Capítulo 1: Salvada

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Mi nombre es Astrid Jackson,estoy en mi ultimo año. Hasta el momento vengo rompiendo el récord familiar de no llevarme ni una sola materia en todos mis años de escolaridad y no solo eso,si no que apruebo las materias con excelentes notas.
En fin mi pasión es el deporte,en especial el handball, por lo que entreno este deporte. Mi entrenador es súper exigente, pero lo hace por el bien de nuestro equipo. Este año vamos por el campeonato y confío en que lo vamos a conseguir.
Tengo 18 años, mido 1,63 cm, mi cuerpo está perfectamente modelado gracias al deporte y mi dieta sana. Soy de tez morena,ojos marrones y mi pelo es enrulado aunque un lado de mi cabellera está rapada con el mejor estilo sidecut,dándome un aspecto de chica mala. Aunque enrealidad soy totalmente dulce,mientras no me molesten,es más la mayoría cree que tengo una carita de ángel.
Mi actitud dentro la cancha sorprende a todo aquel que me vea jugar, y eso me hace feliz porque quiere decir que reflejo la pasión que siento en mi juego, por eso me eligieron capitana del equipo.
Afortunadamente mantengo una muy buena relación tanto con mis entrenadores como con las chicas de mi equipo.
Nosotras a diferencia del club de animadoras si entrenamos y no solo movemos nuestros traseros en faldas cortas y escotes provocativas. Sinceramente, las odio. No piensan en nada que no sean chicos,fiestas o mostrar sus traseros. Mejor dicho,no piensan. Es más en su insufrible esfuerzo por tener sexo se denigran solas,los chicos saben que son fáciles y que no tienen si quiera respeto por si mismas. Las chicas sabemos que son insufribles y que por alguna razón, todas las chicas quieren pertenecer al escuadrón, excepto claro, mi equipo y yo.
Mi familia tiene muchísimo dinero,por lo que no debo preocuparme por eso, pero si por conseguirme una beca para la universidad. Se preguntan por qué ya que mi familia es millonaria,claro. El problema es que no quiero estudiar contabilidad,ni leyes,tampoco estadísticas ni nada que ayude al sustento de la empresa familiar y eso parece ser pecado en esta familia.
Al igual que hacer el profesorado de educación física es "una perdida de tiempo", también lo es pasar tiempo conmigo,al menos para mis padres y familiares.
Fin de la presentación, hora de entrenar...
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_ Excelente entrenamiento,si seguimos así tenemos asegurado el campeonato!- dice nuestro entrenador, Sebastian o como yo le digo,Seba.
-Vamos quiero escuchar bien fuerte el saludo!- grito, y a mi alrededor se une todo el equipo,hacemos una ronda y ponemos todas una mano en el centro.
-Daleeee!! Un,dos,tres,va chicas!- gritamos todas juntas al mismo tiempo. Y nos despedimos las unas de las otras dando fin al entrenamiento.

Estaba lista para irme cuando Seba me detiene.
-Astrid,me temo que mi hijo enfermó y por un tiempo no voy a poder venir a entrenarlas...- comenzó a decir
-¿qué? ¿de qué enfermó? ¿cuando vuelves? ¿quien nos entrenará?-digo rápido y comienza a reír.
-pfff,tranquila. Ya conseguí quien las entrene y espero que se lleven bien,lo necesito y es por el bien del equipo.
-Nadie nos puede entrenar tan bien como tu,cuando regresas?
- En cuanto los médicos digan que Theo está bien
- Ok,avisame cuando mejore y le llevaré algún regalito a mi principe- le regalé mi mejor sonrisa y agregué- sabes que puedes contar conmigo siempre no? Eres mejor que un padre para mi
- Claro que si Astrid,tu igual,ya sabes que eres como de la familia.- me da un fuerte abrazo y se va.
Comencé el camino a casa. Estaba disfrutando de la caminata,la música resonaba fuerte en mis auriculares y el suave viento fresco se sentía en mi piel y desordenaba mi ya alborotado cabello. Llegué a mi casa y me desplomé en el sofá.

Luego de mi siesta decidí ir a caminar,ya que aun era temprano para cenar.Todo iba bien hasta que sentí como alguien me tomaba de la camiseta y me tiraba al suelo. Me quité los auriculares y me dispuse a ver quién era. Un chico de mi edad estaba delante de mí,por su aspecto parecía no estar muy feliz. Cuando estaba por levantarme volvió a empujarme al suelo y ahí fue cuando yo me enfurecí.
Me levante rápidamente del suelo y esta vez,él no pudo evitarlo.
-No sé cuál es tu problema,pero será mejor que te calmes
-Mi problema ahora eres tú.
-No me digas amigo,enserio? Si crees que voy a correr y gritar estás hablando con la chica equivocada mientras hablaba golpeaba su pecho con mi dedo de forma brusca y él retrocedía
- Ya callate y haz lo que te digo, dame tu bolsa.
-No.
-Damela si no quieres que te lastime.-intentó intimidarme
- Suficiente, sal de mi camino - ya estaba haciéndome enfurecer y eso no sería bueno
-Tu lo buscaste...- iba a darme una bofetada pero yo fui mucho más rápida y le di un puñetazo en el ojo,otro en la barbilla y por último una patada en la entrepierna que lo dejó retorciéndose de dolor unos minutos los cuales aproveche para salir corriendo hacia el club. Casi llegaba al club cuando el tipo ya casi me alcanzaba,en algún momento consiguió sacar una navaja y no lo note hasta que ya me había empujado nuevamente provocando una dolorosa caída.
-Princesa,eres bastante valiente- dijo mientras pasaba el cuchillo por mi garganta- y fuerte. ¿quien eres?- De ninguna menera le respondería eso
- estás demente si crees que voy a responder- acercó su cara a mí e inhaló fuerte.
-No lo sé,dímelo tú. Que delicia.- comenzó a reír como un loco - voy a divertirme intentando averiguar quién eres...- cerré mis ojos cuando presionó su agarre en mi brazo e hizo más notorio el filo del cuchillo en mi cuello,respiré profundo y esperé unos segundos,pero nada sucedió. Luego sentí como todo desaparecía aunque aun así no abrí mis ojos en ningún momento. Oí un par de golpes y voces a lo lejos. Mi miedo era tal que no conseguía hacer otra cosa que permanecer inmóvil y respirar. Después de un par de minutos todo cesó. Unas manos cálidas tomaron mi rostro, a pesar del miedo abrí los ojos y delante de mí estaba un chico encapuchado. Gracias a la poca luz que había solo pude ver sus ojos. Extendió su brazo derecho para tomar mi cintura y ayudarme a levantar.
Era más alto de lo que creí y se notaba que se ejercitaba muy bien. Por alguna razón me sentí segura y lo abracé muy fuerte y él a mí. Sin darme cuenta comencé a llorar.
-Tranquila,todo va a estar bien. - Su voz era ronca y sexy.
-Gracias,me salvaste de ese idiota.-se quitó el buzo y me lo dio para que me lo ponga
-Pontelo-Lo miré confundida
-No tengo frío- sin mediar palabras lo pasó sobre mi cabeza y me obligó a pasar los brazos. Ahora que podía observar bien sus facciones había quedado fascinada, era ardiente y parecía sacado de una revista de playboy.
-se te perdió algo?- pregunta mirándome con una sonrisa
-emm no,creo que no- me pongo roja.
-Bien sígueme- toma mi mano
-a dónde?- sigue tirando de mí, pero no responde- a dónde?- al no obtener respuesta paro en seco y me suelto, el me mira.
-¿qué haces ?- ahora está serio
-Hasta que no me des una explicación, no pienso moverme.- tomó suavemente mi muñeca.
-Acompañame a cenar.

Te Prohibo AlejarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora