siete

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    Es martes y a la salida me alejo de Harry quien habla animadamente con Louis y es que no quiero molestarlos. Liam no vino hoy así que me quedo en la entrada del instituto admirando las gotas de lluvia caer. Harry de seguro irá con Louis bajo el mismo paraguas como los tórtolos que son y yo tal vez termine mojándome hasta llegar a casa, o podría esperar a que pare. Suspiro y miro a los valientes que se arriesgan a coger un resfriado y corren bajo la lluvia riendo como si fueran niños, ¿por qué seré algo amargado? Bueno, técnicamente no puedo vivir siempre con una sonrisa. Mi vista se dirige al chico que está cerca de la puerta de entrada bajo el techo, algo alejado de mí, mira la lluvia como si fuera el mal encarnado.

—No es ácido—comento divertido, él frunce el ceño y me mira con apagados ojos chocolates.

—Lo sé, pero no me gusta mojarme—observo a Zayn enarcando una ceja.

—¿De verdad?—Él asiente y mira el cielo como si estuviera rogando que pare, yo suspiro y me desanudo la corbata, Zayn me observa.

—¿Qué haces?—Lo observo de reojo antes de quitarme la corbata por completo.

—Bueno, yo a diferencia de ti correré bajo la lluvia porque ya quiero irme a mi casa, el colegio y este uniforme me asfixian—comento y me quito mi blazer negro poniéndolo encima de mi cabeza, Zayn ríe.

—¿Ese es tu paraguas improvisado?—Se burla y yo resoplo.

—Bien, ¿se te ocurre algo mejor?—Él se pone pensativo antes de quitarse su blazer, sonrío arrogante—. Con que improvisado, ¿eh?—Le hinco molestándolo y él sólo rueda los ojos.

—No estoy seguro, hasta que llegue a mi casa de seguro y me mojo—explica hastiado, yo divago un rato antes de proponerle sin siquiera pensar:

—Ven a la mía, está más cerca—sus ojos miran los míos por un largo tiempo antes de suspirar.

—No sé porque pienso que está mal—extrañado lo observo—. Bien, sólo hasta que la lluvia pare—asiento y ambos comenzamos a correr, Zayn maldice y yo río.

    Corremos unas cuadras más, yo siempre delante para que él me siga y no se pierda, cuando llegamos Zayn prácticamente corre al interior en donde suspira aliviadamente.

—Hogar, dulce hogar—río ante su exageración, creo que es de los que se toman esa frase muy a pecho.

    Ambos estamos empapados de pies a cabeza, me alegra haber dejado mis libros en mi casillero pienso viendo mi vacía mochila completamente mojada.

—Espera, llamaré a mi madre que si ve el piso mojado me mata—él asiente y ambos quedamos en la entrada completamente empapados y con gotas escurriéndose por nuestras ropas—.¡Maura!—Grito pero no hay signo de vida—.¡Maura!—Repito pero nadie habla.

—Creo que no hay nadie—musita Zayn, resoplo algo enojado y sin importarme que me regañe luego camino hacia las escaleras.

—Creo que no, ven, vamos a mi cuarto—hablo y veo a Zayn pensándolo un instante, ¿por qué lo piensa tanto? Sus ojos se posan en los míos antes de caminar.

    Juntos subimos los escalones y cruzamos el pasillo. Yo me voy desvistiendo en el camino, desabrochando mi camisa y quitándome el cinturón, nunca sentí pudor de mi cuerpo así que no me importa, además somos dos hombres. En mi cuarto camino a mi armario y saco algunas ropas de Liam que dejaba aquí para cuando dormía.

—Ten, son de Liam pero creo que te quedaran—explico y al girarme tengo a Zayn en bóxer y con su camiseta aún abotonada hasta el cuello, eso me extraña.

—¿De Liam?—Siento una pizca de disgusto en su tono mientras mira la ropa con recelo, suspiro.

—Es de cuando se quedaba a dormir. Deberías ducharte con agua caliente, así no cogerás un refriado—él asiente antes de tomar la ropa y yo lo conduzco al baño.

    Si alguien nos viera pensaría mal, y es que él sólo en bóxer y camisa y yo con pantalones y sin nada encima, suspiro y cuando entramos al baño le muestro la toalla y como regular el agua, él asiente y antes de irme toma mi muñeca, me giro a verlo.

—Gracias—espeta y yo le sonrío.

—No hay porque—digo antes de salir y cerrar la puerta.

    Camino a mi habitación y con una toalla que saqué del baño con anterioridad comienzo a secarme, me pongo un pantalón de algodón gris junto con un suéter blanco algo grande pero que es sumamente calentito. Mientras espero a Zayn decido acostarme un rato en mi cama. Pero siento como mis ojos pesan y termino quedándome dormido.


.


  Calor, pienso algo asfixiado y cuando abro mis ojos me encuentro con una conocida remera con el logo de Toy Story, sonrío y lo abrazo, su aroma aún sigue.

—Liam...—susurro pero un movimiento que se produce a continuación me hace alzar la vista y toparme con los penetrantes ojos de Zayn, siento mis mejillas encenderse. Oh, oh.

—¿Liam?—Río nerviosamente, rayos, qué gran equivocación, había olvidado que le di la ropa de Li a Zayn.

—Eh, lo siento, me confundí—sus ojos impasibles me hacen ponerme aún más nervioso, él frunce su ceño y su rostro se acerca aún más al mío.

—¿Qué debo hacer para que comprendas que soy Zayn?—Lo miro confundido y él suspira—.No soy Liam—habla lentamente y me abraza, sentir su brazo alrededor de mi cadera es incómodo y es que es demasiado contacto personal, estoy demasiado cerca de él, nuestros cálidos cuerpos demasiado juntos y Zayn me aprieta aún más. Cierro mis ojos, necesito mi espacio personal de vuelta.

—Z-Zayn...—tartamudeo torpemente poniendo mis manos en su pecho, me siento algo mareado y entonces es como si el aroma de Liam hubiera desaparecido y ahora sólo esté el de Zayn.

—Te escucho—algo avergonzado subo mi vista, él tiene sus ojos cerrados y noto sus pestañas largas.

—C-Cerca... De-demasiado cerca—veo como sonríe y me prieta más contra él.

—Tengo frío—y por alguna razón siento que es una excusa pero sólo callo y me acomodo entre su cálido cuerpo. 

    De alguna forma es agradable.


.


    Abro mis ojos algo somnoliento, me siento en mi cama y miro mi cuarto como si fuera el de un extraño. Perezoso me levanto y siento la sábana escurrirse al piso. Después la alzaré, pienso mientras salgo de mi cuarto y bostezo, camino por el pasillo dormitando. Mi estómago exige por comida. Camino escaleras abajo con una rara sensación, me siento algo distinto. En la cocina me encuentro con mi madre quien sonríe.

—Niall, al fin te despiertas dormilón—yo asiento sentándome en una silla del comedor mientras veo a mi madre moverse con destreza en la cocina—. Ese chico ya se fue—alzo mi vista confuso.

—¿Qué chico?—Esperen, ¿no estaba soñando?

—Ese, ammm, ¿cómo se llamaba?

—Zayn—susurro sorprendido, en efecto, no estaba soñando. Mi madre asiente.

—Sí, él. Me dijo que no te despertara y me pidió disculpas por la entrada mojada—su ceño fruncido no me da una pizca de culpa.

—Estaba lloviendo, no era como si pudiéramos secarnos por arte de magia—ella pone sus brazos en jarra.

—Te dije que llevaras paraguas pero el señorito decidió no hacerme caso, ¿por qué? Porque según él no iba a llover—bufa enfadada—. Los adolescentes y su manía del que mundo gira a su alrededor—masculla mientras se pierde en la cocina y yo le miro confundido. Si que está enojada.

   La idea de que Zayn se haya ido me provoca un extraño sentimiento que no sé como definirlo, me gustaría haber despertado con él a mi lado, pero tengo su dulce fragancia impregnada en mí y eso es suficiente para mí.



Difícil de deducir |z.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora