Yerin fue la primera en abrir los ojos, estaba acostumbrada a levantarse temprano por lo que se encontró con el brazo de Junmyeon rodeándole. Sonrió al ver su rostro, parecía realmente relajado mientras dormía, con cuidado quitó su brazo y se cambió. Rio ligeramente al notar como sus prendas habían terminado en varios lugares del cuarto, sus mejillas se sonrojaron al recordar lo que había sucedido y cuando estuvo cambiada fue darle un pequeño beso a su novio en la mejilla.
No le quería despertar pero él abrió los ojos de inmediato, tenía el sueño ligero por si pasaba algo con sus hijos, costumbre de padre. Cuando la vio algo sorprendida de verle despierto la jaló de la cintura y la llevó con él a la cama. Ambos reían divertidos de sus pequeñas travesuras de amantes.
Cuando terminaron de darse mimos en la cama por bastante tiempo, bajaron a desayunar algo, aquella habría sido una mañana normal como todas las anteriores pero algo cambiaría muchas cosas. Estaban haciendo el desayuno cuando escucharon que un carro entraba por la pequeña calle de la casa, ella se asomó bastante curiosa y sin decirle algo a él salió corriendo hacia afuera.
Junmyeon le siguió sin comprender muy bien a qué se debía su comportamiento. Yerin fue hacia los brazos de un desconocido para él, con el ceño fruncido se acercó hasta ellos y cuando por fin vio el rostro del hombre que abrazaba a su novia se arrepintió de haber ido, sin embargo cuando ambas miradas se encontraron supo que era demasiado tarde.
—Yerin, ¿podrías decirme qué hace mi jefe aquí? – fue lo primero que dijo, Jummeyon sintió como todo se le iba de las manos al ver el rostro de confusión de ella.
— ¿De qué hablas Jonginnie? Él es mi novio, Kim Junmyeon – respondió Yerin sin saber lo que pasaba.
— ¿Tu novio? ¿Cómo es que te hiciste novia del presidente de EXO Inc.? – preguntó bastante sorprendido Jongin que no entendía muy bien lo que sucedía ahí, miraba a su hermana y a su jefe.
—Creo que te equivocas hermano, él es – siguió diciendo ella.
—No Yerin, no se equivoca tu hermano, de verdad soy el presidente de EXO Inc. – admitió por fin Junmyeon que ya no podía callar aquello, había sido descubierto y sólo le quedaba afrontarlo.
— ¿Qué? No – rio nerviosa – que buena broma Junmyeon – no lo quería creer – porque es una broma ¿verdad? Tú no me mentirías así, ¿verdad? – se acercó a él pero sólo esquivaba su mirada.
—No es una broma Yerin... Lo siento – dijo por fin.
Ella frunció el ceño, no podía ser cierto, ella negaba con la cabeza bastante dolida, no lo quería creer. No quería creer que el hombre al que se entregó le mintió sobre eso, no cuando ella había sido tan sincera con él.
— ¿Por qué? – preguntó por fin llorando.
—Es que después de escucharte decir que mi empresa no era ecológica sentí tanta vergüenza y no quise decírtelo hasta que lo remediara y ya lo hice – le empezó a decir acercando su mano a la mejilla de ella para quitarle las lágrimas.
—No me toques – pidió aventando su mano – no has arreglado nada, mi hermano está aquí porque fue despedido por tu empresa – le dijo señalando a su hermano que observaba todo callado.
— ¿Qué? Eso no puede ser cierto, yo mismo supervisé el proyecto, di luz verde para que se hiciera – les empezó a decir confundido, estaba seguro que hizo todo eso.
—Pues me han despedido hace unos días, por eso vine – contestó Jongin.
—Deja de mentirme ya, ¡Vete de aquí! – exigió Yerin bastante dolida.
—Yerin, por favor escúchame – intento acercarse pero su hermano se interpuso.
—Creo que se te han acabado las excusas, será mejor que te vayas – le pidió él, ya no quería ver como lastimaban a su hermana.
—Pero
—Por favor, váyase – volvió a decirle.
Se hizo a un lado buscando ver a Yerin quien lloraba detrás de su hermano, miró sus pequeñas manos aferrarse a la espalda de Jongin, le había perdido. Exhaló pesadamente y se dio la vuelta, tenía que arreglar aquello.
***
Luego de eso los Kim se fueron del pueblo. No se despidieron de nadie, ni de Yerin y eso sólo le lastimó más porque creyó que al menos le buscaría de nuevo pero no, simplemente huyó como el mentiroso que era y ni siquiera pudo despedirse de Mark y Hanna.
Los días eran más lentos, su madre había llegado de su largo viaje y su hermano seguía en casa, su vida iba regresando a la normalidad pero ella no era la misma. Le habían roto el corazón por primera vez en su vida y dolía, dolía recordar todos los momentos que había pasado a lado del hombre que amó y seguía amando porque a pesar de todo no podía sacarlo de su corazón, no después de haberle dejado entrar tan profundo.
La madre de Yerin, Soyoung, observaba como su hija se iba marchitando al pasar los días. La torpe Yerin ni siquiera estaba presente puesto que ahora era un zombi que rondaba la casa, tenía que hacer algo.
—Yerin, yo sé que el primer amor duele pero no puedes seguir así, ¿qué hay de tus animales? – preguntó Soyoung acercándose a donde estaba, se encontraba en la mecedora del pórtico.
—Ellos están bien, el refugio tiene dinero suficiente como para subsistir 10 años – suspiró, aquello era gracias a Junmyeon, no le costó darse cuenta que todos esos donadores que llegaron de manera milagrosa eran seguramente amigos de él.
—Sé que están bien pero también sé que te necesitan, esos animalitos no quieren verte triste ¿o sí?
—No me trates como una niña, mamá, de verdad estoy triste – no quería seguir escuchando como ella le intentaba solucionar la vida porque no era tan fácil.
—Yo sé que estás triste pero no resolverás nada estando simplemente triste – le acarició la mano – ni siquiera parece que intentes superar este trago amargo
—Porque no lo puedo superar mamá, yo de verdad le amo y le extraño tanto, ya ni siquiera estoy tan molesta por la mentira, tal vez sólo quería tener unas vacaciones tranquilas, no sé la verdad
—Pues ve a buscarle – le animó su mamá – si es así ve a verlo
— ¿Cómo voy a llegar así nomás? Una simple campesina entrando a una gran empresa – bufó — ¡qué buen chiste!
— ¡Yerin! – Alzó la voz su madre lo que le espantó un poco – No te eduqué para que te desprecies, no eres una simple campesina y lo sabes muy bien – ella asintió.
—Perdón – susurró – es que de verdad estoy deprimida.
—Mi pequeña Yerin, eres demasiado pura y noble, amas una vez y jamás lo olvidas – le dijo abrazándola con cariño.
— ¿Y eso es bueno o malo? – preguntó aceptando el abrazo, estar con su madre era la mejor cura.
—Es bueno, porque sabes realmente a quien amar y a quien no, estoy segura que ese hombre era alguien bueno ya que te cautivó – acarició su cabello y dejó que su hija llorara en sus brazos.
—Lo era mamá, lo era – dijo entre sollozos.