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Nueva soldado

Narra el Capitán Lymingway

Alguien nos interrumpió mientras debatíamos sobre nuestra próxima misión. Debíamos llegar al norte de Rusia en una semana, pero no teníamos combustible suficiente , y estábamos pensando en repostar en España.
Así nuestros chicos podrían relajarse un poco y disfrutar del país.

-Capitán Lymington, segundo - saludó Flyn . Le prestamos atención y observé confundido a la chica que lo acompañaba. No me sonaba para nada - La nueva soldado Ryan .

Oh. La chica esbozó una pequeña y linda sonrisa.

- Ah , sí - cayó en la cuenta mi segundo tras guardar silencio un rato - Vas a empezar a trabajar para la marina , Ryan , ¿ no ?

- Sí , señor .

Genial. Seguro que aquella jovencita tan atractiva revolucionaría a mis chicos. Y no quería problemas en mi barco.

- Pensé que iba a venir un soldado , no una chica - me levanté y me puse delante de ella, inconscientemente, demasiado cerca. Contuve una sonrisa al verla tragar saliva nerviosamente. Chicas.

- Y ha venido un soldado , capitán- replicó educadamente.

- Oh , no pretendía ofenderla - me disculpé con una sonrisa. No quería caerle mal, para mi es muy importante que mi tripulación me tenga respeto y que estén orgullosos de mi- no la vamos a tratar diferente por ser una chica, sino como a una igual. No es la únic en el barco.No me malinterprete, quería decir que con el nombre de Ryan , esperaba a un hombre, no a una mujer.

Y menos a una chica tan joven y hermosa.

- No se preocupe. Y gracias por sus palabras, Capitán.

- Soldado Ryan , la acompañaré a su compartimento - le ofreció el segundo .

- Sí, señor - lo siguió y antes de cerrar la puerta se despedió de mi con un - Capitán.

Cuando el segundo volvió y acordamos el plan para los días siguientes . Salí del despacho y me propuse dar una vuelta alrededor de mi barco para comprobar que todo iba bien.

En eso divisé una melena rubia recogida en una delicada trenza.

- Genial - rió. Parecía algo perdida. Ah, entonces debía ser..

- ¿ Soldado Ryan ? - pregunté y ella se dió la vuelta , haciendo que algunos mechones se le pegaran a los labios.

- Capitán Lymingway - me saludó a modo militar, algo tarde.

- ¿ Qué hace en la armería ? - fruncí el ceño cayendo en la cuenta. Aún no la conocía y que estuviera allí no ayudaba mucho.

- Oh, ¿ estoy en la armería ? - se sonrojó- mi intención era encontrar el comedor.

- ¿ Mi segundo no le dió un plano con las instalaciones de "El Oceanus" ? - pregunté más tranquilo.

- Sí, lo hizo Capitán. Ha sido una tontería, pensé que podía encontrarlo yo sola - bajó la cabeza avergonzada.

Intenté no reír. Parecía una chiquilla ante la mirada reprobatoria de su madre.

- El comedor está siguiendo este pasillo - puse la mano en su cintura y la empujé suavemente hacia él . Me concentré en lo que iba a decir - hasta el final , girando a la derecha y dos veces a la izquierda.

- Gracias , Capitán - sonrió mostrándome todos sus dientes y echó a andar en esa dirección.

- Espere , la acompaño - en dos zancadas estaba a su lado - también tengo que cenar todavía. Aprovecharé para presentarla ante la tripulación.

Caminé por delante de ella en silencio para dirigirla hacia el comedor.

- ¿ Por qué decidió apuntarse a la marina , soldado ? - intenté entablar conversación.

- Mm - dudó mordiéndose el interior de la mejilla como si no quisiera contestar - no se ofenda , pero es algo privado. Cosas de familia.

- De acuerdo - me encogí de hombros. Después de todo era decisión suya, y yo no me iba a sentir peor por no saberlo. Sin embargo tenía curiosidad - llegamos. ¿ Lista ?

Los nuevos, especialmente las chicas , suelen ponerse muy nerviosos el primer día, sobre todo al presentarles a sus compañeros, en busca de la aceptación.

La escuché tomar aire y abrí la puerta.

Todos se concentraron en nuestra llegada.

- Caballeros , señoritas , presten atención por favor. La soldado Ryan ha decidio unirse a la marina de los Estados Unidos y ha sido asignada a nuestro barco, " El Oceanus ". Confío en que la tratarán como a uno más y hagan que su estancia aquí sea agradable.

Cené charlando con el teniente Darren y el segundo. De vez en cuando, observaba a la chica nueva para vigilar que la acogían como es debido. Ella estaba muy ocupada riendo con los chavales de veintitrés.

No te mientas , Tex. Sabes que la miras porque es un regalo para tu vista.

SÍ, CAPITÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora