Forastero

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Me inscribí esa tarde a clases de español, quería estar en la misma clase que Amelie pero, ella iba en un grado mayor al mío.

Gracias a Ismael, sabía muchas palabras en español y cada vez que hablaba en español con él se reía de mí por mi acento.

- ¡No te burles! –decía muy apenado.

- ¡Es que es divertido! –respondía a carcajadas.

-Es cierto, me das pena ajena, ragazzo. –comentaba Vlad desde lejos, junto a Amelie. A veces jugaban a que estaban casados.

-... Y tendremos muchos hijos... Correrán por la mansión en Dubái y, y, y seremos felices. –Amelie le tomaba la mano a Vlad perdida en sus ojos grises.

-Seh. –respondía secamente Vlad.

-Y viajaremos por el yate todo el día en nuestra isla privada y le pondremos el nombre de nuestros 500 hijos. –continuaba sin notar que Vlad tenía los ojos pegados en la tele.

- ¿De qué están hablando ustedes dos? –les preguntó Kyle una vez extrañado.

-Ella sola está hablando, yo ni le hago caso. –confesó Vlad.

- ¡Eres un bastardo! -se enfadó Amme. –Y yo que quería empezar a tener a nuestros hijos ahora.

- ¿Se iban a copiar mi idea de tener un equipo de fútbol? –se quejó Zail desde la cocina, se comía la última dona de chocolate, lo sabía porque Zail nunca se limpia la cara cuando come chocolate. Hans tenía metida la cara en el plato de dulces.

Le costó una semana a Kyle conseguir todos esos dulces.

-Según la señorita... –dijo Vlad con una mueca burlona en su rostro -...estamos casados y...

- ¡¿CÓMO QUE CASADOS?! –gritó Ismael levantándose de su sofá, al lado de él estaba Zury revisándose las uñas. - ¡Esa mada faka se había casado conmigo!

-He cambiado rotundamente de opinión, ya ni me tocas. –bromeó Amme.

- ¡ERES UNA VIIIIIIIL ZOOORAAAAA! –gritó a carcajadas Marshall, que estaba en el baño.

- ¿Osea que me estabas engañando con esa bola de manteca? –fingió estar molesto Vlad, separó su mano de Amelie y ella le tomó el pie.

- ¿A quién le dices "bola de manteca"? –Ismael aguantaba la risa todo lo que podía.

- ¡Eh, chicos! No se peleen... Toda la culpa la tiene Amme por andar buscando miserias... –farfulló Ian sin dejar de reír.

-Pues si la carne lo pide... –masculló Zail y todos reímos.

-Pido el divorcio. –dijo Vlad mientras se quitaba del sofá y se sentaba junto a mí, yo no podía dejar de reír ni un momento.

-A ver, aguántenme tantito... Voy a hacer el papeleo. –rió Hans mientras buscaba en su mochila una crayola y una hoja en blanco.

-Pues si nadie de los dos me quiere... Me iré con Yuffy. –dijo fingiendo estar enojada Amme y abrazó a Yusuf.

-Aléjate de mí... -masculló él.

Los recuerdos me hicieron reír tanto que olvidé que estaba en público.

- ¿Algún chiste que no me sé? –preguntó detrás de mí Sam. Sonreí al verlo en la misma clase que yo.

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