CAPÍTULO 2

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••••Narra Vegetta••••

No comprendía lo que sucedía, no fué hasta que sentí un movimiento justo en su vientre, bueno no uno, si no varios. Me dí cuenta de que... Willy... estaba preñado... no sabía en ese momento desde cuando, o cómo. Pero sabía que el niño era mio, y tenía que ayudarlo, si no me equivocaba estaba en trabajo de parto, no podía reaccionar bien por la sorpresa, pero si hablarle. -Tranquilo Willy, sabes que estoy contigo compañero... -Estaba más nervioso que nunca, él sólo se quejaba a tal grado en el que se desmayó en mis brazos. Intenté levantarlo pero me fué inutil. De un momento a otro el ambiente cambió, se empezó a escuchar un gruñido por todas partes, el viento se hizo más fuerte y más helado, yo sólo protegía a Willy ante todo peligro. Sabía porque el ambiente se había vuelto así, sólo puede significar una cosa. -Enderman...
Sujeté a Willy con un brazo, mientras que con el otro cogía mi espada y la tomaba firmemente mirando a todas partes. Haré cualquier cosa por proteger a Willy y al niño, no importa que me haya enterado hasta ahora, daré mi vida si es necesario.
Al parecer el Enderman no venía sólo, lamentablemente me enteré demaciado tarde, en ese mismo momento escuche un suave siseo de apenas unos segundos detrás de mi, y luego sentí la exploción de un creeper justo en mi espalda, lo único que me protegió de no volar en pedazos fué mi armadura. Solté un grito por el inmenzo dolor, no quize soltar a Willy pero en el preciso instante en el que la exploción me sacó volando por los aires el Enderman se lo llevó y desapareció. Como quisiera haber podido reaccionar a tiempo. Choqué la cabeza contra una roca, haciendome sangrar la cabeza de una manera en la que dirían que moriría. Intenté levantarme aún así, pero estaba demaciado débil. ¡No! ¡No puedo dejar que se lo lleven! !No puedo... Quedarme aquí... pero era tarde, la perdida dd sangre era rápida, todo se puso borroso y finalmente caí desmayado al suelo.

••••Un par de horas después••••

Sentía húmedo el rostro, el dolor ahora era sólo un frío tolerable. Abrí los ojos lentamente y noté que estaba en casa, el que me había traido aquí era Trotuman, también había curado mis heridas y hasta reparado mi armadura. Me senté en la cama lentamente y lo miré desde aquí.

-Vaya, Willy sí te tiene entrenado... -Fué cuando lo recordé todo. Un dolor de cabeza me invadió por breves segundos y sin perder más tiempo me levante. -¿Dónde está mi espada? -Trotuman se acercó y negó con la cabeza, tomó mi mano y me llebó afuera de la casa, yo lo seguía confundido, y luego separé mi mano. -No es hora de jugar Trotuman, tengo que rescatar a Willy -Le dije en un tono más serio, pero volvió a tomar mi mano y sin más me llebo fuera de la casa. A la zona de obstáculos para entrenar que nunca utilizamos. -No puedo ponerme a entrenar ahora, tengo que... -Me calló con su mirada, no sé como lo hizo pero así fué. A pesar de que estaba desesperado por salvar a Willy pude calmar mis nervios.

Quizás tenga razón y tengo que entrenar, sea a donde sea que se lo llevó ese Enderman, sé que habrá más. Y no pienso perder esta batalla.
Finalmente me convenció del todo y me puse a entrenar, mientras más rápido mejor. Sólo espero que hasta entonces Willy siga vivo... no quiero perderlo, menos así, y es lo que me motivaba para seguir. No, para seguir entrenando no. Para seguir vivo... si lo pierdo a él... lo pierdo todo.

••••Narra Willy••••

Desperté en un lugar oscuro, no se escuchaba nada al rededor. Yo me encontraba recostado en algo semi suave y mirando al frente, ¿Qué fué lo que pasó? Para cuando recordé me dí cuenta de que habían Endermans al rededor, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. El lugar era una habitación de obsidiana, por eso a duras penas pude ver algo. Pasé la mano por mi abdomen notando que estaba vendado, y más lizo... ¿A caso habían...?
Miré a todos lados con miedo, buscaba con la mirada cual de todos esos Endermans tenía a mi bebé. Fué cuando escuché su llanto cuando lo encontré, pero fué tarde, el Enderman desapareció junto con él, o ella. Traté de levantarme pero estaba amarrado. -¡No! ¡No se lo lleven! -Comencé a gritar entre lágrimas, me sentía debil, no podría soltarme ni mucho menos recuperar a mi bebé.

WIGETTA LOVE ¿UN PEQUEÑO AMOR MÁS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora