Capítulo 6

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De pronto, se quedó sin aire cuando empezó a sonar un teléfono móvil en el baño. Nada más escucharlo había cerrado los ojos, mientras se insultaba por lo bajo a sí misma. Ya se había humillado ella sola, sin ayuda de nadie. Abrió los ojos y allí estaba él, mirándola sorprendido.

¡Dios mío! ¡Qué es lo que iba a pensar ahora de ella! Tenía que salir de allí y rápido, por que Marcus ya se estaba moviendo. Debía alejarse de allí primero, después ya pensaría en todas las repercusiones de lo sucedido.

Pasaba por delante de la cama en su huída, cuando sintió como él atrapó su brazo acabando con sus esperanzas de escapar de todo y tirándole de él con fuerza, la retuvo contra su cálido y húmedo cuerpo.

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-Vaya, parece que volvemos a tener a la picarona de Marta entre nosotros... -Susurró divertido-. Pensé que ya no volvería a verla nunca más.

-Suéltame... -Pidió ignorando sus palabras, y intentando zafarse de él-. Por si no te das cuenta, me estas mojando.

-Ya ves lo que eso me preocupa, llevas biquini...

-Eres un maldito cretino –Señaló sin mirarlo a la cara, no quería que viera lo sonrojada que se encontraba.

-Marta, como tengo... -Calló, cuando el móvil que había cogido al salir de la ducha volvía a interrumpir en escena.- Dime, sí volveré más o menos en unas tres semanas... -Calló un momento escuchando al interlocutor, y fue cuando Marta aprovechó su pequeño despiste para zafarse por fin de sus fuertes brazos, pero maldiciendo al momento al ver lo poco que duró su libertad. De un fuerte empujón la tumbó de espaldas en la cama, y él con una enorme sonrisa y mirándola fijamente a los ojos, se tumbó encima de ella-. Sí, cuando lo tengas listo dame un toque. Bien, gracias por todo Silas. Adiós –Colgó y dejó caer el teléfono a un lado de ellos en la cama-. Pensé que nunca iba a llegar la diversión...

-¡Sal de encima mío! –Lo miró furiosa y frustrada. No quería golpearlo, ni empujarlo... Aquello significaría tocarlo, y no creía que tuviera las suficientes fuerzas para detenerse en el deseo de deslizar sus manos por su cuerpo-. ¡Eres un pervertido! –Lo acusó injustamente.

-¿Perdona? –Se rió, mientras con una mano le apartaba un mechón que tenía encima de la mejilla, rozándola un instante, el suficiente para que su corazón empezara a bombear de forma alarmante-. Si mal no recuerdo, tú eres la que estaba en la ducha mirándome... ¿Por cierto, te gustó lo que viste?

-¡Estás desnudo encima mío! –Le señaló alarmada y furiosa.

-Cierto –Sonrió-. Y antes, lo estaba delante de ti y no pareció importarte. ¿Por qué te enfadas ahora?

¿Pues por que no era lo mismo ver, que sentir? No, no señor.... Que se lo dijeran a su cuerpo en aquel instante.

-¡Vete al infierno, Marcus! –Masculló antes de un pequeño intento de morderle en el hombre para poder liberarse.

-Yo que tu, no haría eso –Comentó en un tono sensual y divertido-. Puede que me excites más de lo que francamente estoy en estos momentos... Date cuenta que me encuentro desnudo y tú bajo mi cuerpo, en constante roce. ¿Y verdad que no quieres alarmarte cariño? –Rió, ante los ojos como platos de ella.

-Eres un cerdo –Lo acusó, sin credibilidad en sus palabras.

-Sabes que mientes, Marta. ¿Cuanto tiempo más vas a estar resistiéndote a lo inevitable? –Acercó sus labios de forma peligrosa al cuello-. Dímelo, Marta. Cuanto tiempo nos vas a negar lo que estamos deseando desde prácticamente el primer momento que nos vimos. Sabes que es inevitable. Tarde o temprano, ocurrirá. Puede que sea esta noche, o de aquí a una semana. Lo único que puedes hacer es ir retrasándolo, pero ya sabes lo que ocurre con ello. El deseo, o la pasión son cosas que también crecen por la espera. Aunque por mí mismo, voto por que nos rindamos en éste momento... -Le susurró, antes de empezar a repartir besos por su dulce cuello. Lo estaba haciendo aposta, no quería dejarla pensar. Y la verdad, es que lo estaba consiguiendo de una forma realmente alarmante. Cerró sus ojos ante sus caricias, rindiéndose nuevamente al placer que estaba sintiendo.

Saga Edificio XIV- Líos De Oficina- Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora