El Capitán Lymingway
Tomé una gran bocanada de aire antes de entrar en el despacho, y caminé con zancadas largas y firmes detrás del soldado que me había conducido hasta aquí.
- Capitán Lymington, segundo - saludó a los dos hombres que discutían algo allí dentro . Ellos le prestaron atención y me observaron confundidos - La nueva soldado Ryan .
Esbocé una pequeña sonrisa por amabilidad y asentí con la cabeza. El otro soldado se retiró y me dejaron sola con ellos.
- Ah , si - cayó en la cuenta el segundo tras guardar silencio un rato. Seguramente se preguntarían que estoy haciendo aquí - Vas a empezar a trabajar para la marina , Ryan , ¿ no ?
- Sí , señor .
Miré de reojo al Capitán que me escaneaba atentamente.
- Pensé que iba a venir un soldado , no una chica - se levantó y se puso delante de mi, tan cerca que tuve que tragar saliva para contestar.
- Y ha venido un soldado , capitán- repliqué educadamente. No quería que por el hecho de ser una chica creyeran que soy incapaz.
- Oh , no pretendía ofenderla - se disculpó él con una hermosa sonrisa, cosa que agradecí - no la vamos a tratar diferente por ser una chica, sino como a una igual. No es la única chica del barco. No me malinterprete, quería decir que con el nombre de Ryan , esperaba a un hombre, no a una mujer.
- No se preocupe - le devolví la sonrisa , era muy amable por su parte - Y gracias por sus palabras, Capitán.
- Soldado Ryan , la acompañaré a su compartimento - me ofreció el segundo.
- Sí, señor - lo seguí y me despedí con una leve inclinación de cabeza antes de cerrar la puerta - Capitán.
Mientras cruzábamos los pasillos del barco (que por cierto era enorme) no se me pasaron desapercibidas las miradas de los soldados con los que nos cruzábamos. Supongo que no habría muchas chicas aquí y yo era una novedad. Igual que una colegiala el primer día de su nuevo instituto.
Un par de muchachos con los que nos encontramos me silbaron escándalosamente y no pude evitar sonrojarme , lo que hizo que ellos soltaran una carcajada.
- Chicos - los regañó mi guía, aunque pude ver que él también ocultaba una sonrisa. Qué , solo tengo veinte años , no estoy acostumbrada a que me piropeen de esa manera.
- Disculpe, segundo - sonrieron ellos mientras se alejaban.
- Este es su cuarto - abrió la puerta de un camarote y esperó a que yo pasara primero. Todo un caballero - las mujeres de este barco ya tienen compañeras , así que tendrá que compartir habitación con uno de los soldados. Confiamos en que eso no sea un problema.
- Oh - exclamé nerviosa. No me gustaba la idea de que un desconocido compartiera mi intimidad ,pero no tenía mayor importancia - no se preocupe, me las apañaré.
- Bien, pues eso es todo. Los horarios del comedor son en el desayuno de 6:30 a 8 , en la comida de 15 a 16:15 y en la cena de 21 a 22:30 - me informó - tiene un plano del barco y de las instalaciones y actividades de las que puede disponer en esta carpeta amarilla. Dicho esto debo requisar su móvil y otros aparatos electrónicos , en la misión que vamos a comenzar no podemos comunicarnos libremente con tierra, todas las conversaciones serán escuchadas por otro compañero - alzó su mano hacia mi - puede ir a la oficina de comunicaciones una vez por semana para llamar a su familia y amigos.
- N-no tengo móvil - intenté mostrar una pequeña sonrisa. Este no era un buen momento para mostrarse débil - Muchas gracias, segundo.
- Un placer . Será mejor que vaya a cenar dentro de un rato .

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SÍ, CAPITÁN
RomanceTrabajar para la marina de los Estados Unidos es complicado. Pero lo es aún mas si estás enamorada de tu capitán.