14. Nuevo hogar

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Me desperté a mitad de la noche, prontamente siendo consciente de mi incomodidad por dos razones: no cambié de posición en aproximadamente cuatro horas y la ropa algo descubierta que llevaba no era de lo más cómoda.
Me hubiera gustado ponerme mi pijama antes de salir corriendo de casa.
Quiero mis pantuflas de lobo...
Noté que la fiebre se me había pasado, pero tenía seca la garganta, por ende me desenredé como pude del gran cuerpo de Tyler.
El castaño pareció murmurar algo inentendible, por lo que atiné a quedarme quieta hasta que volvió a dormirse.
Con lentitud y mucho, realmente, mucho esfuerzo me zafé de su monstruoso cuerpo y salí del cuarto en camino a la cocina.
Al entrar me sorprendió ver a su madre con unos papeles sentada en la mesa del comedor.
-Buenas noches.- dije somnolienta.
-Buenas noches, ¿Qué haces despierta?- contestó con suavidad.
-Tenía algo de sed y vine a buscar algo de agua si es posible.- respondí algo apenada.
-Claro, no hay problema.- replicó bajando de la mesa de un salto y caminando hacia el refrigerador.
-Dios, este vestido no fue hecho para usarlo de pijama...- Murmuré para mí misma acomodándome la parte superior del vestido ya que se me había corrido hacia un lado de alguna extraña manera.
-Tengo ropa que podría prestarte, si quieres.- ofreció cuando pareció oír mi queja, a lo que me negué rotundamente.
-Es imposible, Susan, ya han hecho mucho por mí, no podría...-
-Anda, linda, no seas modesta, además, guardé esa ropa de adolescente desde que era... Prácticamente una adolescente -soltó una risita por su repetir dos veces la misma palabra- pero no tuve la oportunidad de usarlo en mi hija, por ende sería un placer que los usaras tú.- declaró, cosa que me hizo aceptar a regañadientes.
Me llevó a su habitación y se puso a buscar en su armario. Al cabo de tirar la mayor parte de su ropa por no poder encontrar lo que buscaba, sacó de lo más profundo del armario una caja enorme color rosa con pose de victoria.
-¡Lo encontré! - celebró entusiasmada.
Prontamente empezó a sacar todo su contenido que solo equivalía de ropa, ropa y mucha más ropa.
-Aquí está...- me mostró una blusa que no parecía para nada conservadora y ni hablar de los shorts que le hacían juego.
-¿Esto es un pijama o un bikini?- Indagué tomando entre mis manos la blusa color lila.
-Es un pijama de Lo'lovouge, una marca muy reconocida en París.- comentó.
-No puedo usar esto, menos si voy a dormir el resto de la noche junto a Tyler.- me negué aterrorizada.
-Pues, no dejaré que duermas con ese vestido, ¿Qué tal si te presto algo mío?- ofreció, cosa a lo que nuevamente rechacé con la excusa de que no había necesidad y cosas así.
Aunque sí me gustaría aceptar.
-Anda, solo esta vez, es una camiseta de un panda, sé que te encantará... - me insistió.
-De verdad, Susan, no es...- y mi súplica se vio interrumpida por sus ojos de cachorrito mojado que me miraban con fervor.
Rayos, tiene la misma estúpida mirada de Tyler, no, no, no lo hagas...
-Please...- pidió con un puchero asomándose por sus labios.
Odio la adorabilidad de estas personas.
Terminé con una camiseta enorme color azúl pastel que tenía el dibujo de un panda comiendo bambú. Aunque si hubo algo que llamó mi atención es que tuvo que salir de la habitación para ir a buscarla... Supongo que tal vez aún se encontraba entre las ropas limpias que debía doblar.
-Te queda perfecta.- me inspeccionó con alegría luego de ponerme la camiseta.
-Me queda enorme...- argumente viendo que la camiseta me llegaba a unos pocos centímetros antes de las rodillas.
-Se supone que así debe quedar, linda, te ves muy tierna.- dijo simulando secarse una lágrima de orgullo.
Al final terminé aún más expuesta que antes ya que debajo de la camiseta no tenía puesto nada más que mi ropa interior.
Rayos, esto es incómodo.
Al entrar nuevamente al cuarto de invitados casi quería tirarme de de la ventana...
Esto... No... Es... Posible...
Tyler estaba desnudo desde el torso para arriba dejando a la vista sus increíbles y marcados abdominales.
Definitivamente no dormiré en -prácticamente- ropa interior abrazada a un chico sin camisa, no señor.
Me senté al lado de la cama, recostada por la pared con las piernas pegadas al pecho y con intenciones de dormir así, cosa que no tardé en cumplir pues moría de sueño y la incomodidad de mi posición no era un obstáculo mayor para hacerlo.
*
Desperté lentamente cuando los rayos de sol me daban de lleno en la cara, por lo que mis ojos poco a poco fueron abriéndose.
Un segundo... ¿Anoche no me dormí en el suelo? ¿Cómo rayos es que...?
-Oh no...- susurré aterrorizada al notar que mi pantorrilla estaba posada en una parte del cuerpo de Tyler en la que no debería estar posada.
Sin pensarlo mucho (nada en realidad) lo empujé fuertemente haciendo que caiga dolorosamente al suelo.
-Buenos días a ti también...- farfulló entre algunos gemidos de dolor.
-Lo siento...- me disculpé tratando de explicarme cómo es que llegué a la cama.
-A ver, déjame ver como va tu fiebre.- acercó su mano a mi frente pero la esquivé con una sonrisa nerviosa en mis labios e intenciones de aclarar mis pensamientos.
-Se me pasó hace mucho. Oye... ¿Tuviste algo que ver con...?-
-Te cargue de nuevo a la cama cuando estabas dormida en el suelo ¿y no eres capaz de dejarme tocarte la frente? No seas tonta y aparta.- dijo quitando mi mano de la suya y posándola en mi frente.
-Bien, al menos podrás ir a desayunar a la cocina... ¿O te sientes mal? Si quieres te traigo el desayuno, yo...-
-¡Iré!- anuncié exasperada porque no siga insistiendo con su hospitalidad.
Caminamos hasta la cocina y allí se encontraba Susan cocinando algo que definitivamente olía delicioso.
-Buenos días, chicos.- nos saludó.
Tyler le besó la mejilla en forma de saludo mientras que yo solo respondí con un "buen día" suavecito.
Nos sentamos en la mesa y comimos cereal tranquilamente... O al menos los siguientes diez segundos.
-¡Mamá!- oímos una voz chillona proveniente de la entrada.
Susan soltó todo lo que tenía en manos y corrió hacia la entrada con emoción y gritando "¡Theo, cariño!".
A los pocos minutos entró nuevamente Susan a la cocina con un niño en brazos que aparentaba tener seis o siete años. Detrás de ella se hizo presente un hombre mucho más alto con el cabello negro y los ojos azules,
muy parecido a Tyler.
-¿Y qué? ¿A mí no me extrañaste?- indagó divertido el hombre quien supongo era el padre de Tyler.
-Claro que sí, mi bebé mayor.- dijo dándole un corto beso en los labios, a lo que Tyler y Theo hicieron una mueca de asco.
Yo los miraba con ternura, pues admito que de mayor me gustaría tener un matrimonio así de feliz.
Al rato Tyler me presentó ante su padre y su hermano.
-¿Eres la novia de mi hermano?- interrogó el pequeño de ojos verdes y rulos alborotados.
-Es mi amiga.- contestó Tyler por mí.
-¿Y entonces porqué lleva la camiseta que te regaló mamá en la navidad pasada?-
¿Que qué?
-T-Tu... - balbuceé aterrorizada.
-¡Hidemi! ¡Ven, quiero mostrarte algo! - me llamó Susan de la nada.
Ohhh, claro que hablaremos mujer, tengo varias cosas que decirte...
Fuimos hasta el lavadero y ella se quedó quieta sonriéndome nerviosamente.
-¿¡Me diste una camiseta de Tyler!?- exclamé en susurros tratando de contener me para no gritar.
-Lo sé, lo siento, pero en serio quise aprovechar la oportunidad y aunque me asesines aquí y ahora juro que no me arrepiento de lo que hice.- dijo tratando de mantenerse fuerte pero en el fondo ella sabía muy bien que sería capaz de asesinarla.
Y no, no lo haré.
Solté el aire contenido con pesadez y me cubrí la cara con ambas manos.
Mi cara ardía y no sabía si se debía a que la fiebre había vuelto o que estaba sonrojada.
-Sólo... Sólo no lo hagas de nuevo.- advertí.
-¿O sea que te quedarás a vivir aquí y dormidas todas las noches aquí? ¡Genial! ¡Les diré a los muchachos!- salió corriendo del lavadero sin siquiera darme lugar a decir una palabra. Al reaccionar supe que debía seguirla antes de que diga alguna locura.
Llegué a la cocina y ya era tarde...
-¡... Así que Hidemi vivirá con nosotros!- pareció concluir su anuncio, cosa que no llegué a impedir por ser lenta.
Todos al terminar de oír a Susan se me abalanzaron encima felices, incluso el padre de Tyler y Theo que me conocían apenas cinco o seis minutos, tal vez siete.
Juro que casi me ahogan con tanto amor sobre mí.
-¡Eso es genial, Hidemi!- dijo Tyler con emoción mientras pegaba con furor su mejilla contra la mía.
-Yo no... Es decir... Yo no dije...- balbuceé.
-¿O sea que no te quedarás?- preguntó el pequeño Theo con la mirada de cachorrito que poseía toda su desgraciada familia.
-Bien, me quedaré.- dije resignada.
Todos celebraron de nuevo y no me soltaron hasta que les advertí que ya no podía respirar.
-Bueno, si voy a vivir aquí tendré que traer mis cosas de la casa Takahashi...- no me ayreví a llamarla "mi casa" desde lo que Yuri me dijo.
-¿Crees que estás preparada? Tyler podría traerla sin problemas.- dijo Susan preocupada.
-Está bien, tarde o temprano tendré que enfrentarlo. Además, mi ropa no es tan diferente a la de mi hermana y tal vez ponga cualquier cosa en mi maleta -lo miré mal- iré.- afirmé.
-Si es así, tu vestido está limpio y seco en el tendedero. Déjame te lo traigo.- anunció Susan antes de salir en camino al jardín.
Cuando tuve la ropa en mis manos fui hasta el baño, me cambié, me cepillé los dientes con el cepillo que compraron para mí anoche y me dirigí al auto junto a Tyler.
Ya dentro suspiré tratando de descargar toda la tensión acumulada en mi cuerpo.
-¿Lista?- indagó Tyler.
-Lista.- declaré mirando hacia el frente, sintiéndome nerviosa pero segura al mismo tiempo.
Ya era hora.
Finalmente, el auto arrancó.

, , los que ya leyeron el capítulo estarán confundidos por lo incompleto que se encontraba el cap, pero hay una explicación para ello, lo juro :v
Sucede que mi hermanito me borró la mitad del capítulo sin querer ("sin querer" è_é) y no lo noté hasta hace poco.
Algunas cosas las cambié porque no recordaba todo a la perfección ;-; siento la confusion

Finalmente, así concluyo mi primera nota de autor :v

Byee~

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⏰ Última actualización: Feb 16, 2016 ⏰

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