Capítulo 3: Sueño

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Al despertar no puedo creerlo. Todo fue un sueño. Un maravilloso sueño con Adam Lewis.
La realidad es que últimamente,tengo siempre el mismo sueño y es frustrante y a la vez un alivio.
Adam es un chico de 25 años. Se dedica a practicar boxeo,a rescatarme en mis sueños y a no salirse de mi mente desde la primera vez que lo vi en el cuadrilátero. Es un HOMBRE sin comparación tiene una sonrisa que derrite corazones y moja bragas. Una mirada color chocolate intenso que transmite la sensación de chico malo con secretos oscuros,misterio y sensualidad. Todos sus movimientos parecen calculados y cuando boxea no hay quien se le parezca. Es un placer para la vista de cualquiera y un excelente deportista. En fin, el hombre de mis sueños.
Tomo fuerzas para levantarme de la cama,a decir verdad detesto tener que hacerlo. Me doy un baño rápido y me preparo para ir a la escuela.
- Astrid! Llegarás tarde!!- mamá grita desde la cocina.
Miro el reloj y me apresuro a bajar corriendo las escaleras. Tomo una manzana y me la llevo para deborarla en el camino.
- Nos vemos más tarde ma!- me despido dandole un beso en la mejilla
-Adios, portate bien. -Me ordena
-Como siempre- replico y salgo como alma que lleva al diablo.
El viaje fue corto. Al llegar me encuentro con mis amigas. Charlamos un rato y al oir el timbre nos formamos para saludar al director,como cada mañana, y luego entrar a nuestros salones para tener clases.
Como hoy es martes,me tocan dos horas de introducción a la física,una materia en la cual me va excelentemente y adoro a la profesora, dos horas de salud y adolescencia esa materia me da igual, siempre es el mismo tema : sexualidad.  Y por último la más exasperante de todas las clases,una clase meramente decorativa "periodismo". La única duda que tengo es ¿por qué? Para ser sinceros no hacemos absolutamente nada en esa clase,es una total perdida de tiempo. Lo que hace nuestra profesora es pararse en el frente y distraerse con cualquier idiotez, no habla como si estuviéramos en el jardín de infantes y nos obliga a hacer tareas que son bochornosas y no hacen a la materia.
En fin periodismo termina y mi cara de alivio y alegría no puede ser más grande. Ese momento mágico en el que te liberas de eso que tanto odias y te atormenta así me siento ahora.
Una vez terminada la tortura,regreso a casa y me preparo algo para comer. En la heladera encuentro una nota de mi madre que decía:
" Astrid: Tu padre y yo tuvimos un viaje de último momento por cuestiones de la empresa. Volveremos en 2 días. No quiero nada de fiestas, comportate en nuestra ausencia.
               Te quiero bebé,cuídate"
Al terminar de leer la nota,la tiro. Dios sabe cuanto odio quedarme sola en esta casa. Da miedo. No importa si tengo 5, 17 o 100 años, esta casa vacía es tétrica. Paso un par de horas frente al televisor y me preparo para ir a entrenar. Recuerdo las palabras de Seba y me entra curiosidad por el nuevo entrenador. Me gustaría creer que es un ex jugador de la selección de handball. Mientras me lo imagino,me pongo lo auriculares y emprendo el camino a la escuela nuevamente.
Al llegar me cruzo con un par de animadoras en faldas cortas y muy "arregladitas" como para entrenar. Me quito los auriculares, me ato los cordones para asegurarme de que no me vayan a molestar. Me amarré el cabello y me encaminaba a la cancha cuando...
-Ya la vieron? No tiene clase- respiro profundo,sigo mi camino. Se interpone y agrega- ¿qué pasa salvaje,por qué te vas tan rápido?- Dios dame paciencia porque si me das fuerza la mato...
-Temo contagiarme la estupidez- la empujo para poder seguir mi camino.
- Aún no terminé contigo- Ella me toma del brazo e intenta apretar su agarre,grave error. Gravísimo error. Me volteo lentamente y la atravieso con mi mirada. Mi respiración es acelerada al igual que mi pulso,mis puños están apretados a los lados de mi cuerpo y mis brazos tensionados marcando lo bien trabajados están esos músculos en específico.
-Creo que sabes que acabas de cometer un error- digo con los dientes apretados.
-El único error aquí eres tú-continúa con su agarre sin conseguir lo que quería,que me doblegue y le rinda tributo rogando por su perdón.
La obligo a soltar su agarre. Da tres pasos hacia atrás,en búsqueda del apoyo de sus amigas. Estas parecen sorprendidas por mi actitud y es que debo ser la única en revelarme contra esta perra anoréxica. Intento controlarme,pero veo todo rojo. La ira me consume así como un fósforo es consumido por el fuego.
-No te tengo miedo,solo eres una sucia salvaje- La voz le tiembla,pero ella intenta sonar hiriente. Me le acerco como un león que está por terminar con la vida de su presa.
-Te lo advierto,alejate de mí o vas a conocer que tan salvaje puedo ser- Por su cara puedo darme cuenta que sabe que no estoy jugando,pero no va a retroceder. Noto la presencia de alguien detrás de mí, pero no me volteo a ver quién es.
-No lo entiendes salvaje? No perteneces aquí-toma coraje- y nunca lo harás- y en eso me da una cachetada.
Fin detonó la bomba!! Le meto un puñetazo en la nariz que hace que esta comience a sangrar y luego un gancho en el estómago que la hace doblarse de dolor. Todo en cuestión de unos pocos segundos,mi movimientos fueron tan rápidos que fue imposible para lo presentes anticiparse. No sé quién estaba detrás de mí, pero me tomó por la espalda inmovilizando mis brazos antes de que pudiera golpear nuevamente a mi adversaria y me pone detrás de su espalda.
-¿Qué haces aquí?-Pregunta la persona que me detuvo
-Poniendo las cosas en su lugar-suelta con tono inocente
-Te prometo que cuando este grandulón se mueva te arrancaré esas extensiones de Barbie de la feria que te has puesto en la cabeza y te pondré en tu lugar: EL SUELO! - Él comienza a reír y es el sonido mas encantador que escuché alguna vez. Me tranquilizo, mi respiración vuelve a ser la misma y la tensión abandona mi cuerpo.
-Vete Ailín y ya no te metas con ella- dice. La orden es simple y directa
-Viste como me atacó,deberías defenderme a mí, no a ella- hace berrinche
-Escuché toda la pelea,recuerda que tu timbre de voz es audible para toda la escuela,quizás hasta para el mundo- Su comentario me hizo reír y es que era totalmente cierto,su voz chillona era audible hasta del otro lado del planeta.-
-No puedo creer esto Adam Lewis! Eres un idiota-
-Lo sé-la mira fijo a los ojos- Ya me oíste, dejala en paz. No quiero tener que repetirlo.-su tono de voz frío como el hielo.
Se voltea hacia mí,finalmente dejo de ver su espalda para ver su bellísimo rostro.
Que no sea un sueño,que no sea un sueño!! Me repito una y otra vez como mantra y un ruego silencio. Me pellizco el brazo con disimulo y al sentir el dolor sé que es real.
-Si,bueno debo irme.- dice regalándome una sonrisa.
Estaba desesperada por salir de mi ensoñación- Nos vemos luego,Bombón- Se despide en forma sexy para luego desaparecer por el pasillo. Yo le dedico una última mirada a Ailín y me voy sintiéndome gloriosamente triunfante.
El marcador dice Astrid 2, cachiporras 0.

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