Conocimos al nuevo entrenador. Su nombre es Christian. Es calvo,mide dos metros y tres centímetros de alto. Es un tipo exigente, pero a la vez divertido. Su llegada nos ayudará a ganar el campeonato.
En fin nos hizo correr,saltar,hacer pesas y entrenar jugadas. Ya nos ha organizado un partido amistoso contra otro club y espera que ganemos.
Termina el entrenamiento y regreso a casa corriendo ya que estoy muy animada por la llegada de mis padres. La pasé pésimo sin ellos estos días sin contar con el hecho de que tuve que irme a dormir a la casa de Sofia. Ella concuerda conmigo,mi casa es tan grande que estando solas da miedo,asique optamos por ir a la suya.
Al llegar a casa noto que las luces están todas encendidas y las puertas abiertas. Una sensación extraña se arremolina en mi estómago al llegar a la puerta. Ingreso y no veo nada.
-Mamá?- camino lentamente- papá?- No obtengo respuesta y decido subir las escaleras. Al apoyar mi pie en el primer escalón escucho un gruñido. Me volteo lentamente Encontrándome con una bestia enorme que parece un lobo,pero muchísimo más grande. Sin pensarlo dos veces corro escaleras arriba,aunque desearía no haberlo hecho. Veo a mi padre desangrado en la cama y a mi madre en suelo. Puedo notar que aun respira con dificultad y me tiro de rodillas a su lado.
-Mamá?- tarda unos segundos en responder mientras mis lágrimas caen.
-No... Llores- Dice con dificultad. Intento pararme y llamar a emergencias,pero ella toma mi mano.- es inútil amor,no llegaran a tiempo.
- No mami,vas a estar bien- niego y lloro
-Cuidala Adam- Noto que le habla a alguien detrás de mí con desesperación-Prometelo,prometeme que cuidarás a Astrid.
-Lo prometo,por mi vida-afirma
-Te amo bebé,confía en... Adam y...- intento que no hable,pero aun así lo hace-y todo estará bien.- silencio. Todo se funde en un silencio ensordecedor. Mis lágrimas comienzan a salir sin control al notar que ella ya no respiraba. Un grito sale de mi garganta,resuena en toda la casa. Es un grito de tristeza y frustración, de impotencia.
Siento unos brazos fuertes alejándome de ella,pero me es imposible saber de quien se trataba debido a las lágrimas. Siento como me toma en sus brazos y sin importarme que fuera un completo desconocido entierro mi cara en su cuello. Siento como la otra persona llora,pero su dolor no se compara en lo más mínimo con el mio.
Soy consciente de que ya no estamos en mi casa. Estoy dentro de un auto en movimiento. Sólo sé que debo confiar en él, es lo que mamá quería. No sé en que momento,todo se vuelve oscuro y dejo de pensar.
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Estoy despierta,pero no abro los ojos. No quiero,no puedo. Temo que al hacerlo mis padres no estén en casa. Estoy aterrada de solo pensar que todo fue cierto: la muerte de mis padres,la huída de casa y...el lobo. No quiero creerlo, pero el dolor en mi pecho y la pesades en mis ojos me indican que todo pasó y que debo ser fuerte,por mí y por ellos. Es lo que hubieran querido.
Sé que mis padres nunca fueron los más presentes, ni los más comprensivos,pero me amaban y yo a ellos. Los recuerdos de nuestras últimas vacaciones juntos,nuestras últimas peleas, la forma en que mamá me abrazaba al tener un problema y los chistes de papá que se guardaba rigurosamente para sacarme una sonrisa. Todos y cada uno de los momentos felices pasaron por mi mente aplastando mi corazón y dejandolo roto e inservible.
Abrí los ojos finalmente. Me encontraba en una habitación gigantesca,en una cama de dos plazas. No me encontraba sola. Al lado de la ventana se encontraba una figura familiar,la cual al percibir movimiento se volteo. Y nuevamente me encuentro con mi salvador,Adam. Mi querido Adam Lewis. Puedo reconocerlo al instante gracias a su musculatura y su cabello.
Se acerca a paso lento hasta sentarse sobre la cama,quedando a mi lado izquierdo.
-Como te sientes bombón?-Noto su voz quebrada,como si quisiera llorar.
-Destrozada -admito- No tiene sentido. ¿por qué a ellos?-,él acaricia suavemente mi cabello
-Es la forma que encontraron para desequilibrar a la manda. Ellos eran quienes mantenían en pie los tratados de paz,pero ahora que los asesinaron, no hay tratado. No hay alianzas. No hay nada. Cada uno clan por su lado debe ser capaz de arreglarselas como pueda.- suspira- Nos han declarado la guerra.
-¿De qué hablas?- mis padres eran dueños de una empresa de bienes raíces y un bufete de abogados, nunca me aclararon de para qué era su viaje- ¿Qué es eso de los clanes?- por favor que no se trate de una revuelta umbanda ni nada por el estilo.
Veo la duda en sus ojos.
-Confías en mí?- acabo de conocerte,pero mamá me pidió que lo hiciera. Si ella confiaba,yo también.
-Si- digo firmemente
-Bien, entonces levantate y vamos-
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Te Prohibo Alejarte
Kurt AdamAstrid es una chica de 18 años que cursa su último año escolar. Es una amante de los deportes,pero sobre todo del handball. Adam es un alfa de 25 años. Ama el boxeo y protege a su manada. Lleva años buscando a su luna y siendo un completo malhumora...