SÍ, CAPITÁN

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Trabajos

Condenada a trabajos de limpieza. Genial. Me encanta.

Y para colmo tenía que aguantar sus "aún no me veo reflejado en el suelo".

Pero tuve una idea.

Saqué mi enorme espejo del cuarto de baño y lo cargué hasta el pasillo , donde sabía que el capitán pasaría dentro de unos minutos.

Lo deposité en el suelo y continué limpiando a su alrededor.

- Aún no me veo reflej.. - comenzó en cuanto llegó.

Y es cuando se vio reflejado en el espejo del suelo.

- JAJAJAJAJA - estallé en risas tirándome al suelo y aguantándome el estómago al ver su expresión.

El segundo, que caminaba junto a él , también soltó una carcajada , pero se puso serio cuando el Capitán le echó una mirada furioso.

- Heming, a mi despacho - me ordenó y se fue sin esperar a que lo siguiera.

- Espero que no se haya cabreado-susurré aún con una sonrisa y corrí detrás de él para no perderme.

- Siéntate - señaló una silla mientras cerraba la puerta.

Me miró durante un momento , y me removí incómoda ante su mirada. ¿ Estaría enfadado ? ¿ Me esperaban más castigos ?

Me sorprendí cuando escuché el hermoso sonido de su risa.

- Ryan, sé que he sido algo duro con tu castigo. Al fin y al cabo era tu primera misión, y sólo querías ayudar a tu .. amigo - me pregunté a mi misma porqué había hecho esa pausa - pero quiero que entiendas lo que ya te dije ; En la marina no podemos interponer nuestros sentimientos ante las misiones. Si te doy una orden , a ti o a cualquier otro, es para que la cumplas, porque creo que es lo más correcto, y si bien puede perjudicar a uno de tus compañeros, no lo hará a la mayoría. No creas que para mi dar esa clase de órdenes es fácil, miles de veces he tenido que ordenar la retirada dejando a amigos míos solos a manos de sus enemigos. Muchas veces , antes de ser Capitán, tuve que huir mientras veía la mano extendida de mi compañero hacia mi, desesperado en busca de ayuda. Al principio mi instinto era hacer lo mismo que tú , pero después comprendí que si bien no podía salvar a uno, podía proteger a otros tantos.

- Gracias por comprenderme y contarme su experiencia , capitán- mostré una sonrisa amplia por sus bonitas palabras.

- Puede retirarse .

Antes de cerrar la puerta escuché un :

- ¡ Ah , Ryan ! Muy buena la del espejo.

Y salí con una sonrisa estampada en la cara.