Me quedé atónito.
Cualquiera hubiera podido haber sido, pero fue ella, Madison.
— ¿Por qué lo hiciste?— exclamé furioso.— ¿Esto es lo qué querías verdad? Arruinar mi relación con Ann. — Ella no es para ti, Justin. ¿Cómo no lo entiendes? — frunció el ceño.
— Lo tenias todo malditamente arreglado.— me pasé las manos por la cabeza. — Tenías todo planeado... El viaje, ¡Todo! — exclamé furioso.
— ¿Por qué me echas la culpa en todo?— pregunto ofendida. — ¡Tu cediste! Ese no fue mi problema.
Tenía razón, yo había cedido.
Trate de negarlo o no, había cedido.— Yo me voy de acá.— dije mientras me levantaba bruscamente de la silla. Pero ella me tomo del brazo. — Si tu no le dices, le diré yo. — me amenazo.
— No me busques mas, Madison. — me solté de su brusco agarre. — Si lo haces, te arrepentirás.
Caminé hacía la salida.
Tenía mucho qué pensar.