Al despertar me encontré con un rubio muy sonriente. Al principio creí que podría llegar a ser un buen tipo,hasta inofensivo,pero estaba totalmente equivocada. El muy bastardo quería obligarme a tener sexo con él. Lo que él no sabía es que a mí nadie me obliga a NADA y mucho menos a esto. En la primer oportunidad que tuve,lo golpee. El primer golpe fue a parar a su estómago,el segundo a sus pelotas,el tercero a su tabique y el cuarto,nuevamente a sus bolas. Fue así como gané tiempo para escaparme de donde sea que estuviese y esconderme de él.
-Vamos gatita, sé que estás aquí- comenzó a buscarme-¿Sabes? No soy un tipo paciente,pero si quieres jugar a las escondidas,lo haremos.- Rió- Esto me exita mucho,no sabes cuanto.- Sus pasos se acercaban cada vez más a mi escondite. Justo cuando creí que me encontraría,se escuchó un estrundo que retumbó en toda la casa,haciendo ahogar un grito.
Desde la oscuridad podía oír voces,una discusión.
-Sueltala ya Kendal,no me obligues a darte una paliza.- Sonaba a Adam enojado.
-Ni de broma. ¿Has visto a este bomboncito? La cantidad de cosas que le haría atada a mi cama.- Oí un gruñido,luego silencio.
-Es tu última oportunidad,dime donde está o no sales vivo de esta.- Kendall se rió.
-Vamos Alfa, hay que compartir. Prometo que luego de estar con la gatita, será toda tuya.- Se escuchóbun golpe.
-Callate bastardo y no hables así de tu luna- otro golpe.
-Estabamos jugando a las escondidas- dijo en un tono de desquiciado y comenzando a reir- Quiero oirla gritar. - Pude oír como se desataba una pelea,pero parecía entre perros,no animales.
Al cabo de unas horas o eso fue lo que sentí,los gruñidos y los golpes cesaron.
Estaba muy asustada, se que Adam es boxeador,pero Kendall se veía mucho mas corpulento que él y tenía miedo de que algo le hubiera pasado. Que tal si por mi culpa, Kendall le había hecho daño. Salí de mi escondite dispuesta a enfrentarme a ese desquiciado. Pero no me encontré con él, si no con dos lobos. Uno estaba desangrado en el piso. El otro era el mismo que había visto en mi casa semanas atrás, solo que en esta ocasión su mandíbula estaba ensangrentada y su mirada fija en mí.
El miedo me paralizó. Quería correr,quería gritar por ayuda,quería despertar de esta horrible pesadilla. El inmenso lobo se acercó y me olfateó. Yo cerré mis ojos con fuerza eaperando lo peor. Al abrirlos nuevamente me encontré con la figura de Adam bañada en sangre y una mirada asesina en sus ojos. Luego de observarme unos segundos,me tomó en sus brazos como si quisiera que me fundiera en él. De un momento a otro estabamos en la cabaña de Adam. Este no paraba de mirarme con enojo,pero a la ve preocupación. Cuando creí que iba a perforarme con la mirada comenzó a hablar.
-¿Qué diablos sucede contigo? ¿Acaso quieres matarme?- No respondí. Él caminaba de un lado a otro-¿Por qué te fuiste así? Te dije específicamente que te quedaras conmigo por el amor de Dios!-Yo seguía en mi lugar sin decir nada y jugando con mis dedos por los nervios. Nunca me habían gritado antes y el hecho de que lo hiciera me davan ganas de llorar,pero me negaba a hacerlo frente a él.
-Yo... lo siento-Dejó de caminar.
-¿Lo sientes? ¿Es lo único que vas a decir? Astrid estaba aterrado. No te das una idea de como estaba. - Sonaba muy alterado- Dime algo por Dios!
-¿Que quieres que te diga?- dije sin saber que más hacer
-Quiero que me digas como te sientes,por qué te fuiste después de besarme y quiero saber si ese idiota te hizo algo- soltó un suspiro y me abrazó nuevamente. Sin permiso lágrimas comenzaron a salir sin control.
-Lo siento Adam. Estoy perdida,tu beso me hizo sentir muy feliz,completa. Luego te volví a besar y por un segundo me olvidé de todo,de dónde estaba,con quién,por qué... Cuando te alejaste recordé todo y me sentí una zorra egoísta. Me sentí mal por usarte para sentirme bien.- Solté toda la información sin parar. Adam acarició mi cabello y luego me obligó a mirarlo a los ojos. Esos ojos marrones que harían que cualquiera se pierda en ellos,por los que cualquier chica mataría por obtener una mirada como la que me dedicaba ahora. Una mirada amorosa,comprensiva y tranquilizadora.
-Nunca en tu vida vuelvas a hacerlo. Te lo prohíbo,tienes prohibido alejarte de mí otra vez. No acepto excusas,ni razones. Lo único que quiero es jamás volver a sentirme como me sentí estas últimas 14 horas. Sin saber dóndo,cómo y con quién estabas.- Su voz sonaba desesperada y sentí que en cualquier momento se quebraría.
-¿Por qué haces esto por mí?- dije sin entenderlo.
- Sé que no hay marcha atrás después de esto,pero...soy gay.-
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Te Prohibo Alejarte
WerewolfAstrid es una chica de 18 años que cursa su último año escolar. Es una amante de los deportes,pero sobre todo del handball. Adam es un alfa de 25 años. Ama el boxeo y protege a su manada. Lleva años buscando a su luna y siendo un completo malhumora...