Difícil de deducir |z.h.

trece

    Cuando me giro a observar mi reloj noto que son las cinco de la madrugada, resoplando tiro de las sábanas e intento volver a conciliar el sueño. Es inútil, acepto cuando los minutos pasan y nada sucede. Hastiado abro mis ojos nuevamente y me reincorporo. Con cansancio observo mi cuarto en penumbras, un pequeño sentimiento de soledad aflora en mi pecho. Lo ignoro mientras me acurruco entre la pared fría y la cabecera de madera de mi cama, recostando mi cabeza por la pared y mirando con resignación lo que resta de mi vacía cama. 

    Pienso en la actitud de Liam con respecto a mi relación con Zayn, lució tan despreocupado... ni siquiera pareció importarle. Para mi Liam es pasado, cuando me refiero acerca del amor, hace mucho mi corazón dejo de acelerarse en su presencia, ahora se acelera por Zayn. Pero por un momento pensé que su reacción sería más dramática o paranoica, tal vez algo como: ''Seguro que sale contigo porque quiere acercarse a mi y así hacer que termine con Sophi'', o, ''no te fíes ni un pelo de ese sujeto, no me agrada, sé que quiere destruir la relación que tengo con Sophi''. En fin, en cualquiera de las dos todo gira en torno a Sophia, pero está bien, porque ahora Liam gira entorno a ella.

   Muerdo mi labio inferior y recuesto mi cabeza entre mis rodillas, ¿acaso no puedo ser más patético? Entre mi bruma de pena y soledad una vibración logra hacerme despabilar por completo. Gimiendo con fastidio me acerco a mi mesa de noche y tomo mi celular, el cuál tiene la pantalla alumbrada. Me sorprende ver el nombre de Harry en la pantalla:

—¿Hazz?—Pregunto algo atónito, Harry (quien siempre tiene problemas para levantarse temprano y más en invierno) me está hablando a las cinco de la mañana.

—Niall, oh, mierda... Pensé que no responderías, da igual, sólo quería hablar con alguien de todas formas, ¿qué haces levantado tan temprano?—Habla atropelladamente y su voz suena ahogada.

—Eso debería preguntarte yo, pero, ¿estás bien? ¿Acaso estás borracho?—Lo escucho sorber por la nariz y gimotear.

—N-No... ¡ese no es el caso! De todas formas... nada esta bien, Ni—su voz suena amortiguada y rota.

—Cuéntame, ¿qué paso?—Pido algo temeroso, suena realmente fatal.

—Es Louis, sólo... parecía que todo iba bien, ¡realmente bien! Reíamos, salíamos cada momento posible y no podíamos estar separados ni un minuto, siempre texteándonos y... —su voz se rompe y escucho sollozos—. S-Sólo... ¡N-No sé qué demonios pasó! Qué nos paso—cierro mis ojos y aprieto mis puños, Louis me las pagará.

—¿Te hizo algo? Te lastimo o... —él me interrumpe antes de siquiera terminar de preguntar.

—No, no es eso, es sólo...—lo escucho sorber por la nariz y recomponerse un poco—, ayer, a la salida del colegio me... me dijo que había besado a una chica, bueno, según él ella lo beso pero lo peor fue que me dijo que le gustó, que le sigue gustando las chicas y está algo indeciso sobre mí, de si de verdad quiere formar una relación conmigo, un chico, dijo que seguía queriéndome pero... no es lo mismo... Tiene miedo y eso le hace hacer cosas que me lastiman—cierro mis ojos.

—Harry, ¿puedo ir a tu casa?—Pregunto, él me da de inmediato una respuesta afirmativa antes de cortar, de un salto bajo de mi cama y me visto con lo primero que encuentro.

    Me pongo un suéter verde con un estampado de Mickey Mouse y unos jeans ajustados negros, mis deportivas y tomo un abrigo por las dudas, hoy hace algo de frío. Dejo una nota a mi madre, que no estoy seguro de si la leerá y me escabullo fuera de casa.

    Mientras camino por las calles hacia el metro mi celular vibra en el bolsillo de mis jeans, con manos heladas lo tomo y lo observo. Es un número desconocido, confundido lo desbloqueo y abro aquel mensaje: