Me habían tenido encerrada durante por lo menos tres días en la misma habitación con la excusa de que debía reponer fuerzas después de que casi me muero y del salto que pegué por la ventana. Son tan exagerados y más me gustaría a mí que sólo hubiese sido Nix pero no, los dos chuchos sarnosos debieron quedarse también y no sé porque mi hermana dio su aprobación.
- Si necesitas algo me gritas. - Sonrió el forastero que estaba sentando en la cama que había dormido yo hace poco menos de un hora. Dejó caer su espalda sobre esta mientras inflaba su pecho de aire. Los lobos siempre quedaran chuchos.
- Ni muerta dejaré que tú me veas desnuda. - Murmuré antes de tirar de la puerta corredera que separaba la habitación donde estaba la bañera de la habitación. Quité las prendas pasteles de mi cuerpo y lo sumergí bajo la hirviente agua dejando escapar un jadeo placentero.
No me hice ningún movimiento, sólo estuve ahí tentando al tiempo antes de ir sumergiendo mi cabeza debajo del agua aunque de abrir mis ojos al oír unos pasos. Saqué mi rostro tomando aire y me quedé en silencio al no oír nada más. Bufé pasando mis manos por mi pelo antes de tomar la pastilla de jabón y frotarla con mis manos para poder lavar mi cuello con cuidado de no tirar de los puntos. Lavé todo mi cuerpo antes de salir de la bañera y enrollar mi cuerpo en una toalla grande secando un poco mi pelo con otra.
Miré el espejo algo viejo viendo un despojo humano el cual ahora tenía una nueva marca de la cual se enorgullecería algún día. Pero ahora nada de eso pasaba ahora. Sólo sentía repulsión por la piel que cubría mis músculos. Quería tomar una cuchilla y pasarla por mi piel, quitándola como se pela a una naranja. En cambio después sería mucho más repulsiva que ahora. Golpeé el espejo con el puño clavando varios trozos entre mis manos pero había conseguido desenganchar un buen trozo de este. Lo observé en mi sangrante mano. Tenía bastante filo por lo que era la perfecta arma.
Lavé mi mano mordiendo mi labio para no sacar el mínimo ruido. También lavé el trozo de espejo y lo envolví en una tela antes de guardarlo en mi bota derecha cuando me cambié. Peiné mi cabello un poco antes de salir encontrando al orangután dormido en la cama. Rodé los ojos antes de salir silenciosa de la habitación. Busqué la habitación de mi hermana y pasé viendo que no estaba. Sonreí más mientras me acercaba al bolso con pociones que ella siempre portaba. Busqué entre las pequeñas botellas de distintos colores encontrando una negra en la cual estaba escrita "lamia venenum". La tomé con seguridad volviendo a salir de la habitación encontrándome con el otro orangután.
- ¿Dónde vas? - Se colocó delante de mi observando mi cuerpo como su fuese algo de lo más sencillo y pequeño. Reí mientras movía mi mano estampando su cuerpo contra una pared. Hice mi mano un puño viendo cómo se retorcía en busca de aire. Seguí así hasta que el pobre se desmayó.
Salí de la casa suspirando antes de tomar una de las pociones que había tomado de más. Inspiré el aroma buscando algún rastro de muerte mientras mi visión cada vez iba tornándose más roja a causa del brebaje que había tomado. Por más de hora tendría cualquier poder y habilidad que todo chupa sangre podía tener.
Seguí el olor a muerte por todo el pueblo descubriendo resto de sangre en el suelo hasta que llegué a donde estaba. Un lugar en las afueras dándose un manjar de sangre con una pobre chica la cual no parecía ser mayor que yo.
- Oye colmillos podridos. ¿No preferirías comer de este cuello tan apetisante que de una muerta? - Pregunté fuerte quitando el pelo de mi cuello mientras inclinaba mi cabeza hacia un lado para darle mejor visión. Este sonrió separándose de la muerta mientras limpiaba su rostro de sangre para acercarse a mí en menos de un segundo. Reí corriendo hacia un lado llamando a su sorpresa.
- ¿Qué diablos?
- ¿Quieres mi sangre? Pues dame caza si tan poderoso eres. - Grité antes de adentrarme en el bosque mientras oía sus pasos corriendo hacia mí. Aumenté más mi velocidad llevando a un lugar sin salida apenas. Claro la había si sabias teletrasportarte.
Di un gran salto subiendo a una de las rocas más altas antes de que el llegara. Le observé desde la oscuridad como un depredador a su presa. Miró a todos los lados posibles inspirando el aire cientos de veces sin resultado. Al parecer la poción escondía mi esencia. Saqué el trozo de espejo de mi bota quitando la tela. La dejé caer hacia el atrayendo su atención antes de saltar sobre el con una sonrisa en mis labios.
Este me esquivó por lo que corrí hacia el acorralándole contra una pared preparada para ser yo quien esta vez iba a dar caza. A veces ser el animal que debe huir es cansado.
- ¿Hiciste algún pacto con mon señor? - Frunció su ceño mientras sus colmillos amarillentos comenzaban a asomar. Reí.
- Jamás entregaré mi alma como tu creador hizo con toda tu especie. - Escupí su cara antes de empujarlo lejos de mí. Apreté más el espejo cortando mi propia piel antes de ir hacia él y clavarle el espejo en su pecho retorciéndolo tantas veces como me fue capaz antes de que este mordiera mi mano lleno de furia. Pateé su estómago furiosa hasta que este dejó de quejarse.
Moví mi mano creando una pala en el suelo mientras sacaba el espejo del pecho del maldito hijo de Satán. Comencé a cavar un agujero lo suficiente grande y profundo para asegurarme de que el vampiro no podría ser poseído por demonios. Una vez hecho me acerqué al cuerpo inerte cortando sus brazos y cabeza, cortando sus talones y cortando los tendones de las rodillas antes de verter en su boca el frasco negro de veneno. Lo arrojé a la tumba y lo enteré sin importarme si se veía que había algo debajo o no.
Una vez acabado volví al pueblo quedándome frente a la entrada esperando que mi hermana viniese. La conocía y ella a mí. Ambas sabíamos que tarde o temprano iba a matar a algún vampiro más pero tanta tensión tenía que ese fue el que pago el pato de otro.
- Hasta que apareces querida Nix. - Sonreí dejándome caer del muro en donde estaba sentada.
- Tú corre. Congelé además de dar una poción a esos chuchos así que si quieres que pierdan nuestro rastro sal por patas y menos cháchara. - Gritó corriendo fuera de la ciudad.
N/A:
Desde ahora tratare de subir todas las semanas un capitulo o quizás dos porque tengo bastantes escritos y quizás haga un mataron también aunque no estoy muy segura.
"Lamia venenum": en castellano significa veneno de vampiro, esta escrito en latín.
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Atada al Alfa
Werewolf-Neblina.- Esa voz me hizo estremecer en lo más profundo de mi ser, no titubeé al reconocer a la persona quien la estaba produciendo. Abrí mis ojos moviendo mi rostro a derecha e izquierda hasta que vi en la lejanía una sombra de un hombre imponente...