El cielo y la luna me desvelan provocando en mi un profundo deseo de ella. La deseaba, quería tenerla, junto a mí, era mi más profunda adicción. – Fin de la reseña.
La literatura era uno de mis pansa tiempos favoritos. Para cualquier persona, tal vez lo verá como lo más deprimente y aburrido del mundo pero había algo en las letras, en las palabras que era lo que me llamaba.
Tal vez aquel pasa tiempo fue producto de años y años de trabajo y estudio, tal vez por ese motivo leía libro de los autores más exitosos, quizás por las acciones de mi pasado me llevaron a lo que hoy soy.
Soy un hombre controlador del tiempo y futuro un profundo cazador de fortuna. Disfrutaba ver a mi imperio crecer o mejor dicho a mi empresa de cientos de millones aumentando cada día, me hacía sentir orgulloso. Aquella empresa la había heredado de transcendencias familiares y tan solo de estar en la ruina me llevo a convertirla en una de las empresas más conocidas y yo también lo era. Elliot Hamilton Brooks mayormente conocido por dueño de la empresa "Hamilton Brooks. Inc."
Tras un día agotador miro la perilla de mi reloj. Era la hora. Recojo mis cosas, mis secretarias se encargan del resto mientras que yo, me dirijo hacia mi mansión.
En el vecindario más conocido de la ciudad ahí vivía, propio para la familia Hamilton. Mi casa había sido construida por mi padre (o mejor dicho por empleados de mi padre) para mi, cuando tan solo tenía veintiuno y había tomado la decisión de vivir solo (un capricho de cualquier joven) y eso llevo a la imaginable mansión en la que hoy vivía. Tan solo tenía veintiséis años ahora, pero era completamente diferente. Años a tras viva en la arrogancia y la vagancia como cualquier hijo de millonarios pero al enfrentar la herencia de mi padre (el cual sigue vivo pero por alguna razón decidió dejarme este imperio a mi) había cambiado lo suficiente como para ser un hombre controlador de su propia vida.
Aparco el auto en la entrada, James se va a encargar del resto. Entro, la señorita Charlotte me recibe con una de sus sonrisas ruborizadas de todos los días, apenas logro hacer una mueca, no era hombre de mostrar una sonrisa. Me instalo en la inmensa sala, James, mi asistente personal no tarda demasiado en atenderme. Me ofrece algo de beber, a pesar de la frustración logro contestarle lo mas pacifico posible, no despreciaba a mi personal.
-¿Hay algún problema Señor Hamilton? – pregunta cortésmente James ante mi cansancio reflejado en mi rostro.
-Uno de los maquinarias de la empresa. – murmuro. – Lo he tenido que despedir – aclaro - ¿Es que no hay nadie digno de trabajar en mi empresa? – elevo la voz mostrando mi frustración dejando el vaso de coñac de un sopetón en la mesa.
-Quisiera ayudarle señor – responde sin mucho que decir – Creo que no hay demasiadas personas dignas en el mundo señor, ese es el problema – agrega.
Pienso.
-Buen punto James, no las hay. – Me quedo pensando los minutos suficientes como para darme cuenta que el coñac ya hacia efecto en mí. Me sorprendí al darme cuenta la cantidad excesiva de alcohol que había bebido hoy producto de la frustración, ya era el tercer empleado de la empresa que había despedido y aun así no lograba encontrar a nadie digno del puesto.
Al fin y al cabo opto por darle la razón a James y me resigno a acostarme temprano en la cama, esperando, así, un día de mucha más frustración que el día de hoy.
Tal vez aquella reseña estaba en lo cierto. El desvelo no cesaba, continuaba rutinariamente y aquello me hacía pensar aun mas, aquella reseña estaba en lo cierto, a que escritor dictaba el futuro, no podía dormir, no lo lograba, no sabía por qué era... no lo era por nadie en especial ni por un sentimiento de deseo como lo decía en aquel libro, no deseaba a nadie pero tal vez la profunda sensación de dormir en aquella habitación inmensa y en esta enorme recamara solo, lo provocaba o tan solo era una manifestación de unos futuros sentimientos muy cercanos.
Los pensamientos se desvanecen al igual que este día, estaba conciliando el sueño con la esperanza de tener un día mejor y tan solo me preguntaba ¿Cuándo se acabara todo esto?...
Cierro los ojos...
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Todo de Ella
RandomMiedo a amar, miedo a sufrir. Eso era lo que tenían en común estas dos personas. Una mujer inteligente, dulce y bonita llega a la vida de este empresario millonario quien es egoísta y se alimenta de su propio ego y arrogancia. Tras la llegada de Ell...