—Bueno, Jake, vi luces así que creí que había entrado alguien otra vez, no sabía que la vendieron, como me la paso trabajando, mi mamá dice que soy muy descuidada – se rascó la cabeza y los vio, los tres andaban en pijama – creo que debo irme
—Claro, es tarde, ¿qué tal si vienes mañana? Necesito que alguien me explique algunas cosas – le pidió Junmyeon.
—Mañana no trabajo en el refugio pero estaré en mi huerta, búscame atrás de mi casa y ahí me encontrarás – le informó levantándose – Buenas noches – dijo yéndose por la puerta de la cocina.
—Pudo haberse ido por la puerta de allá, ¿no dará una gran vuelta? – preguntó Mark.
—Sí, creo que también es distraída – agregó la pequeña Hanna, los tres rieron.
—Vamos a dormir – les dijo su padre. Los tres subieron las escaleras.
—Oye papá, ¿y qué cosas quieres que te explique? – preguntó Mark de repente antes de irse a su cuarto.
—Algunas cosas sobre la casa – respondió, la verdad no sabía porqué había pedido aquello.
—Hmm – murmuró, sonrió divertido y se metió a su cuarto.
Ahora aquella chica de anteojos gruesos tenía nombre.