Nickolas estaba en la sala de maestros, con la vista fija en sus manos entrelazadas sobre la mesa. Clöe no había dejado de mirarlo en ningún momento.
–¿Estas terminando conmigo? ¿En este lugar Nickolas? –adolorida, se sentó frente a él, conteniéndose las ganas de gritar.
–¿En que otro si no? –confundido por eso, levantó la mirada hacía ella con el ceño fruncido.
–Tienes a otra –afirmó. Nickolas se tensó al oírla e hizo un esfuerzo por negarlo, pero, decidido a serle sincero, asintió lentamente –lo sabía, son todos iguales maldita sea –golpeó la mesa con fuerza y Nickolas se enderezo en la silla, sin querer pelear.
–No son todos iguales Clöe, no metas a todos en un mismo saco, también aprendí que no todas las mujeres son iguales.
–Unas son más estúpidas, solo mírame –ocultó su rostro, uno que en segundos estuvo empapado de lágrimas.
–Sabes que te amé y te respeté durante mucho tiempo, lamento ser quien te lastime –con aquellas palabras llenas de sinceridad, acarició las manos de Clöe quien comprendía poco a poco como habían terminado en esa situación –iré a dejarte a tu casa, vamos.
Gema revisó la hora, caminó hacía la oficina del director y abrió la puerta. Se sentó frente a su padre.
–¿Qué paso princesa? –dejó caer los papeles que tenía en sus manos en cuanto vio el contorno de sus ojos manchados por el delineador corrido y luego se sorprendió por lo empapada que estaba.
–Ya no es necesario que te presente a Aiden.
Al entender a lo que se refería, empujó la silla hacía atrás y caminó hasta donde estaba ella, se inclinó y la rodeo en un fuerte abrazo, beso su cabeza repetidas veces, se apartó con delicadeza y la obligó a mirarlo a los ojos.
–No importa lo que haya pasado, recuerda que siempre estaré aquí, para ti –beso sus delicadas manos y sonrió acariciando su mejilla, limpiando su rostro como cuando era una niña –Tú mamá siempre decía que las penas pasan y tenía mucha razón –Gema asintió recordando aquel dicho –lo que duele son los recuerdos, por eso olvidamos –Revolvió su cabello juguetonamente.
–Iré a ver a alguien, luego iré a casa, ¿vale?
–Siempre ten encendido el móvil y mantenme al tanto, es la regla.
–Lo sé, descuida –Gema besó sonoramente su mejilla –eres el mejor animando a las personas.
–Y tú, la mejor para comprenderlas.
Con una sonrisa en ambos, se despidieron y Gema corrió a tomar un taxi. Primero se detuvo en casa de Aiden, se bajó y tocó dos veces, cuando la puerta de entrada se abrió y vio a Tayler, paso por su lado y se sentó cómodamente en el sofá. Aiden la miró incómodo y Tayler se sentó a su lado ideando una mentira para explicarle que hacía allí, pero por suerte para él, Gema comenzó explicarles que ya sabía sobre su relación, estaba al tanto de todo y les dijo también que no eran los únicos que habían cometido errores. Todos somos personas y tenemos derecho a equivocarnos.
Luego de un rato en que todo se solucionó, se despidió y salió fuera seguida de ambos chicos, se subió en el taxi que la había traído y le dio la dirección de Nickolas. Tenía mucho que decirle. Al llegar le pagó al taxista y se bajó tropezando con sus propios pies, corrió hacía el ascensor y presionó el piso diez, al detenerse, las puertas se abrieron y salió hacía el pasillo. Se detuvo frente a la puerta y tocó dos veces pero nadie respondió. Aún segura de lo que iba ser, se sentó en el tapiz de entrada y se recargó contra la puerta dispuesta a esperar lo que fuera necesario.
El ascensor abrió sus puertas minutos después captando la atención de la morena. Nickolas recayó en su presencia de inmediato y entreabrió los labios sorprendido.
–¿Qué haces aquí? –caminó a largos pasos hasta ella y notó entonces lo mojada que estaba –¿qué te ocurrió? ¿Te hicieron algo? –se asustó ante la idea de que le pudiera haber sucedido algo grave.
–No te asustes, sólo tengo algo que contarte –se levantó estirando una mano para que Nickolas la ayudará, cosa que hizo con caballerosidad.
Abrió la puerta con la morena detrás de él, se hizo a un lado para que Gema entrara primero. Nickolas le pidió amablemente que se quitará la ropa para meterla a lavar y Gema, creyendo que eso alargaría su visita, se negó rotundamente. Cuando ambos estuvieron sentados, uno frente al otro, no supieron que decir.
–A las tres –Nickolas asintió de acuerdo –uno.
–Dos.
–Terminé con Aiden.
Nickolas levantó las cejas, sorprendido y paso por alto el que Gema haya tomado sus manos y las apretará con fuerza, aferrándose a ellas. Le contó todo, lo que había pasado con Tayler, su conversación y su decisión. Nickolas escuchó pacientemente y cuando Gema terminó, fue él quien rodeo sus manos y las apretó con posesión.
–Terminé con Clöe.
Gema levantó las cejas y, totalmente extrañada por lo que estaba viviendo en ese momento, se giró y se recargó contra él.
–Seremos amigos desde ahora –agregó en un murmuro, acariciando su caballo.
Gema se tensó y giró sobre él, quedando sobre su abdomen.
–Con Aiden tambien seremos amigos –comentó con un tono competitivo.
–Por favor Gema, yo no haré nada –volcó los ojos divertido. Se sentía extraño que lo celaran de esa manera tan inocente y amorosa.
–Cualquier mujer con la que te hayas corrido es una amenaza –Nickolas la miró unos segundos y asintió, viendo un poco de razón en eso.
«Que sabías son las mujeres».
–Oye.
–Dime belle –besó su cabeza y aspiró su aroma, mientras pasaba sus brazos por debajo de los suyos y entrelazaba sus manos sobre su espalda.
–¿Qué chingados somos? –ambos rieron y supieron en ese momento, que los errores habían acabado, la persona correcta ya estaba con ellos.
–Somos novios, amantes, esposos, amigos...el título no importa si el sentimiento es el mismo. Nos celamos como novios, nos deseamos como amantes, nos apoyamos como esposos y nos cuidamos como amigos. Tu eres a quien quiero conmigo, eres la persona que calienta mis sábanas Gema.
–Y tú, la persona que acelera algo más que mi corazón.
Tal como se lo había prometido a su padre, se despidió de Nickolas y regresó a casa justo a tiempo para verlo liarse con la cocina.
–¿Qué estás haciendo?
–Invité a algunas personas a comer, decidí que deben conocerte.
Gema torció el gesto, pero aún emocionada por la conversación que tuvo con Nickolas, ayudó a su padre a preparar la cena y luego subió a ducharse, para después ponerse un hermoso vestido negro, junto a unas converse burdeo.
El timbre sonó y su padre fue a atender, Gema bajó rápidamente al momento en que Nickolas, Axel, Clöe y otra chica entraban por la puerta.
–Buenas noches chicos, verán –con una sonrisa, miró a la morena –ella es Gema, mi hija.
Nickolas borró la sonrisa y la miró sorprendido, impactado, incrédulo. Gema terminó de bajar y saludo a todos con una encantadora sonrisa, por último, cuando se dispersaron, se acercó a Nickolas, pero él se apartó de ella lo más que pudo. Se sentía traicionado y engañado, jamás había experimentado una decepción como esa. La mujer a la que le estaba tomando cariño, hasta el punto de llamarlo amor, le había guardado un secreto y eso lo rompía por dentro, le carcomía el corazón.
Gema intentó hablar con él toda la noche, pero cuando invento la excusa de tener un compromiso para poder escapar de la cena, supo que lo había perdido.
Y está historia, recién comienza.
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Belle petite [+16]
RomanceEstá claro que todos deseamos lo prohibido. Algunos nos arriesgamos a alcanzar ese deseo, y otros se conforman con ese vago pensamiento. Gema Anderson desea lo prohibido, ¿se arriesgará? ¿O se conformará con sólo ver a su sexy profesor? ADVERT...