Capítulo 6

4.7K 474 111
                                    

Luego de contarle cosas básicas, su nombre, edad, que era viudo, los nombres de sus dos hijos y edades, decidió no contarle sobre su trabajo. No sabía porqué lo ocultó o quizá sí, no quería que se enojara con él por ser el presidente de la compañía que tanto odiaba, le dijo en cambio que estudió biotécnica, lo cual era cierto, y que era profesor de universidad. Ella lo creyó sin mucho esfuerzo.

Se despidió de ella para irse a trabajar y eso hizo. Revisó los planos que le había enviado el nuevo ingeniero, le pareció todo muy bien y de hecho cuidaba aspectos ecológicos por los que seguramente la junta de infraestructura le había dicho que no. Llamó enseguida al jefe de la junta de infraestructura para decirle que aprobara eso, lo dejó en sus manos y siguió trabajando hasta que se fue el día.

— ¡Papá! – llegó Hanna emocionada a abrazarle.

— ¿Cómo te fue, amor? – preguntó con dulzura. La pequeña le empezó a contar su día y en eso entró a la cocina Mark quien parecía no haber tenido un gran día como su hermana — ¿Sucedió algo? – le habló a su hijo.

—Pasa que me molestaron algunos chicos porque soy de la ciudad, lo cual no entiendo, debería yo molestarlos por ser campesinos – refunfuñaba Mark con verdadero enojo.

—No creo que lo ideal sea seguirles el juego, de hecho he comenzado a pensar que lo mejor será no decir que soy el presidente de EXO Inc. – les sugirió a sus hijos — ¿O lo han dicho ya? – los dos negaron.

—Está bien, yo tampoco quisiera que se volvieran unos lambiscones, es mejor la venganza en un platillo frío – Junmyeon hizo una mueca – es broma papá, mejor dinos, ¿cómo te fue con la vecina?

—Bien, me contó que el fantasma era ella

— ¿Qué? Explica eso – y así los tres se sentaron a platicar.

***

Era ya su tercer día ahí y en el pueblo corría el rumor de que un padre soltero y muy guapo había llegado, fue cuestión de unas horas para que varias mujeres solteras (y algunas que no lo eran) fueran a darle la bienvenida como excusa para ver si eran ciertos lo rumores y vaya que lo era. Junmyeon llenó las expectativas de las mujeres solteras del pueblo.

Le llevaron pastel de arroz, gelatinas, tartas de todo tipo y un sinfín de comidas que llenaron el refrigerador de la casa. Algunas mujeres eran tan descaradas que hasta le dejaban su número, cada que eso pasaba sus dos hijos rodaban los ojos. Era ya la llamada a la puerta número treinta y Junmyeon estaba hartándose además de que no había espacio en el refrigerador ya, se sorprendió cuando se encontró a Yerin.

—Perdón que te venga a molestar pero se ha acabado el gas en mi casa, ¿puedo cocinar aquí? Les haría la cena claro está – pidió ella algo nerviosa, no quería ser encajosa.

—Claro pero tenemos mucha comida – le contestó él.

—Oh, ya veo, entonces iré al pueblo a comer – dijo ella dándose la vuelta, Junmyeon la jaló del brazo.

—No, come con nosotros – propuso él, Yerin se lo pensó por unos segundos.

— ¿Seguro? No quiero ser una molestia – él negó con la cabeza.

—Para nada lo eres, ven, entra – le abrió la puerta completamente y ella entró.

—La casa se ve muy diferente ahora – miró todo el lugar y al llegar a la sala se encontró con Mark y Hanna – Hola chicos – saludó acercándose, los dos perros se acercaron – también los he extrañado chicos pero parece que tienen un bonito nuevo hogar – sonrió acariciándolos.

—Oye Yerin, ya nos dijo papá que eras el fantasma – se acercó Hanna.

—Ah, sí, lo era – ambas comenzaron a tener una larga plática y desde la cocina Junmyeon le observaba.

Si había algo que le cautivaba era que trataran bien a sus hijos y Yerin parecía hacerlo de maravilla porque simplemente ella era encantadora con todos, con los animales, plantas y humanos. Calentó la comida y pronto los llamó a comer.

—Esto se parece a la comida que hace la señora Jeon – comentó Yerin de repente mientras comía un bocado de pastel de arroz – y sabe cómo el de la señora Jeon

—Ella lo trajo, han venido a darnos la bienvenida, supongo porque es sábado – comentó inocentemente él sin darse cuenta aún de los planes de todas la mujeres del pueblo.

—Oh sí, todos son amables aquí – agregó ella. Mark y Hanna querían darse un golpe en la cabeza al ver que los dos adultos eran muy ingenuos, aunque quizá eso los hacía más perfectos el uno para el otro.

Se la pasaron hablando de miles de cosas, risas, bromas y muchas sonrisas hubieron en esa comida. Mark veía con buenos ojos a Yerin, había pasado tanto tiempo desde que tuvieron una cena así y Hanna parecía querer a Yerin porque era muy amable y dulce con ella.

—Mi hermano me ha hablado muy emocionado hace rato, la compañía EXO Inc. ha decidido aprobar su proyecto que cuida al medio ambiente, estoy emocionada por él, ambos pensamos en la idea – los tres se vieron, Junmyeon con la mirada les pidió a sus hijos que no dijeran nada.

— ¿Cómo se llama tu hermano? – preguntó de manera casual aunque se imaginaba el nombre.

— ¿Eh? Ah, se llama Jongin, Kim Jongin

Era todo, más casualidad no podía existir.



Say yes (Suho/Junmyeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora