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Entrenamientos

(Narra Ryan)

Tardamos cinco días en volver a América, tras los cuales la tripulación disponía de 63 horas para visitar a sus familias o dar una vuelta por su ciudad.

Unos pocos, como Baicon y yo, nos quedamos todo el tiempo en el barco, a excepción de algunos ratos en los que salíamos para dar una vuelta.

El Capitán tampoco se fue.Después de la última misión, se ofreció a entrenarme personalmente , solo si yo quería claro.

Acepté contenta, sería genial aprender de alguien como él. Hoy es la segunda vez que practicamos. Ayer me enseñó técnicas para vencer cuerpo a cuerpo a un oponente más fuerte que yo.

Sentía curiosidad por saber qué me esperaba hoy.

- Heming - saludó con una inclinación de cabeza al verme - Vamos al campo de tiro.

- ¿ Vamos a hacer otra competición ? Porque va a haber que aclarar las reglas antes - sonreí pícaramente , sorprendiéndome incluso a mi misma.

- Nada de competiciones - se rió él recordándolo y abrió la puerta dejándome pasar - Hoy vas a intentar algo nuevo. Lo más probable es que no lo consigas.

- Eso ya lo veremos - respondí orgullosa. La curiosidad me mataba.

- ¿ Ves la primera silueta ? - la señaló y asentí - imagínate que ese es tu amigo Matt.

- ¿ Quieres que le dispare ? - me confundí.

- No. A Matt lo tiene apresado alguien que lo sujeta justo detrás. Tienes que enroscar la bala para que haga una pequeña curva y esquive a Matt, pero que le de a tu enemigo.

- Eso es imposible - negué con la cabeza decidida. ¿ Enroscar una bala ?

- Observa entonces - sonrió burlón . Se escondió la pistola tras la espalda, y con un movimiento rápido movió el brazo que la sostenía en forma circular, apuntó por el camino y disparó sin detenerse, continuando la trayectoria de su brazo hasta el final.

La bala salió disparada , curvándose cada vez más hasta el punto de casi darle a la primera silueta. Pero no le dió.

Corrí como una posesa hasta la segunda silueta. Aparté la primera de un empujón y la miré : Había un agujero clavado en la parte de la clavícula.

Solté un grito incrédula y lo miré admirada . ¿¡ Cómo diantres había hecho eso ?!

- Tu turno - esbozó una sonrisilla de superioridad (cosa que aceptaba totalmente) y depositó la pistola en mi mano.

Y una mierda lo iba a conseguir.

SÍ, CAPITÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora