Y allí estaba.
Por dios, era la mujer más bella del mundo. ¿Cómo pude cometer semejante estupidez?
— Hola.— hizo un gesto con su mano.
¿Qué le iba a decir?
" Ann, me acosté con una chica, ¿me perdonas?"
¿Cómo mierda le iba a decir eso?
No tenía la culpa de nada, ella simplemente confió en mi.
Y yo, yo la había decepcionado.— ¿Justin?— hablo de nuevo.
— Lo siento.—negué con la cabeza. — ¿Podemos hablar mañana?
— ¿Por qué, qué paso? — preguntó.—
¿Cómo le iba a hablar ahora? Me sentía pésimo, el peor tipo del mundo.— Me duele la cabeza, Ann.— mentí.
Me miro confundida.Después de unos segundos respondió.
La conexión no era muy buena.— Está bien entiendo, descansa.— Su mirada se volvió un lió de confusiones. Sabía que no me había creído, y sabia también qué se había molestado, me había dado cuenta de ello.
Y finalice la vídeo llamada.
Y nunca me había sentido de está manera, tan despreciable por mi mismo. La había cagado, había arruinado lo qué mas deseaba, ¿Por qué? Porqué fui un imbécil, porqué cedí, porqué no paré.