[Haré este pequeño relato a petición de samymaray44]
Las invitó a conocer la historia de Aiden y Gema.
Gema estaba nerviosa, su padre le había pedido que le avisará a Aiden Monroe que fuera a su oficina, ya que le quedaba de paso. El problema era que ella era tímida, algo torpe y vergonzosa con los extraños, así que hablarle al chico nuevo se le haría muy complicado.
Al llegar a las gradas se acercó lentamente hasta la cancha, donde el equipo estaba entrenando.
–¡Gema! –la chica parpadeó y miró al entrenador pero era demasiado tarde, ya había caído por el fuerte impacto de la pelota contra su frente– ¡Monroe ve a ayudarla, pedazo de imbécil! –gritó furioso.
Aiden se quitó el casco y lo lanzó lejos, seguidamente corrió lo más rápido que pudo hasta la chica. Se dejó caer de rodillas y la atrajo a su regazo.
–¿Puedes oírme? –Gema quiso insultarlo de mil maneras pero solo pudo soltar un gruñido, mientras se levantaba.
–¿Tu eres el nuevo?
–Si, ¿tan malo soy? –la ayudó a levantarse y rascó su nuca, avergonzado.
–Del uno al diez, sin duda uno –murmuró la pelinegra, que al mirar a Aiden quedó flechada.
«¿Pero, aquí juegan adolescentes o modelos?».
Aiden sonrió al observar a su víctima, era hermosa, debía admitirlo.
Después de ese día, notó que Gema estaba en primera fila cada vez que había práctica. Eso lo motivaba a ser el mejor en ese momento, para hacer que su tiempo valiera la pena. Comenzaron las miradas, las sonrisas, los cosquilleos en sus manos.
Aiden se atrevió a invitarla a salir, seguro de que recibiría un no por respuesta pero Gema sonrió, divertida por sus nervios, y acepto dándole un beso en su mejilla. En la primera cita se conocieron, en la segunda aprendieron del otro y a la tercera, Aiden no quiso esperar, seguro de lo que sentía, le pidió ser su novia. Allí hubo un problema, Gema le dijo que aceptaría si sus amigos lo conocían primero.
Aiden no le vio problema, no hasta que estuvo de pie frente a Tayler, el chico al que, por primera vez estando borracho, había besado. Si, fue en una fiesta cerca de su casa, lo habían expulsado del equipo al pillarlo drogado y esa noche se prometió cambiar, pero después de unos tragos eso ya no importaba, término juntando sus labios con los de otro.
A Tayler se le borró la sonrisa, miró a su amiga y mordió su labio. Dando por superado el tema levantó su mano y ambos chicos la estrecharon, apartando ese pequeño error de los recuerdos.
¿Recuerdan que pasa con los errores?
Ellos nos enseñan, nos muestran lo correcto.¿Estas seguro Aiden, de que ese fue solo un error?
Volviendo a la pareja del momento. Ellos estaban bien, muy bien, solo bien. Habían besos, toqueteos, salidas, risas... había amistad.
Aiden comprendió que lo que le impedía disfrutar de su relación era el constante recuerdo de esa noche así que, armándose de valor, se dignó a pedirle a Tayler que se vieran en los camerines al recesó.
Mala idea.
En cuanto Tayler entró, quedó mudo y después de pensar un poco lo miró.
–Quería pedirte disculpas por lo de esa noche, quiero decir, ya sabes, no sabía lo que hacía...
–Descuida –Tayler se encogió de hombros y tosió falsamente, recargándose contra la pared.
–No soy gay –terminó de decir, casi aborreciendo esa palabra. Tayler se tensó.
–Al principió no lo admitirás –murmuró –pero cuando un chico borracho te bese, entenderás todo –sonrió, refiriéndose a él.
Esa noche el que estaba confundido era él, pero ese besó se lo había aclarado todo.
Uno entendía y el otro se confundía.
Vaya, pero que dilema Houston.Aiden se quedó quieto, con los labios entreabiertos, estupefacto por lo que ese chico había dicho.
–¿Me estás diciendo que ese besó te ayudó a aclarar tu orientación? –Tayler asintió a su pregunta sin querer mirarlo, no tenía idea. Aiden se acercó a él, levantó su barbilla y se inclinó, uniendo sus labios. Tayler se apartó de inmediato.
–Yo te ayudé. Ahora, por favor, ayudame –susurró.
Tayler tensó la mandíbula y asintió, llevó una mano a la nuca de Aiden y ambos se besaron.
Segundo error.
Uno quiso más, él otro deseo no querer.
–Mierda –Aiden golpeó la pared, Tayler pegó un saltó –lo siento.
–Debes terminar con Gema.
–No, yo la amo –se excusó con rapidez.
–Tú no la amas, te pido de buena manera que termines esa relación –Tayler lo miró con rabia –tú la quieres para seguir engañándote.
–¿Acaso tu sabes? Yo soy Aiden, yo, no tu –apegó la frente contra la pared.
–No es necesario ser tú, basta con que me beses para saber que a ti te van los hombres. No te engañes.
La relación continuó. Aiden tenía un verdadero dilema, ahora miraba partes de los hombres que antes nunca le había llamado la atención mirar. Ahora mordía su labio en los camerines y pensaba en viejitas para que su miembro no despertará de la hibernación en que se encontraba.
Entonces decidió ir a una fiesta sin Gema, para ver que sucedía. Despertó con Tayler a su lado.
¿Recuerdan cuando Gema lo llamó y él no contestó? No podía, estaba en la cama, intentando asimilar lo que había pasado.
–¿Te seguirás engañando? –por suerte, ambos estaban con bóxer, y Aiden no sentía nada fuera de lo normal en su trasero.
–No hicimos nada, estoy más que claro.
–Gracias a mi no hicimos nada –se apresuró a aclarar Tay –estabas como loco intentando quitarme la ropa, te juro que nunca vi algo así –terminó de decir –se que tomaste algo que te dieron, lo más seguro es que estés culpando a esa bebida pero no Aiden, eras tú. Estamos en una sociedad que acepta a personas con gustos diferentes, hay otras que nos aborrecen, nos quemarían vivos diciendo que es pecado, inhumano, una blasfemia. Pero me quedó con las personas que nos apoyan y nos protegen. Cada vez son más las que entienden que somos personas con gustos diferentes, como ellos lo son para nosotros.
–Tengo miedo, tengo vergüenza –susurró escondiendo su rostro entre sus manos.
–¿Verguenza de desear a hombres? –Tayler se acercó a él y con tranquilidad recargó su barbilla en su hombro, acarició su espalda y luego llevó una mano a su miembro. Lo acarició y cuando se iba a apartar Aiden dejó su mano sobre la suya para que se quedará allí.
–Hablaré con Gema... solo, necesito tiempo.
Ese tiempo no fue necesario, en una locura que les dio por besarse en los camerines otra vez, Gema los vio.
Gracias por leer preciosa.
Besos, abrazos y adiós.
❤Que tengan un lindo día.❤
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Belle petite [+16]
RomanceEstá claro que todos deseamos lo prohibido. Algunos nos arriesgamos a alcanzar ese deseo, y otros se conforman con ese vago pensamiento. Gema Anderson desea lo prohibido, ¿se arriesgará? ¿O se conformará con sólo ver a su sexy profesor? ADVERT...