Capítulo 10

515 45 1
                                    


-Ya las eh divisado –Comentó en un disimulo Ramón-. Se encuentran en la carpa de la derecha...

-¿Qué vamos hacer? –Preguntó Alberto, mientras giraba su cabeza de forma disimulada hacia el barullo de la carpa de la derecha.

-Nosotros, nos dispersamos... -Comentaron los chavalines entre risas-. No queremos, tener que competir con Marcus...

-Ojo, con lo que hacéis... Y no salgáis de ésta discoteca... -Les amenazó Jaime.

--------------------------------------------------------------------------------

-Yo voto, por que nos quedemos por aquí y hagamos que nos lo pasamos muy bien sin ellas... -Comentó Marcus, después de que vieran dispersarse a los chavalines-. Yo no se vosotros, pero tengo una pequeña batalla de celos con mi Marta...

-¿Le vas a dar celos a Marta? –Preguntó sin creérselo Jaime-. Hay que tener dos pares de cojones, no la conoces muy bien...

-Sí, que la conozco bien... -Rió misterioso Marcus.

-Yo... -Carraspeó Ramón-. Como que me gustaría tener mañana, mi cabeza sobre los hombros...

-Gallina... -Se metió con él Alberto.

-¿No me digas, que tu si que le vas a dar Celos a tu Patricia? –Señaló Jaime, apoyando a su cuñado Ramón.

-Yo lo que voy hacer primero, es pedirme un cubata... Después, ver que es lo que hace mi niña y según lo que haga ella... Así actuaré....

-Tampoco creo que hagan nada malo –Volvió a señalar como siempre Ramón.

-Que sí, Ramón... -Alzó los ojos al cielo Alberto-. Pero que de mí no se pitorrean nuestras mujeres.

-Alberto tiene razón –Habló aquella vez Jaime-. Por bailar con una chica bonita, no tiene por que pasarnos nada malo...

-Lo sé... -Bajó los hombros un poco-. Pero que no sean muy guapas, así la bronca será menos dolorosa...

-Que capullo... -Se rió Alberto, por la broma del hombre-. Muy bien... ¡Invito a la primera ronda!

***

-A pesar del despiste, los chicos nos han encontrado... -Resopló con cierto enfado Rosa.

-Sí, pero por lo que veo no nos van a molestar... -Señaló Ana-. Se quedan por aquella zona.

-Pero es un fastidio –Se quejó Patricia-. Ya no vas a devolverle la pelota –Comentó girándose a Marta-. ¿Verdad?

-Pues como que no... -Se lamentó Marta-. Ya hice el idiota antes. Paso de volver hacerlo... -Soltó concierta amargura en la voz.

-Pues el que mí marido se encuentre a cien metros de mí –Interfirió Celia-, no me va a impedir que me lo pase bien...

-Te recuerdo, que estas felizmente casada –Recalcó Rosa.

-¿Y? –Le fue a tomar el pelo a su hermana.

-¿Éste es el ejemplo, que dices que me quieres dar como hermana mayor? –Se mofó la jovencita-. Haber si el sermón, te lo voy a tener que dar yo...

-¿Pero qué hacéis aquí, que no habéis levantado el vuelo ya? –Intervino Patricia, para seguir metiéndose como siempre con la chica.

-Por si os hacemos falta... Necesitáis, que alguien os traiga la carne fresca... -Le contraatacó Rosa.

-Querida niña, vuelve a decir eso cuando gastes una talla más de pecho y de picardía sexual...

-¡OH!

Saga Edificio XIV- Líos De Oficina- Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora