EPÍLOGO

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Habían pasado apenas unas semanas desde que todo había terminado, Willy se encontraba ya en los ultimos días de embarazo, pues el tiempo que paso en el Nether hizo que los meses pasaran en cuestion de minutos. Zeus, había podido volver a su forma normal mientras dormía, su energía estaba baja debido a que se la pasaba jugando en el jardin, le asustaba ver llorar a su madre todos los días, y estaba muy confundido también... "¿Dónde esta papá? ¿Porqué mami llora?" Y algunas otras preguntas estaban en su mente, mientras miraba a las mariposas sobre las flores que estaban a su al rededor. Estiro sus pequeñas y suaves manitas para alcanzar al insecto, que se posó sobre su nariz, cubriendole los ojos con sus alas coloridas y delgadas.

Willy miraba en silencio desde la ventana, mientras que Trotuman y Vakypandy se encontraban fuera de la casa, él solía hablar solo, abrazarse a si mismo y fingiendo que todo estaba como antes, como cuando Vegetta estaba con vida.

Los días habían pasado muy lenta y dolorosamente para él, se negaba a creer que había asesinado accidentalmente a su pareja, al amor de su vida, se negaba a creer que estaba muerto, comenzaba a perder la cabeza cada vez más. Sintió un movimiento suave en su abultado vientre, colocó instintivamente su mano izquierda sobre este, recibiendo a cambio algunos movimientos de los trillizos. Antes eso lo hubiera alegrado, sin embargo su corazón estaba destrozado, lo suficiente para hacer que las sonrisas hayan desaparecido temporalmente de su rostro, que permanecía neutral la mayoría del tiempo.

Suspiró levantandose con dificultad de su cama, caminó hasta el espejo de cuerpo completo que estaba junto a la puerta y se miró por breves segundos, se encontraba sin camisa. Acarició con ambas manos su vientre, dejando ir algunas lagrimas mientras lo hacía. Le dolía tener que pasar el resto de su vida sin Vegetta, le molestaba no haber podido ayudarle y le entristecía saber que sis bebés nacerían sin haber conocido a su padre, por su culpa.

-Te extraño... -Susurró recordando lo que pasó los primeros días despues de su muerte. Los enderman habían desaparecido sin dejar rastro alguno. Apenas pudo salir del Nether sin esforzarse demaciado ese día.

Zeus apenas había cumplido un año hace unos días, su "fiesta" no fue la gran cosa, lamentablemente nadie estaba de animo para festejar el primer cumpleaños del bebé, pero los regalos y el pastel no faltaron ese día. Lo unico que faltó fue Vegetta.

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-¡Mierda! -Gritó al percatarse de que la cama estaba humeda, no se podía ver lo que era, siendo casi media noche, pero el dolor en sus caderas le decía que era lo que sucedía. Se levantó dificultuosamente, sacandose el pantalon mojado y tirandolo en algun lado de la oscura habitación.

-Me cago en todo... -Susurró colocando una mano sobre su vientre y la otra debajo de este, acariciandolo con la intención de calmar las contracciones que apenas comenzaban.

Se recostó lentamente de nuevo en la cama, llevó una almohada a su cabeza y gritó sobre esta. Estos eran los momentos en los que se arrepentía de haber sido tan necio en querer vivir solo con Zeus, pudo haber recibido ayuda de Vaky o de Trotu, pero el muy necio lo quiso así.

Su frente sudaba, sus manos temblaban y sus piernas ni las sentía, todo su cuerpo era una tortura para él, su rostro permanecía rojo mientras las contracciones se hacían mas fuertes, pero tenía que evitar gritar, o sus problemas aumentarían al tener que liar con un Zeus llorando.

Intentó acomodarse, colocando almohadas bajo su cabeza y mandando las cobijas a tomar por culo. Moridó con fuerza su mano, haciendola sangrar un poco, pero eso no era nada comparado con el dolor que ahora sentía. ¿Cómo se supone que haría esto solo? ¿Saldría bien todo?

WIGETTA LOVE ¿UN PEQUEÑO AMOR MÁS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora