En ese momento, Cassie sostenía el lápiz el cual se le resbalo de los dedos.
–¡Qué! –en ese momento, como le sucedía a todas las personas con mala suerte, toda la clase se quedó en silencio.
–¿Quién es la gritona?
Gema apretó los labios en cuanto la voz de la profesora taladro sus oídos. Todos se miraron entre todos ocultando la voz tan conocida para ellos.
–¡Anderson profesora!
–¡Mentira! –por debajo de la mesa Gema le propinó una fuerte patada a Tayler.
–Pase adelante –en los labios de Clöe se formó una sonrisa. Le encantaba hacer sufrir a sus alumnos, ya sea en interrogaciones, disertaciones o tareas.
Gema empujó la silla hacía atrás aún en ella, haciendo que esta chillara por las patas rozando tan bruscamente la cerámica. Cuando paso por el lado de Tayler, le dio un fuerte golpe en la cabeza y de paso sonrió con inocencia.
–Sorry not sorry –le guiñó el ojo y camino por el pasillo que formaban los bancos hasta llegar a la pizarra, donde se detuvo quedando frente a la clase completa.
«¿Con esos amigos para qué enemigos?»
–¿Cuál es su nombre?
–Gema Anderson –contestó. Al terminar se mordió la lengua sin mucha fuerza para evitar soltar sus improperios que, en más de una ocasión, se le han escapado con otros profesores.
«Anda a decirme algo y te parto el Botox».
–Algunos profesores me hablaron de usted –se quedaron mirando, en silencio, retándose sin saber por qué lo hacían –esta anotada.
Gema se puso rígida. Su hoja estaba en blanco desde que tenía memoria.
–¿Es en serio? –con incredulidad por lo que decía, enarcó ambas cejas –¿se da cuenta de qué me anotará por algo estúpido?
–¿Me está diciendo estúpida?
La pelinegra, ya cabreada, volcó los ojos.
–¿Quién?
–Usted...
–Le preguntó.
Toda la clase rió, incluso a Gema se le escapó una risotada. Clöe, molesta e indignada por como esa chica de ojos hermosos se había mofado de ella, prosiguió a anotarla con más ganas.
–Se quedará de pie toda la clase –sentenció escribiendo cuatro líneas de anotación en la hoja blanca, la cual correspondía a su historial. Gema, ya dando por superado el tema, miró la clase.
–Al menos pongan cara linda –murmuró con fingida molestia mirando a Megan, quien estaba en la primera fila junto a Scott.
–Mi cara es hermosa, ubícate –dijo indignada echando su cabello hacía un lado, pero este impacto contra la cara de Scott el cual arrugo todo su rostro causando que ambas chicas comenzaran a reír.
–¿Quiere otra anotación Anderson? –Gema negó rápidamente e hizo de sus labios una fina línea.
«El mejor viernes de todos» pensó con sarcasmo negando de un lado a otro.
Cuando finalizó la clase, corrió a golpear a Tayler, Cassie corrió detrás suplicando por su vida, pero no tuvo piedad. Le tiro del cabello, lo jaló de todas partes y le insulto hasta los codos. Las demás clases pasaron rápido y ansiaba con todo su ser que tocaran para francés y así, poder apreciar en silencio al "bombón" como le habían apodado a Nickolas.
–¡Anderson!
Fue lo primero que salió de sus labios al entrar, arrojo el maletín contra la mesa del profesor y se sentó de mala gana. Todos guardaron silencio y se mantuvieron quietos. Gema se levantó, temerosa, y se acercó a pasos tímidos hasta él.
«¿Qué habré hecho ahora?».
–¿Sí? –mordió su labio inferior y echó una rápida mirada hacía los últimos puestos, donde sus amigos la miraban con ánimos. Fue ese momento el que Nickolas aprovechó para recorrer los labios de la morena, aunque solo fueran unos segundos.
–¿Me puede decir qué paso en historia?
Una pequeña parte de él quería saber que había sucedido, o más bien, si lo que Clöe le contó era cierto. Imaginarse a Gema gritándole y burlándose de ella frente al salón era algo difícil de creer, incluso sin conocerla podía afirmar que eso no había sido exactamente así. Luego, estaba la parte en el que, sacándole provecho a la situación, la había llamado para tenerla más cerca y, de alguna forma, sentirla junto a él.
–Bueno yo...
–Cloë dijo que le falto el respeto frente a todos los alumnos y encima se mofó de ella –sabía que había sonado brusco, pero ya no se podía echar atrás.
–Eso no fue así...– Gema jugueteó con sus dedos y pronto el sonrojo se afloró en sus mejillas.
–No mienta –volvió a cortarle, pero esta vez, con la voz más fría y seca.
–Oiga –Gema entrecerró los ojos, ofendida y, poniendo ambas manos en la mesa, se inclinó hacía el pelirrojo –puedo ser todo, pero no mentirosa –ambos, enganchados uno en el otro, se mantuvieron las miradas, temiendo por un momento que sus pensamientos se revelaran a través de ellos.
–De acuerdo –musitó apartando la mirada.
«Vuelve a mirarme» rogó Gema en sus adentros.
–Le sugiero que no la moleste.
–Gracias por el consejo, pero si me busca me encontrará –se puso derecha y arregló su cabello dejándolo caer por su hombro.
–¿Solo la anotó?
–Me ha dejado de pie toda la clase –al darse cuenta del interés que demostraba él, dio un paso atrás.
«Aiden» La imagen de su novio le golpeó en todo el rostro. Confundida, sonrió de medio lado hacía Nickolas evitando que este notara su incomodidad.
–Puede ir a sentarse.
Gema asintió, agradeció por lo bajo y se dio la vuelta para volver con sus amigos. Nickolas, entregado a su subconsciente, dejó caer la mirada a las piernas de la pelinegra, subió por ellas hasta un trasero grande y redondo, que se meneaba de un lado a otro.
«Délice» mordió el interior de su mejilla y comenzó a hacer la clase cuando el profesor William llegó.
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Belle petite [+16]
RomanceEstá claro que todos deseamos lo prohibido. Algunos nos arriesgamos a alcanzar ese deseo, y otros se conforman con ese vago pensamiento. Gema Anderson desea lo prohibido, ¿se arriesgará? ¿O se conformará con sólo ver a su sexy profesor? ADVERT...