¿Qué pasaría si todo lo que no existe, existiera? ¿Y si es tan solo que no lo vemos? El mundo real e irreal son la balanza del mundo que conocemos, controlados por... ¿¡Una humana!? Acompaña a la protagonista de esta historia junto al demonio Vincen...
Mi cuerpo podría haber cambiado, pero mi mente seguía en mis tempranos 20 años que, ahora, veía más lejos que nunca. Mi vida en cambio avanzaba rápidamente hacia mi destino de volver, por lo que me encontré casi sin darme cuenta en el comienzo de un nuevo curso. Sabía que iba a ser extraño volver a mi antiguo colegio y encontrar a gente que amé y odié por años una, esperaba, última vez... ¡Debía volver! Aunque debería pasar por todo esto una vez más si así lo deseaba.
La noche de antes no podía dormir. Un sudor frío recorría mi frente a pesar del calor propio de aquella noche de verano. Algo no iba bien... Esta escena me resultaba extrañamente familiar...
El reloj marcó las doce y mi cabeza empezó a dar vueltas. En un segundo fugaz mi ventana se abrió de golpe dejando entrar una sombra negra que atravesó los barrotes de la misma sin problemas.
El terror inundó mi cuerpo. Intenté gritar, pero la sombra me había tapado la boca con una mano. El simple contacto de su palma con mis labios me estremeció seguido de un fuerte escalofrío. Antes de que pudiese volver a intentar gritar, de aquella sombra emergieron dos grandes ojos negros que me miraban fijamente, intentando penetrar en mis pensamientos e hipnotizando cada parte de mi cuerpo en el acto:
- Shhhh... No voy a hacerte daño... todavía... - dijo retirando su mano de mi boca.
La sombra que cubría aquel cuerpo "humano" se desprendió lenta y totalmente, permitiéndome ver su rostro.
- ¿¡Vincent!? ¿¡Vincent Brooks!?
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