Capítulo 5: Paseo por el bosque y algo más

18.5K 1.1K 9
                                    

-Dame la mano y bajo ningún concepto se te ocurra alejarte- ordenó Adam
-¿Alguna vez te dijeron que eres un mandón?- Le pregunté. Verán desde chiquita detesto seguir ordenes,no soy un perro y aunque lo fuera,no me gusta. A mí nadie me dice que hacer,mi orgullo es demasiado grande como para ceder ante ellas.
-Lo siento,es la costumbre. Alice suele...solía mencionar que no te gusta seguir ordenes y Mauricio concordaba recordando lo obstinada que eres- Noté cierta tristeza al nombrar a mis padres y por eso puedo suponer que le tenía afecto,pero ¿Por qué nunca lo había visto fuera del gimnasio o cuando iba a ver sus peleas? El maldito es hermoso y juro que si lo vieran pelear entenderían mi obsesión por él.
Tomó mi mano suavemente y me sentí ¿completa? La sensación que obtuve fue como si hubiera tenido un agujero en el pecho y que nunca lo noté hasta ese momento.
-No te alejes- iba a soltarlo,aunque la sensación fuera hermosa- Por favor- hizo un puchero y al ver que cedí a su petición,me regaló una sonrisa hermosa que casi hace que me desmaye.
Me guió por un pasillo que daba a una sala de estar. Me dí cuenta de que era una cabaña,al salir de ella nos encontrábamos en el medio del bosque.¡¿En el bosque?!
-¿qué hacemos en el medio del bosque?- mis padres nunca querían acercarse a ningún bosque,según ellos era peligroso y había bichos
-caminar- dijo riendo. Frené en seco.
-No quiero estar aquí-Adam tironeó mi brazo para que siguiera caminando,pero yo clave mis pies en el suelo.
-No sucederá nada- Me aseguró,pero aún así no quería ir. Tenía miedo.
-Por favor no,no quiero-,rogué como nena pequeña
- Te prometo que mientras estés conmigo nunca te pasará nada malo-Su voz era sincera,pero aun así no me moví. Entonces me acercó a su cuerpo envolviéndome en un abrazo protector. Luego de unos minutos besó mi frente y me obligó a mirarlo a los ojos.
-¿Por qué tienes que ser tan lindo?- ay dios lo dije en voz alta...
-A algunos la naturaleza les favorece más que a otros- dijo mirando fijo con una sonrisa en sus labios-y nosotros salimos muy beneficiados- susurró suavemente en mi oido. Dios sabe cuanto tuve que esforzarme en contener un gemido. De a poco fue acercando sus labios a los mios y puedo asegurar que estaba totalmente dispuesta a besarlo. Su cercanía era tal que podía sentir el sútil roce de sus labios en los míos.
-Vamos- dijo pasando su brazo por mi cintura haciendome caminar. Solté todo el aire que había estado conteniendo hasta el momento en un suspiro de derrota. No podía negarme,ni si quiera mis miedos o mi orgullo lograban que me negara a lo que me pedía. Me alejé y comencé a caminar delante de él. Mis mejillas ardían. No sabía si sentir vergüenza por haber deseado que me bese o decepción y enojo por el hecho de que no lo hiciera. Yo iba unos pasos más adelante que él,sin esperarlo, me tomó de la cintura,me aprisionó contra un árbol y me besó. Dios esto fue mas simple de lo que lo esperaba. Sus labios y los mios comenzaron un baile lento,sensual,casi exitante. Luego,como si no pudiera controlarse,su beso se volvió exigente y rudo. Cuando el estúpido oxigeno comenzó a faltarnos se separó un poco de mí. Todo su cuerpo estaba pegado al mío,exceptuando sus labios ya que tenía su frente apoyada en la mía. Nuestros pechos subían y bajaban rápidamente. Estuvimos así hasta que recuperamos completamente el aire.
-Yo lo siento- ¿qué?
-¿Te arrepientes?- Se separó de mí
-No,wow,no. Es solo que no debí dejarme llevar y...- comenzó a excusarse,pero lo corté hagarrando su camiseta y hacercandolo bruscamente a mí,volviendo a la posición en la que estabamos.
-Si no te arrepientes,no te disculpes- y esta vez fui yo quien lo besó. No tardó ni dos segundos en responder. Sé que soy una maldita zorra egoísta por besarlo así,pensando solamente en mí. Pero sus besos provocaban que me olvidara de todo,que me sintiera segura y contenida. Sus besos me hacían olvidar aunque sea por un momento que mis padres ya no estaban,que estoy en el medio del bosque ,probablemente a kilometros de casa y que no sé cómo terminé en esta situación.
- Dios yo no debí- comencé a llorar y me alejé de él corriendo sin esperar una respuesta de su parte. Me sentía sucia,sentía que lo estaba usando y eso no era justo.
- Espera!- oí a lo lejos- Astrid-
Pero ya era tarde alguien me había golpeado y todo se volvió negro.

Te Prohibo AlejarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora