Capítulo 9

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Al otro día Yerin despertó alterada al ver que no estaba en su casa. Revisó su estada y cuando se dio cuenta que estaba bien, con las mismas ropas del día anterior, se relajó. Bajó de prisa las escaleras y se encontró con Jummyeo que entraba a la casa, al parecer había recogido el periódico.

—Buenos días – dijo él al verla ya despierta.

—Buenos días, ¿me quedé dormida aquí? – preguntó confundida.

—En la camioneta pero te traje aquí porque tienes el sueño pesado – contestó con una sonrisa.

—Oh sí, mi mamá dice que soy como una roca para dormir – rio algo nerviosa, no podía creer que la haya visto dormir, seguramente babeando porque su madre le decía constantemente que babeaba muchos las almohadas.

—Pues tiene razón – le dijo — ¿Quieres desayunar?

—Ehm, no, debo ir a la iglesia corriendo, hoy debo ayudar – le dijo yendo hacia la salida, hizo una venia – gracias por cuidarme anoche, nos vemos luego – se apresuró a despedirse y salió corriendo.

— ¡No corras o caerás! – le gritó él desde lejos, demasiado tarde porque ya se había tropezado.

Se levantó y volvió a correr algo apenada. Junmyeon sonrió desde lejos al verla entrar a su casa, realmente era muy torpe.

***

Pasó una semana desde aquello y no se habían vuelto a ver. El trabajo le inundó a Junmyeon quien ahora asesoraba el nuevo proyecto del hermano de Yerin, también por la sede que se estaba construyendo en China, por otro lado Yerin también vivía ocupada por todo el voluntariado que hacía y no era para menos.

Sin embargo en la cabeza de los dos siempre estaba presente el otro. Fue que ese día recibió la peor noticia de su vida (o eso creía ella) que corrió a pedir ayuda a sus vecinos. Entró corriendo puesto que estaba tan alarmada que poco le importó tocar, cuando entró se encontró con la familia viendo la televisión en la sala plácidamente.

— ¡Ayúdenme por favor! – gritó al entrar, los tres pares de ojos se asustaron un poco por su repentina entrada.

— ¿Qué pasó Yerin? ¿Te hicieron algo? – preguntó Junmyeon alarmado yendo hacia ella para revisar que estuviera bien.

— ¡No, es peor! – Respondió entregándole el papel que llevaba en las manos, él lo tomó y leyó rápidamente — ¿Qué voy a hacer? – comenzó a llorar, aquello de verdad le dolía.

— ¿Qué es papá? – preguntó Hanna acercándose a Yerin para consolarla, puso sus pequeñas manos sobre la cabeza de ella que ahora estaba sentada en el suelo llorando.

—Cerraran el refugio de animales – contestó él al ver que la chica estaba afectada.

— ¿Qué? ¡No! – gritó Mark quien había estado callado observando todo — ¿Por qué? ¿No podemos hacer algo?

—El gobierno ya no quiere mantenerlo así que el dinero que nos darán se irá y luego – jadeó mientras lloraba y se sorbía la nariz – no podremos mantenernos con el dinero del pueblo, a duras penas nos dan algo

—Yo podría mantener el refugio – comentó Junmyeon de repente, sus dos hijos le vieron alarmados puesto que eso ponía en riesgo su secreto.

—Eres tan amable Junmyeon pero no quiero quitarte parte de tu sueldo, eso no está bien – le dijo, si supiera que bien podía mantener ese refugio y cincuenta más con todo el dinero que ganaba... — venía a pedirles si podían ayudarme a juntar algo de dinero, estaba pensando en hacer una especie de campaña pero no puedo sola – dejó de llorar.

—Claro Yerin – le dijo Hanna acariciándole la cabeza – te ayudaremos

—Cuenta con nosotros – agregó Mark. Junmyeon se sorprendió de ver como sus hijos se ofrecían a hacer algo como eso, normalmente en la ciudad jamás harían eso, estaba seguro que Yerin era una gran influencia para ellos.

—Haremos lo posible para que el refugio no sea cerrado – aseguró él, los ojos de Yerin se iluminaron.

—Gracias – susurró y volvió a llorar.

No es que fuera tan emocional pero aquel refugio era su vida entera.

***

Desde ese día la familia Kim se dedicó a ayudar a Yerin. Hicieron carteles, salían a las calles del pueblo a pedir donaciones y los niños pedían lo mismo en sus escuelas. Lograron reunir una pequeña cantidad de dinero que aún no era suficiente para mantener a flote el lugar y Junmyeon se desesperaba porque él podía dar todo el dinero necesario para que Yerin fuera feliz pero ese no era el caso porque ella jamás lo aceptaría así.

—Deberíamos hacer algo más – sugirió Mark — ¿qué tal un baile?

— ¿Un baile? – preguntó Yerin interesada, no sonaba mal esa idea.

—Hay muchos cantantes en Corea que apoyan a los animales, tal vez si les pedimos que vengan podremos pedir más donaciones y así – les dijo él explicando su idea.

—Pero Mark, no conozco a ningún cantante – le dijo ella con el ceño fruncido. Mark miró a su padre que estaba callado, ellos conocían a muchos cantantes puesto que varias veces estuvieron rodeados de celebridades por el trabajo que llevaba su padre.

—Tengo un amigo que es primo del mejor amigo de un cantante que quizá pueda venir – comentó de repente Junmyeon, Yerin le miró esperanzada.

— ¿En serio? ¿Podría venir? – él torció el gesto.

—Tal vez – contestó aunque sabía que vendría, después de todo no le negaría un favor a un amigo.

— ¿Y quién es? – preguntó curiosa, estaba emocionada por la idea, casi podía ver como sus animalitos eran salvados.

— ¿Conoces al cante Jonghyun?

Ahora si Yerin estaba pasmada.




Say yes (Suho/Junmyeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora