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    Escucho a la profesora hablar sobre Química, explicar fórmulas y demás mierdas en la pizarra que yo no comprendo aunque asiento como si lo hiciera.

—Qué complicado—observo a Serena, mi compañera de asiento, ella es una amiga mía, aunque el año pasado se me confeso la rechacé de la forma más sutil y con todo el tacto posible. 

    Extrañamente ella no se dio de que era gay así que tuve que aclararlo y creo que se desilusionó. Todo por las falsas esperanzas que se hizo acerca de mí.

   No entiendo eso, ¿por qué en primer lugar se hacen expectativas de otro sin conocerlo? Suspiro y el timbre toca anunciando mi salvación, apresurado dejo al aula y Serena viene a mi lado mientras me habla sobre su fin de semana y me cuenta sobre una fiesta que se hará este sábado. Yo solo presto atención y luego se nos une Liam con Harry, los cuatro hablamos tan fuerte y a la vez que ni nos entendemos entre nosotros pero pienso que está bien. En la cafetería nos sentamos con Louis y Zayn y entre los cinco no nos entendemos y reímos pero luego me doy cuenta de lo distraído que es Zayn quien ahora mira hacia la ventana. Discretamente me alejo de Serena y me acerco al moreno quien aún no se percata de mi presencia.

   Algo travieso me acerco a él y soplo hacia su oreja, veo como se estremece y con el ceño fruncido se gira y me ve mientras hace un puchero.

—¿Qué tanto miras?—Él suspira.

—El cielo, no quiero que hoy llueva, aunque me preparé trayendo un paraguas—río ante su precaución, su vista se posa en el cielo nuevamente.

—Zayn, ¿qué es lo qué más te gusta del mundo?—Él me observa extrañado—. Hablando de paisajes, animales, lo que quieras—él sonríe.

—El cielo—sonrío al prever su respuesta.

—¿Por qué?—Sus ojos parecen dorados al mirar hacia las grises nubes.

—Porque es inalcanzable, creo, y me transmite cierta tranquilidad que no se como explicarla. Me gusta eso—inclino mi cabeza algo confundido, Zayn es raro. Decido comer mi pudin de chocolate algo pensante, noto que el moreno me observa. 

—¿Qué?—Cuestiono confundido, él niega.

—Eres zurdo—comenta, y yo miro la cuchara de plástico que yace en mi mano izquierda.

—Ah, eso. Sí, desde que nací—explico divertido.

—Oh, ya veo—susurra sonriente y creo que nuestro ambiente está bien, creo que Zayn es demasiado distante con todos pero si le hablas él no te negara la palabra.

    Creo que Zayn es algo callado y silencioso pero no es para nada tímido. El tipo de chico que esperan a que hables primero, siempre cediéndote la palabra. Observo a los demás presentes en la mesa, Liam ríe junto con Serena mientras que Harry ignora a Louis fingiendo estar enojado y este último está pidiendo perdón por algo.

—¿No es fantástico?—Cuestiono sin aliento, Zayn me mira.

—¿El qué?

—Esto, ellos, este momento—observo a Zayn soñador pero al ver sus ojos algo sombríos me extraño.

—¿Tú crees? ¿Cuánto piensas qué durara? ¿Unos días más? ¿Un mes?—Aprieto la cuchara de plástico en mi mano, ¿por qué de repente dice eso?—. No durará mucho, Niall. Alguna vez terminara, todo lo hace.

—¿Y qué? ¿No es es precisamente lo qué te hace disfrutar de esos pequeños momentos de alegría? La vida es muy corta para andar lamentándose, Zayn—hablo antes de levantarme con mi pudin vacío y caminar al basurero.

    Ugh, ¿por qué es tan irritante? Solo estaba tratando de hacerle saber que es parte de algo, es parte de nosotros, de nuestro grupo. Si sólo no se aislara tanto, siempre alejándose, ¿por qué siquiera lo hace? Siempre tan indiferente y mirando al cielo, ¿qué tiene de interesante eso? ¿Acaso no teme quedarse solo? No lo comprendo.

    Zayn es algo negativo también.




    En la salida del colegio camino junto con Harry y Liam, ambos reímos como idiotas de un mal chiste contado por Harry.

—Dios, ¿y Louis te quiere así?—El alza su mentón con orgullo.

—Por supuesto, contando mal chistes y todo—yo río.

—Eso es amor verdadero—me burlo y el sólo me codea.

—Cállate—resopla mientras caminamos y en la salida nos separamos.

    Camino a mi casa algo exhausto, fue un largo día, pienso algo tenso. Mientras camino estoy cerca del parque, suspiro, tantas cosas ocurrieron allí. Siempre con Zayn, todos los recuerdos de él están allí. Si no fuera por él tal vez nunca hubiera pasado por allí siquiera. Sonrío y camino hacia allí, miro a mis costados y al no ver ningún auto cruzo la calle mientras veo a algunos niños correr a los juegos, yo camino hacia esa tan conocida banca. Sonrío cuando distingo su silueta, pero mi sonrisa se esfuma cuando noto esa arma mortal en su mano derecha, sus ojos impasibles me observan sigilosos al sentirme.

—¿Por qué tienes eso?—Apunto el cigarrillo en su mano disgustado.

—Necesitaba relajarme—se encoje de hombros y yo frunzo mi ceño.

—Hay otras formas de relajarse—mascullo algo enojado y me siento a su lado.

—Mmm...—tararea distraído mientras mira la calle, ahora hablamos como si nada hubiera pasado pero los hechos de la cafetería aún rondan mi mente.

—Perdón por lo de la cafetería, no debí actuar tan a la defensiva—me disculpo y es que con Zayn siempre me comporto como un niño que no controla su enojo y termina explotando.

—¿Por qué siempre te disculpas? ¿No es molesto?—Me encojo de hombros.

—No lo sé, sólo lo hago cuando pienso que de verdad merece la pena, además no es algo tan difícil. Una vez que te acostumbras es como tomar agua—él me observa cortamente antes de mirar al cielo, le da una profunda calada al cigarrillo y yo miro a otra parte. No me gusta que fume, ni siquiera sabía que lo hacía.

—Mi mamá también solía disculparse mucho—observo a Zayn curioso, ¿solía?—. Nunca me gusto aferrarme a las cosas, nunca me gusto interesarme demasiado en algo, tampoco ser cariñoso y confiar en la personas. No me gusta tener amigos porque me parecen estorbos, no me agradan las personas en teoría, no me importa estar solo el resto de mi vida y es que mi camino solitario comenzó desde que nací. Tal vez te habrás dado cuenta de eso.

—¿Qué tratas de decir?—Cuestiono algo temeroso y es que cada cosa que el dijo yo ya la tenía como suposición, lo sabía por su forma de no hablarnos, de mirar al cielo o la ventana como si quisiera huir de todo, siempre parecía molesto con algo, siempre tan distante.

—Que ustedes son como el cielo, están lejos, siempre lo estarán. Aléjate de mí, Niall—advierte mordaz y su ceño fruncido junto con sus ojos marrones me asustan, suena como amenaza. Aprieto las correas de mi mochila.

—No quiero—respondo terco rápidamente y él suspira.

—Sabía que lo dirías—suspira como si estuviera decepcionado y se levanta de la banca tirando el cigarrillo a medio fumar al suelo y pisándolo—.Bien, entonces yo me alejaré de ti. Deberíamos volver al tiempo en que yo no sabía que existías y tu no sabías de mí—añade antes de irse.

     Me quedo en la banca mirando a las personas y alguno que otro auto que pasa... ¿Qué ha sido todo eso?





Difícil de deducir |z.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora